Ya quedaba poco para que se acabase el verano y todavía parecía que quedaba mucho por hacer, Daniel seguía un poco aturdido por la situación económica de sus padres pero aún así intentaba disfrutar lo máximo que podía.
No había día que no dejase de pensar en Laura, ¿cómo estaría? ¿qué estará haciendo?¿se acordará de mi? , preguntas así le rondaban todo el tiempo en su cabeza y por eso buscaba cosas en las que distraerse.
Llevaba mucho tiempo sin ver a sus amigos y preguntó por el grupo de WhatsApp "Los Paninos", que surgió de su afición a la cultura mafiosa italiana y a que siempre compartían los bocadillos en el recreo. Todos contestaron rápidamente y uno sugirió quedar para verse, todo estaban de acuerdo y empezaron a proponer sitios. Normalmente iban a la bolera o a comer pizzas pero esta vez uno de sus amigos propuso una salida diferente. Dijo de ir a una discoteca del centro de la ciudad, nadie dio su opinión al principio pero terminaron todos diciendo que sí, el último fue Dani, él no estaba tan seguro de ir y no tenía mucho dinero para ir a ese sitio. Se lo comentó a un amigo y le dijo que se lo prestaba sin problema pero que tenía que ir.
Dani no estaba seguro de que su madre le dijese que sí, así que le dijo que iba a dormir a casa de un amigo a dormir. Estaba nervioso, tanto por si su madre le pillaba y por saber cómo sería la discoteca. Quedaron a las siete en una plaza cercana a la disco, allí la gente que iba a esa discoteca quedaba para beber y conocer. La mayoría llevaban bolsas con botellas que se repartían, y se sorprendía de la cantidad de gente que había y de que no anocheciese y ya hubiese gente que no se podía mantenerse en pie, la verdad es que eso le parecía bastante gracioso.
Llegaron las nueve y entraron, había muchas luces de todos los colores, humo y ruido, había gente que parecían lombrices, tanto porque bailaban de forma random y porque estaban en el suelo inmóviles. Ellos bailaron un rato y se encontraron en la pista con algunas chicas del colegio. Estuvieron juntos bastante tiempo y a eso de las doce decidieron volver a casa, una de las chicas se había pegado a él , demasiado para su gusto , pero se dio cuenta que era porque la chica iba bastante mareada y casi que no se sostenía en pie. Él tampoco estaba como para cuidar de otra persona pero que ella estuviese así le dio fuerzas para seguir firme.
Se habían ido la mayoría excepto el amigo que le había dicho que se quedase a dormir en su casa. A él le habían dado hora para llegar a casa y ya llegaba un poco tarde así que no podía esperar más a Dani, le dijo que ya se inventaría algo para que entrase en su casa pero él se tenía que ir ya. Dani no sabía a dónde ir, la chica había empezado a vomitar y le daba pena dejarla sola a esas horas en la calle. Como pudo le preguntó dónde vivía y ella balbuceando le indicó por donde vivía, que por casualidad estaba cerca de su casa.
Cogieron el metro y la llevaba a caballito en algunos tramos, ella estaba pasándolo bastante bien pero él quería tirarla a las vías del tren. Llegaron a su casa y se vio en otro roto,"¿cómo le digo a sus padres que está borracha?", pensaba que le echarían la culpa a él y pensaba todo tipo de excusas que decirles. Llamó al timbre y salió una señora con rulos, con cara cansada y un poco enfadada, y le dijo que traía a su hija a casa, que eran compañeros del instituto y que la vio cuando iba en el metro sentada en el suelo cabizbaja y se preocupo por ella, y como sabía que vivían cerca le acompañó hasta su casa. La señora no reaccionó tan mal, la cogió del brazo, la llevó para adentro, le miró, le dio las gracias a Dani, y cerró con un portazo. Después solo se escucharon algunos gritos.
Ahora Dani seguía en una encrucijada ,estaba como a tres paradas de metro de la casa de su amigo y el metro ya había cerrado. Se puso los cascos y emprendió la marcha, tenía mucho frio y miraba a todos lados por si alguien aparecía. Cuando iba por el camino escuchó voces de personas que se le hacían conocidas, miró y era Laura con un chico, con el cual se reían a carcajadas. Eso le molestó y empezó a caminar más rápido, casi a correr, para alejarse lo máximo posible de allí.
Cuando estaba en el portal de la casa de su amigo le llamó por teléfono para que le dejase entrar, él le dijo que habían llegado unos tíos de fuera y que no había sitio en su casa para él, pero que le había dejado las llaves del trastero en el buzón para que pasase allí la noche. Dani no podía creer lo que le habían dicho, no se imaginaba que esa noche terminase durmiendo en un trastero. Bajó intentando hacer el menor ruido posible y se acomodó en un sofá-cama que allí había.
Eran casi las cuatro de la mañana y miró los mensajes que tenía, uno de ellos era de su madre que le preguntaba qué tal lo estaban pasando y que le deseaba dulces sueños. Con todo el dolor de su corazón le escribió: "bien ,sí, bastante bien".
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El día que la vida me encontró
RandomDani se enfrentará a algo que muchos han pasado pero experimentará cosas que nunca imagino.