Un golpe bajo

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10:30 de la noche:
-Vale, nos quedan 30 minutos hasta que empiece la fiesta, pero supongo que no habrá mucho ambiente hasta y cuarto o por ahí.- dice Laura- Así que, lo que yo propongo es cenar cualquier cosa y ya entrar, porque no sé vosotras, pero yo me estoy muriendo de hambre.
- Me parece bien, pero qué tomamos un bocata? Y yo necesitaré un café porque ya me estoy durmiendo...- digo entrecerrando los ojos.
- Yo conozco un sitio de pizzas que está aquí al lado, si queréis vamos ahí, no es muy caro.- dice Eva.
- Sí, mejor, porque es que me apetezca gastar mucho dinero- dice Clara.

Vamos al restaurante y pedimos una porción de pizza cada una, que por cierto, eran bastante grandes, y un café. En cuanto terminamos nos vamos al local de la fiesta que estaba a dos manzanas de donde estábamos.

-Entramos?- dice Laura dudosa al ver a tanta gente.
-Entramos- contesto convencida cogiéndola del brazo.
Le damos las entradas al segurata de la puerta y nos marca con un sello en la mano. Al entrar a penas nos escuchábamos entre nosotras, ni siquiera mis pensamientos.
Tras una barbaridad de canciones y un gran calor le pregunto a Clara si me acompaña al baño para mojarme un poco la cara, avisamos a las otras y nos ponemos en marcha, pero a mitad de camino...
- Ese es...? -empieza a decir Clara.
- Quién?- la miro- Dónde?
- No no, no es nadie- contesta con la voz tomada.
- Dime a quien has visto.- insisto, no me dice nada y me pongo a buscar a gente conocida con la mirada (como puedo, debido a la gente y que estoy medio ciega) y le encuentro, Pau está con una chica en una esquina hablando y... se besan.
- Estás bien? -me pregunta Clara al ver que les he visto y mi cara.
- Sí sí, porque me iba a afectar? Ya no es mi novio, me lo dejó muy claro.
- Pero...- no le dejo acabar, no quiero ni pensar ni hablar de ello.
-Pero nada, he cambiado de idea, no quiero ir a mojarme la cara, quiero ir a la barra y tomarme algo, tú quieres algo?
- Vale, me tomaré un Vodka Rojo con Coca-Cola - dice siguiéndome a la barra.
- Hola- digo dirigiéndome al camarero- queremos un vodka rojo con Coca-Cola y lo mismo pero más cargado por favor.
-Claro, enseguida- nos lo prepara y nos lo da en mano- Algo más?
- No gracias, cuánto es?- pregunto.
- Nada guapas, a la primera invito- nos guiña un ojo.
- Gracias- decimos nosotras a la vez.
Volvemos con las chicas y al llegar ya me he terminado medio cubata, voy a pegarle otro trago cuando Clara me para:
- De verdad que estás bien? Es que...- le corto.
- Sí, estoy bien- me lo tengo que repetir una vez por minuto y por cada trago que pego ese tiempo se alarga, le pego un sorbo largo y me lo termino de una.
A lo largo de la noche ese cubata no va a ser el único que me termine...

En un suspiro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora