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Los restos de un poema que murió hace años, la vida de un poeta en mil pedazos. Las leyendas de héroes y tiranos que acabaron sepultadas en el fondo del mar. El óxido en mis pulmones que corrompe mi existencia frente a un vano intento de resistencia, cuyo resultado no fue otro que agravar mi herida.


¿Acaso has venido a buscarme? ¿De veras crees que llegó la hora?Te veo algo impaciente, ¿por qué no me escuchas? Iría encantado,me dejaría llevar en tus fríos brazos para alcanzar un lugar lúgubre, eterno e inhóspito, pero más cálido que la propia existencia. Hablo contigo, tú que acechas al ingenuo bebé que da su primera bocanada de aire, a la bella rosa que ayer planté en mi jardín. Tú que eres inevitable, invencible, cuya llegada todos temen y lo ensombreces todo a tu paso. No veo por qué querría evitarte, sería todo tan sencillo una vez me cubrieras bajo tu manto de sombras y me arrastrases a tu mundo, desconocido e infinito. A pesar de ello, te pido tiempo para asimilarlo, es una noticia difícil de aceptar, sé que una vez sienta tu gélido aliento ya no importará nada, caeré en la oscuridad, de mi persona solo quedaran recuerdos vacíos, y ya no habrá marcha atrás, mi propio ser será borrado del mapa.



 No me lleves todavía, tengo asuntos pendientes que atender en este mundo, dame algo de tiempo, quedemos otro día y entonces no opondré resistencia, lo aceptaré sin rechistar y te acompañaré hacia la eternidad...

Divagaciones atrapadas en mini relatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora