Capítulo 1

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Me apresuro a recoger mi maleta, la cual va tan llena que presiento que de un momento a otro va a abrirse y a salirse todo. Me choco con una pobre señora a la que no veo, y esta me dice algo, pero no logro averiguar el qué, aunque a juzgar por la cara que me ha puesto algo muy bueno no debe ser. Agarro la maleta por el asa y la bajo de la cinta transportadora. La llevo a rastras hasta la puerta de salida de la terminal y una vez allí busco algún taxi. Me siento en el bordillo de la acera junto a varios carritos y me saco el móvil del bolsillo pequeño de la mochila para llamar a mi madre. Esta responde a los pocos segundos de marcar. Le digo que no se preocupe, que ya he llegado a mi destino y que el vuelo me ha resultado cómodo. Ella se queda un poco más tranquila, pero me pide que la llame cuando llegue al apartamento. En su voz noto que está intranquila y tiene miedo de que me pase algo. Cuando esta mañana salíamos de mi casa, me hizo prometerle que nunca saldría a la calle sola, que siempre iría tapada y con una ropa que no fuera provocativa, y que la llamaría al menos una vez a la semana para asegurarme de que todo iba bien. Con un poco de suerte, también volvería a mi ciudad a pasar las vacaciones de Navidad en compañía de toda mi familia y mis amigos. Mis amigos...Ya los hecho de menos...

 Cuando llevo varios minutos allí y finalizo la llamada con mi madre, pasa al lado mía un taxi y le hago una señal para que pare. Se baja un hombre que rondará los cuarenta y dice llamarse Nabil para ayudarme a meter mi maleta y mi mochila en el maletero del coche. Cuando están ya detrás guardadas, me pongo en el asiento delantero al lado de este hombre.

-Dime la dirección por favor.-Me pide el taxista. 

Saco un papelito del bolsillo de mi sudadera y se la digo. Nabil arranca y en pocos minutos ya hemos dejado atrás el aeropuerto. El camino hasta donde voy a vivir estos próximos años se me hace largo, porque Nabil es un hombre muy serio y borde, y todas las veces le he tengo que sacar tema de conversación yo, haciéndole preguntas a las que él responde tajante y dando poca información. Le pregunto si le gusta su ciudad. No dice nada, simplemente enciende la radio y le sube el volumen a una canción que está sonando y, por lo que veo, le gusta mucho.

-Ahhh...Douzi...-Suspira el taxista borde.

¿Quién demonios es Douzi? Intuyo que será un cantante famoso aquí en este país. La música es preciosa, pero este hombre tan antipático me intimida y sólo tengo ganas de llegar ya a mi apartamento. Apoyo la cabeza sobre la ventana y cierro los ojos, dejándome llevar por mi gran imaginación y la música de fondo que ahora logro reconocer. El taxista ha cambiado la emisora y en vez de sonar aquel cantante que parece ser de su agrado suena un conocido tema de Bruno Mars.  

¿Este es mi destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora