Capitulo 9 - El sacrificio

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  Hola, soy Blu Morphy, mi compañero Ikaros y yo estamos atrapados en una madriguera de ratón, casi tomando el papel de uno, escapando del humano que está afuera, en un rol del "gato". Nos encontramos lejos de su alcance (al menos por el momento), era una preocupación menos, aunque al escapar de él, mi ala resultó herida. 

-¿Estarás bien? –Me preguntó Ikaros cuando nos adentramos en el lugar temporalmente seguro, a lo que asentí pasando con suavidad mi mano por mis alas, limpiándolas. Me dolían, pero pude aguantármelo, él sólo suspiró acercándose a mí, abrazándome contra él y así nos quedamos un momento, él acariciaba con delicadez y cariño mis cabellos hasta el inicio de mis antenas.

-Yo estoy bien, eres tú el que me preocupa.

-He estado en situaciones peores -y se echó a reír leve, aunque yo mantenía una mirada aún preocupada- 

-Lo que tenía el hombre en su caja... -cambié el tema, pues eso rondaba por mi mente desde hace ya un rato, necesitaba saber a que nos enfrentamos.

-Una bomba, supongo. Por lo que olfateé, no es de fuego, es una especie de arma biológica, eso ya debes conocerlo, pues tomas algo de la naturaleza como arma, asqueroso. -Puso mala cara, y sí, los lepids sabemos de ello, si hay algo que despreciamos de todas las armas humanas, no son sólo las que dañan a la naturaleza, sino aquéllas que la usan y modifican para hacerla peligrosa.

-Entonces van a liberar un virus o bacterias modificadas para ser asesinas, sino me equivoco.

-Así es.

-Creo que ya sé lo que intenta hacer -La idea pasó por mi mente en un flash de luz, abriendo grande los ojos- Tú lo dijiste, quieren algo que los cure siempre, hasta el punto de llegar a algo similar a la inmortalidad, y al obtenerlo, al obtenernos a nosotros para eso... ¡Piensan destruir a su enemigo con una enfermedad, para ellos salir victoriosos!

-Estas cerca. Blu, realmente pienso igual, aunque creo que el fin de todo esto es enfermar a una gran masa de personas, teniendo ellos la cura para salvarlos. El mundo comenzaría a depender de ellos, se darían cuenta de la existencia de los lepids y los bosques serían historia, pues necesitan crear en masas sus medicinas. -Se alejó de mí un momento, pasando sus manos por las antenas y revolviendo su cabello- Esto está mal, aún después de esto, si llegamos a escapar, los lepids estamos amenazados.

-¡No si lo combatimos! -Me acerqué desde atrás, tomando sus hombros- Somos el futuro ¿Recuerdas? 

-Hmm... -se llevó una mano al mentón- Pero eso va mucho más allá de hacer que los lepids trabajen en equipo para que no tantos mueran en el proceso infante. No, no sólo eso, sino volvernos mixtos todos para poder saber que harán y poder contraatacar, no simplemente limpiando bosques; debemos limpiar pueblos, ciudades, países enteros. Ser más para que nuestra fuerza sea mayor. -Se giró para que nuestros orbes azules entrasen en contacto- Para salvarnos nosotros, hay que salvar a los humanos que controlan el planeta en el que vivimos, así se resolvería el problema de raíz.

-¿Qué debemos hacer?

-Encontrar al anciano, él llevaba el experimento, y tratar de razonar con él.

En eso, sentimos un temblor en el túnel, algo estaba golpeando las paredes, haciendo que arena y escombros cayesen sobre nosotros. De pronto, un agujero se abrió, era un material de metal en forma de triangulo plano, afilado en la punta y sostenido con una rama.

-¡Hay que irnos! -Ikaros tomó mi mano y así corrimos por la madriguera de ratón, aunque me preocupaba el humano, estos ratones también eran otro problema, pues comían mariposas. Espero seriamente que sean los que escaparon de sus jaulas por los experimentos.

Alas azules - por: Rumay-chianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora