Narrador
Johan llego a toda prisa por ordenes que su padre le había dado, además que Leyna se había escapado de el, cuando casi se besan, eso realmente lo enojo mas de lo habitual, no solo con Leyna sino con el mismo, quería besarla, quizá después del beso todo hubiera sido mas fácil, pero el beso no paso, era su autoreproche.
Bajo del auto, ignorando el hecho de que casi choca a un auto, le llamo la atención aquel auto, ya que le pareció ver a Leyna subir a este, pero decidió que era producto de su obsesion con ella.
Entro echando chispas, para mejorar las cosas su padre otraves coqueteaba con la gerente frente a todos, apretó los puños tanto que le dolían, llego frente a su padre, tomo un largo trago de aire para evitar golpear a la mujer.
-Buenas tardes, estoy aquí como me ordenaste, pero no sabia que esta empleada seguía siendo tu juguete, pensé que después de lo que paso con la secretaria ayer en tu oficina era el fin de esta-la miro con asco, su padre se rio sonoramente, entonces Johan sentía que esta al limite de golpear a la empleada.
-Señorita retirese-ordeno, esta asintió y se fue avergonzada.
-Cuando aprenderas que nunca podras conmigo hijo, jamás seras mejor que yo-lo miro inferiormente, Johan desvio la mirada apretando los labios.
-¿Qué es lo que querías?-dijo entre dientes.
-Hoy tenemos una cena empresarial, iras con Maria como buenos hermanos, con todo el teatro, habrá mucha prensa por la llegada de la Heredera Harrison y su tia la dueña de Mosho-a Johan se le iluminaron los ojos, ya sabia que se trataba de Leyna- y...necesito que te encargues de localizar una maleta justamente de un amigo de Leyna Harrison- Johan sin pensarlo asintió, su padre noto lo raro de su conducta.
-¿La conoces?-Johan no sabia que decir- Eso es un si, y veo que te pasa algo con ella-alzo una ceja.
-Va a San Agustin- intento disimular su emoción, pero es tarde.
-Mañana invitare a su tia y a ella a cenar, quiero que llegues con Maria, ya que su madre vendrá conmigo, además que los padres de Leyna fueron buenos amigos mios-Eso es una sorpresa para Johan, pero esta vez si lo oculta, asiente serio.
-Voy a localizar esa estúpida maleta- anuncia y se va hacia las oficinas de administración.
Stefan hoyo todo lo que hablaron Johan y su padre, sonríe malicioso- Hare lo que menos creiste que haría Johan, ya no molestaras a mi chica-
-¿Joven?-lo asusta una empleada del hotel.
-Iba a hablar con el señor Huber- lo dice rápido y empieza a alejarse en dirección al ascensor, el lugar por el que se había ido el señor hace unos segundos nada mas.
Stefan llega frente a las dos puertas de la oficina del padre de Johan, incluso el le tiene cierto respeto , claro además de miedo. Mira una vez mas el ascesor por donde hace apenas unos minutos el bajo, toma aire, vuelve la mirada a las dos puertas blancas, da un paso y toca dos veces, despúes de unos segundos se oye un Adelante, entonces Stefan entra nervioso.
Empuja la puerta y va apareciendo la gran oficina, alfombrado azul oscuro, muebles blancos y el escritorio negro, el señor Huber alza la vista, al verlo lo reconoce de inmediato, le da una sonrisa sorprendida.
-Stefan, que milagro verte por aquí, crei que nunca me visitarías- se para y le extiende la mano, Stefan se apresura en estrecharla lo mas seguro que puede.