💔|| Third Day ||💔

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A la mañana siguiente, un cejon se levantaba de muy mal humor... Bueno, eso era normal, no era el mas alegre por las mañanas, así, que eso no es una novedad que interese realmente.

Se levanto, tomo su ropa habitual, dirigió al baño, e hizo todo lo que cualquier persona normal hace por las mañanas, claramente incluyendo los insultos hacia todo el mundo... Bueno, excepto su compañero, y amor platónico, Patryk.

Oh, ¿No dije eso? Bueno, nuestro querido y malhumorado cejon tenia como objetivo amoroso a su compañero ''Cabello pantene''

El insistente ruido de la puerta al ser tocada hizo que saliera de la pequeña ensoñación en que se había sumido durante unos momentos, salio del baño ya vestido, y abrió la puerta, soltando un bostezo, y sonriendo instantáneamente al ver allí a su querido amigo... Amigo... Claro, porque estaba en la Friendzone.

-Paul, tenemos problemas. -Dijo el chico, mientras se cruzaba de brazos y fruncía el ceño, al mas alto se le hacia completamente apetecible.- ¿Me estas escuchando idiota?

-Ah... ¿Si? -Noto de inmediato el haber sido descubierto en su estúpida mentira, a lo que soltó un suspiro.- ¿Que problemas?

-Tord esta muy borracho, al parecer se paso toda la noche bebiendo, y ahora esta hablando de sus viejos amigos como si ellos se encontraran presentes.

-... Ahora si se paso. -Dijo, saliendo al fin de la habitación, y llamar de manera insistente a la de al lado, al parecer el Noruego se había encerrado, y ahora estaba hablando solo.- ¿Líder? ¿Tord? Oh vamos, no me hagas entrar por las malas.

Ante la falta de respuesta, el de cabello castaño oscuro saco su pistola, disparando hacia la chapa de la puerta, y logrando así forzar su entrada.

El noruego estaba sentado en el suelo, mientras abrazaba sus piernas, y soltaba sollozos ahogados contra estas, se podían distinguir una y otra vez las palabras ''Lo lamento''

Los otros dos sabían cuanto se arrepentía, pero, nunca imaginaron el llegar a encontrarle de aquella manera en algún momento... El gran líder rojo... Se veía tan indefenso.

Ambos se acercaron a el rápidamente, uniéndose todos en un abrazo sin titubear un solo segundo.

-Ya esta bien Tord, ya todo paso. -Dijo el mas bajo, soltando un leve suspiro, mientras abrazaba al chico casi como si este fuese su hijo.-

-Estamos aquí para ti, para lo que sea. -Le siguió el otro, mientras acariciaba el cabello del menor con cuidado para poder tranquilizarle.-

Una vez consiguieron tranquilizarle, lo dirigieron hasta su cama, recostandole y arropándole, para después estar junto a es hasta que callo dormido con pesadez, se notaba que... Los secretos le dolían.

Bueno, a pesar de todo, el también guardaba secretos, ¿Y que tal, si compartía uno de los secretos de sus subordinados?

¿Que tal, si el también se enamoro de la persona menos indicada e igualmente sufría por eso?

Así fue, al fin y al cabo, uno no elige de quien enamorarse y de quien no... Aunque no lo quisiera, del odio al amor solo hay un paso.

Luego de dejar al Noruego recostado y al fin en paz, ambos chicos salieron de la habitación, excusando al menor de sus labores porque estaba muy enfermo, y no podían correr el riesgo de que aquello fuera a peor.

Luego, al mirarse, se sonrieron mutuamente por aquel chico, era algo así como si hijo, lo protegían de todo, a pesar de que debería ser al revés, dado el cargo que este poseía

Pero es que... a sus ojos, veían el como era tan frágil, y aparentaba ser indestructible, algo les hacia sentirse como padres hacia el.

Y, como no, eso mejoraba incluso mas su propia relación.

Aunque en ese momento, verle sufrir dolía.

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