Pov. Jungkook
Había llegado no hacía más de diez días a esta escuela, y aun no tenía ningún amigo. De hecho no conocía a nadie. Mi vida se pasaba entre los libros y las clases de matemáticas, que eran mis favoritas. Estaba un poco harto de las molestias constantes de mis compañeros, pero ya no importaba. Acá en esta nueva escuela, a nadie parecía importarle, por lo que estaba más tranquilo. Había salido al patio, como todos los días.
Llevaba mi edición de Romeo y Julieta, esperando que nadie me interrumpiera, me senté en una banca a leer.Estaba tan ensimismado, que no me percate cuando alguien hizo sombra frente a mí, sino hasta que me dirigió la palabra.
ㅡ ¿Cariño, que es lo que lees?. - Escuché una voz femenina dirigirse a mi.
Me sobresalte y se me cayó el libro de la pura sorpresa. Levante un poco la vista y me encontré con unas largas piernas, a medida que subía la mirada sentí como me iba quedando sin aire, me encontré con una falda mínima, luego con una cintura deliciosa, el ombligo precioso, y me quede un poco pegado en la suave curva de los senos, que parecían querer huir de su ropa.
Hasta que lentamente subí y vio esos labios rojos, sentí que mi entrepierna se endurecía al momento, solo de ver esa cara excitante que me miraba como si quisiera devorarme. Sentí que el rubor subía a mi rostro.
Entonces, ella se agacho a recoger mi libro. Cuando subió sus pechos casi quedaron pegados a mi cara y pensé que iba a tener un orgasmo allí mismo. Nunca había conocido, en toda mi existencia a una chica tan sexy y hermosa. Ese cabello marrón, cayendo en ondas, y esos ojos cafés, marcados de lujuria. Y esa boca, podría ser mi total perdición. Pero estaba seguro de que esto no era más que una ilusión o un mal sueño: una chica así jamás se acercaría a mí.
Creo que tenía la boca abierta de puro asombro. De pronto ella me volvió a hablar.
ㅡ Amor, se te cayo esto, ¿me dirás que es lo que lees?
ㅡ Yo leo Shakespeare.
ㅡ ¿Shakespeare?
No quería decir que era Romeo y Julieta o me creería un cursi estúpido. La mire con algo de temor, tratando de dilucidar a que venían sus preguntas, tan extrañas y repentinas.
Vi como me sonreía y se sentaba a mi lado. ¿En realidad no estaba soñando? Una chica así de hermosa sentándose a mi lado, esto tenía que ser alguna clase de broma. ¿En dónde están las cámaras?Entonces, fue que sentí su pequeña mano en mi muslo y sentí que las piernas se me hacían agua. ¡Me estaba tocando... a mí! ¡Ese hermoso ángel, caído del cielo, me miraba, me hablaba me sonreía y me tocaba a mí! En realidad esto tenía que ser un sueño, pero no quería despertar.
ㅡ ¿Y me leerías algo de eso, para ver de qué se trata?
Ay Dios, quiere que le lea algo por favor, algo lindo, algo que le demuestre lo que siento... hojee el libro tratando de busca un pasaje hermosos y cuando vi uno, lo leí casi sin mirarla o se me trabaría la lengua... solo esperaba no asustarla.
ㅡ "¡Habla! -¡Oh! ¡Prosigue hablando, ángel resplandeciente! Pues al alzar, para verte, la mirada, tan radiante me apareces, como un celeste y alado mensajero a la atónita vista de los mortales, que, con ojos elevados al Cielo, se inclinan hacia atrás para contemplarte, cuando a trechos franquea el curso de las perezosas nubes y boga en el seno del ambiente..."
¿Por Dios, no habrá sido demasiado cursi? Me sentí un poco incómodo, pero la mire y ella estaba como tensa y vi como un pequeño suspiro se le escapó de los labios. Si, al menos había sido capaz de rozarla con esas palabras. Me sentí bien y una sonrisa boba se me escapo de los labios.
Pero entonces ella subió más la mano y creí que iba a tener que salir disparado o me iba a dar una ataque cardíaco... casi me toca... ahí... y yo sentí que moría. Un calor demandante subió por mi cuerpo y la temperatura se me elevo en dos segundos. Trate con toda mi fuerza de que no se me notara la erección que salió amenazante, pero entonces vi que sus hermosos ojos me miraba la entrepierna... ¡No! Que va a pensar, que soy un pervertido o algo así.
Tierra trágame, yo y mis malditas hormonas.
Pero ella no pareció molesta e incluso sonrió. La mire embobado y vi como se mojaba los labios con su roja y sexy lengua, hasta este punto de mi vida, esto era lo más malditamente sexy que mis ojos habían visto, no es que hubiesen visto mucho, pero seguro que andaría desvariando por varias semanas.
ㅡ ¿Cómo es que te llamas? —me pregunto
ㅡ JungKook. Jeon Jungkook — le conteste tan bajo que temí que no me hubiese escuchado. Ni la voz me salía, maldición.
ㅡ Jungkook, lindo nombre. Yo soy _____. Pero puedes llamarme (Rayis).
Me tendió su mano y yo la tome, casi sin pensarlo y la apreté, un poco ansioso. Allí sentí como se me derretía la espalda y me daba un cosquilleo incesante en el estómago. Había visto lucecitas en pleno día. No podía existir tanta belleza en una sola persona.
Para mi pesar ella retiro la mano muy pronto, y temí haberme sobrepasado. Ella me dijo su nombre, y era tan perfecto que no pude evitar que un pensamiento se me deslizara por los labios:
ㅡ ______, eso es casi lo mismo que hermosa.
Inmediatamente me recrimine por ser tan idiota. Como se me cuelan los pensamientos por la boca. Excelente Jungkook, te estás luciendo. Me quise golpear a mí mismo. Ella frunció el ceño y supe que no le gusto. El terror se apodero de mí.
ㅡ Bueno, como te gusta Shakespeare quizás me podrías ayudar. Toma, acá tienes mi teléfono, dame el tuyo, nos comunicaremos, ¿estás de acuerdo?
En cuanto escuche la palabra teléfono mi mente aterrizo y escribí el mío en una velocidad récord. No era una oportunidad que desperdiciar. Le asentí con la cabeza y le entregue mi número. No quería meter la pata de nuevo, así que mejor me quedaba callado.
Entonces te llamaré.
Y sus labios de coral se acercaron a mi mejilla y me besó. En ese mismo momento supe que estaba perdido. Se me escapo un gemido a vergonzante y rogué porque no lo hubiese escuchado. Esa chica, era mi ángel, y no podría jamás mirar a otra mujer. En dos minutos me había vuelto loco. Lo único que quería era volver a verla. Lo que fuese por solo un beso de sus labios.
La vi alejarse, con un bamboleo suave de caderas y era una visión celestial. Apreté los puños y aguante el deseo infantil de salir gritando de felicidad.
Disimuladamente la mire para que no me viera y observe como conversaba con sus amigas. No le importo que yo no fuese nada, ella misma se había acercado a mí. Ella me había tocado, hablado y besado todo en un mismo día. Increíble, mis plegarias habían sido escuchadas.
Apreté con fuerza el papel en que ella me había entregado su número y lo guarde como un auténtico tesoro. No me creía capaz de llamarla, pero no importaba. El número era mío y con eso yo ya era feliz. El corazón casi se me salía del pecho y no quise pararme todavía, por temor a que todos notaran la erección que todavía tenía y no quería ceder. Espere más de lo necesario, cuando casi todos se hubieron retirado a su salones y recién me puse de pie. Me dirigí a mi clase y no preste atención ni un solo segundo, a pesar de que las matemáticas era mi clase favorita. En mi mente solo bailaban una palabras maravillosa: ______.
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ㅡ 𝕭𝖎𝖙𝖈𝖍
FanfictionEres la chica más linda de la escuela y también malvada, pervertida y coqueta, siempre tienes lo que deseas, es por eso que verás en Jungkook, un tímido y sencillo estudiante, la materia prima ideal para su hombre de ensueño. El problema es que nec...