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Chris estaciono el auto  la derecha del de Steve en medio de la penumbra. Inseguro. La música en la casa se escuchaba desde afuera. Al menos no era el endemoniado David Gaham, aunque Brian Molko... le podía provocar otro gran dolor de cabeza. Claro, si se detenía a escuchar la advertencia de esa voz androgena.

Al compás de los marcados acordes de Pure Morning camino hacia la casa. Acoplando sus propios latidos a la percusión. Estaba claro. Podía ser muy entrometido. Podría estar fuera de lugar. Pero por otro lado. Ella lo había invitado expresamente. Solo era una cerveza. Si ya pasaba algo entre esos dos seria la cerveza y tendría que ser suficiente.

Cargando el sixpack de botellas, y poseído por ese espíritu confrontasional. Giro su otra copia de la llave de la puerta de la cabaña. Al fin de cuentas no tenia que pedir permiso para entrar en su propia casa.

Steve se detuvo detrás de la mesada de la cocina, mientras hacia volar la masa que improvisaba para satisfacer el antojo de ultimo minuto de Pepper... Pizza griega a la piedra. Su mirada se clavo en la puerta, ella se giro de inmediato sosteniendo su cóctel de fresas y champaña.

-¡Teddy!-  exclamo exaltada. 

Steve resoplo tras el mesón. intentando resignarse al inminente cambio de planes...

-¿Stella?-  Le sonrió, al verla levantarse de la butaca. Ella se abalanzo sobre el abrazándolo y besando su mejilla.

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[Enero 01; Diez años antes...]

Cerca de las tres de la mañana Pepper estaba bailando en medio de toda esa gente. Por primera y única vez en su vida, había ocurrido el milagro de que su madre le permitiera dar una fiesta en su casa.
Todo iba perfecto. Sus amigos mas cercanos, excepto Henry. Quien se encontraba solo tirado en su cama en compañía de un sixpack de cervezas. A un par de cuadras... no tenia ánimos de ir... no después del mal entendido episodio de la piscina. Habia sido un fin de año de mierda. Emily le estaba haciendo el corazón de pedacitos. No logro hacerla entrar en razón.

No había ocurrido nada entre Pepper y el, nada, salvo esa irrepetible confesión de por que le rompería el corazón ver a su "amada amiga" desolada si se iba a estudiar al extranjero.

Emily estaba peleada de muerte con Pepper y todos se enteraron de la tragedia Shakesperiana. No conforme con la reacción de la gente, que por una razón que no lograba comprender. Le dieron el voto de confianza a la jovencita que tenia aspecto de chico guapo y a la que jamas habían visto en ninguna clase de desliz con los muchachos. 

No Pepper...  jamas podría haber seducido a Henry.  Pepper no podía competir contra Emily. Porque tenia esa impresionante cabellera rubia, esos preciosos ojos azules. Esa pequeña boca carnosa, la mas sensual de toda la escuela y esas curvas... que hubiera puesto de rodillas a medio colegio. 

Todos estaban bailando en la fiesta... todo estaba perfecto. Hasta que esa compañera, le aviso que una pareja se había encerrado en su habitación.

Chris la vio cruzar la sala en dirección a las escaleras. Gracias a Dios había cerrado con llave la habitación de su madre. No iba a tolerar que intentaran convertir su casa en un motel barato.  -Pepper...- le fue hablar Chris acercándose con un par de cervezas. Ella no le presto atención y al verla apresurada la siguió.

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