No cambiaría nada de nada.

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Dormir juntos era algo que pasaba muy a menudo últimamente, pues siempre se desencadenaban situaciones que terminaban en ellos tendidos al lado del otro y usualmente, muy, muy cerca. Y Samuel estaba encantado con la situación, aunque para ser sinceros, solo una parte de él, porque por la otra, realmente le estaba haciendo daño. Sus sentimientos por Guillermo eran realmente fuertes y tratar de ocultarlos cada vez era más y más difícil, pero aún así no iba a objetar nada en contra de dormir juntos, sobretodo con el aspecto de Willy por las mañanas: sus mejillas sonrojadas, su voz grave que hacía que Samuel se derritiese, ese brillo inocente en los ojos, y esa sonrisa que le salía al ver que su compañero estaba a su lado, para luego susurrar un "Buenos días, pringao'". Vegetta no cambiaría eso por nada del mundo. 

Se movió un poco en respuesta, para besar dulcemente la frente de Guillermo, quien ahora estaba aún más nervioso y sonrojado, pero no dijo nada. 

—Buenos días.— Se dirigió a la cocina para hacer de desayunar, pues hoy le tocaba a él. Habían llegado al acuerdo de que cuando fuesen a desayunar juntos, un día le tocaría prepararlo a uno y la siguiente vez al otro.—¿Qué quieres desayunar?— Preguntó, volteándose hacia el menor, quien seguía en el sillón, donde se habían quedado durmiendo la noche anterior, tapándose los ojos con el brazo derecho, seguramente molesto por el sol, intentando desperezarse. Guillermo tenía un despertar lento, y eso Vegetta lo había aprendido a las malas. 

—¡Tortitas!— Gritó, girando hacia él, con una gran sonrisa en los labios. Ambos rieron a carcajadas por la actitud infantil del menor. Samuel sabía lo que Guillermo iba a decir incluso antes de preguntar, porque en las dos últimas semanas, todo lo que Willy había pedido para desayunar cada vez que Vegetta lo hacía, eran tortitas, y es que según el menor, Samuel las hacía realmente "ricas, ricas, como un campeón", textualmente. 

—¿Y con qué las quieres hoy? ¿Con sirope, muy de Estados Unidos, o con extra de chocolate, receta recién llegada de España?— Bromeó el mayor, mientras se preparaba también su tostada. El primer día había comido tortitas junto con Guillermo, pero había llegado a la conclusión de que eran demasiado dulces para él, y excepto en ocasiones especiales, él solía desayunar otra cosa. 

—Chocolate, claro.—Comentó el menor, mientras se acercaba a la cocina y ayudaba a Samuel a preparar la masa. Aunque, verdaderamente, más que ayudar, lo único que hacía era incordiar a Samuel, pero, como siempre, Samuel no cambiaría nada de nada. 

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Sé que ellos no saben cocinar un carajo, o al menos no sabían casi nada en la época de Los Ángeles, pero me parece que así va a quedar todo más "cute" y, no sé, me hace ilusión ver a Samuel preparar tortitas a Willy, xDDD. 

Destino. (Wigetta)Where stories live. Discover now