¡Acabemos Con Las Zorras!

9.- Ojos ámbar

Capítulo 9: Ojos ámbar

Lenay's POV

Estoy sentada en la sala de espera del hospital, con un pañuelo en la mano derecha y mi celular en la izquierda. Mis padres están junto a los padres de mis amigas y pareciera que ninguno de ellos hubiera dormido en días.

Es entonces cuando sale un médico bastante joven, de unos 32 o 33 años. Pregunta primero por la familia de Emily.

Su madre y Luke se acercan rápidamente y veo como ambos suspiran. Pareciera que a ella se le hubiera quitado un peso de encima. En cambio, Luke sigue muy preocupado.

Llaman a la familia de Vanessa y son sus padres los que se acercan. Se les escapan algunas lágrimas pero esbozan una sonrisa algo forzada.

Luego me acerco a ellos, pues de Danielle y de Eleanor no sabemos mucho. La primera iba de copiloto y cuando se volcó el auto cayó justo por donde ella estaba, por eso se encontraba con riesgo vital hace unas horas. Lo último que supimos de ella es que la estaban operando, ya que tenía múltiples fracturas y una de sus costillas amenazaba con perforarle el pulmón, lo que la mataría.

Eleanor estaba del lado de Danielle también, pero iba en el asiento trasero y según la policía, Danielle la habría cubierto para que nada le pasase. Por lo visto, resultó, ya que estaba mucho mejor que su parabatai al momento en que llegó al hospital.

—¿Cómo están? —le pregunto a Luke y me mira con pena.

—Mi hermana está mucho mejor. Ya no está grave, pero debe permanecer hospitalizada. Y Van...

—Van... ¿qué?

—Pues casi estuvo en estado de coma por casi dos horas, pero salió de él —explica y noto cómo de a poco se le quiebra la voz—. Dicen que se pegó muy fuerte en la cabeza, pero se mejorará.

—Van a salir de esto. Son todas muy fuertes —nos consuela mi mamá y yo le dedico una sonrisa de agradecimiento.

Esperamos un poco más. Los padres de Dan y de Ele se miran con preocupación, pero intentan mantener la calma.

—¿Danielle Collins y Eleanor Cooper? —pregunta el médico un rato después.

Me acerco yo también, lo suficiente para escuchar y que no me echen.

—Ambas están mejor. Danielle tiene múltiples fracturas y la perdimos durante unos minutos, pero alcanzamos a reanimarla. Salió estable de su operación, pero mantenemos la alerta de riesgo vital por sus costillas. Por parte de Eleanor, ella está mejor. Gracias a su amiga es que no murió, pues uno de los vidrios que explotó en su espalda le puso haber dado en la cabeza. Le operamos el pie que tenía sano, porque se lo había partido y teníamos que volver a unir los huesos.

Hizo una pausa para llamarnos a nosotros y nos acercamos con temor.

—Hoy ya es muy tarde para que las pasen a ver y necesitan descansar. Mañana, desde las nueve, podrán verlas, pero puede que estén sedadas.

Miro la hora y abro los ojos como platos. ¿Ya es la una de la madrugada? ¡Pero si aquí llegué a las seis y media!

Le aviso a mi mamá que iré a comprar algo para comer y salgo de la clínica. Necesito respirar un poco de aire fresco.

***

Camino alrededor de media hora, hasta que encuentro por fin un local abierto. «Bar y Restaurant Midnight Dance» se lee en el cartel de neón de afuera.