Quedar huérfana sin duda es lo que más me marcó, mas no tuve que pasar por un olfanato. La hermana de mi papá se hizo cargo de mí, así como de mi millonaria herencia. Bianca, mi tía, me crió como a su hija propia, ella no se caso para poder dedicarse a mí y a su marca Mosho.
Una marca conocida a nivel mundial de ropa y accesorios.Pero Bianca no es la única familia que tengo, mi mejor amigo es igual mi familia, lo conozco mucho antes de que mis padres murieran, en realidad el sigue viviendo en Francia, mi país natal. A comparación mía, que vivo en Nueva York junto a mi tía, mi mejor amigo se quedo en París, pero igual llega seguido para visitarme y también para visitar a su novia que igual vive aquí.
Justo ahora estoy esperando a mi tía en su despacho ya que me dijo que lo hiciera. Miro mi cabello castaño esperando.
Tocan la puerta y un segundo después mi tía entra mientras esta atendiendo una llamada, me saluda con la mano libre y se sienta en su sillón, yo estoy sentada en la silla frente a su escritorio, después de unos dos minutos por fin acaba la llamada ,ella suspira y deja el móvil sobre su escritorio, me mira y sonríe débilmente.
-Perdón la tardanza, tenía una reunión con unos posibles miembros del consejo-tomo aire.
-No tienes de que preocuparte- intente consolar, pero es sus ojos avellana, al igual que los míos, se veía todo el estrés.
-Bueno ya estoy aquí, quería hablarte de la posibilidad de mudarnos a Francia, las cosas de la empresa no van bien aquí, las vetas bajaron desde que apareció DIVAS, sin embargo el mercado en Europa no se vio afectado, también creo que te haría bien un cambio de aires ¿estás de acuerdo?- pregunto algo temerosa. No lo pensé demasiado solo asentí con la cabeza.
-Si es lo mejor, claro- dije tranquila.
-Entonces dentro de dos semanas empezará el traslado de nuestras cosas a la mansión de tus padres allá, nosotras nos iremos en un mes, veré que también seas transferida al instituto San Agustín, si no me equivoco ahí estudia Roger ¿verdad?- una sensación rara reinaba en mi cuerpo.
-Creo que sí, le preguntare e intentare averiguar algunas cosas del instituto para irme adaptando –sonreí de lado. Por un momento considere superficialmente la posibilidad y en verdad me emociona volver a Francia después de 12 años.
-Me parece bien, ahora me temo que tengo que irme a arreglar las cosas para el traslado de la empresa o bueno de la central allá, te veo mañana en la noche princesa- me dio un beso en la frente y salió de su despacho como un rayo.
Me quede un rato sentada a pensar las cosas. Recién tomé en cuenta la noticia, la sensación rara me cayó como balde de agua fría.
Volver a Francia...sonaba bien y mal, desde la muerte de mis padres no volví, no es que no haya tenido la oportunidad sino el que me doliera tanto la pérdida de mis padres, pero ahora creo estar lista para este cambio, además aquí nada me amarra.
{...}
Me quede pensativa toda la noche y parte de la mañana, ahora es hora de almuerzo y tengo que almorzar con Sara, una amiga, además que pienso decirles a mis amigos que me mudare. Roger llegara en la noche, según lo que me dijo allá ya acabaron las clases y comenzaran en dos meses, aun no le comente que me mudare ni nada, hoy en la noche se lo diré y también preguntare sobre mi nuevo instituto.
Llegue al comedor del instituto y busque con la mirada a Sara, ella estaba en la mesa de los populares, últimamente se junta con ellos no es que lo vea mal pero sospecho que ya se enredo con alguno de esos playboys. Ella me miro y me hizo señas con las manos, tome aire y fui a la mesa, todos me miraron con cierto asombro, quizá porque no suelo ser muy amistosa con ellos, sin prestarles atención me sente al lado de Sara con mi bandeja de comida.