"Negro es la ausencia de luz, pero blanco es la ausencia de memoria, el color de no poder recordad..."Ocho años más tarde.
El cielo oscuro, tendido como un vasto manto sobre sus ojos le deja una sensación cálida rondando por su vientre. Observar la oscuridad de la noche era, sin duda, una de sus cosas favoritas. Tiene los ojos brillantes, a consecuencia del reflejo de las estrellas esparcidas sobre el cielo. A veces, Guang-Hong cerraba sus ojos e imagina su cuerpo flotando a través del espacio. Cerraba sus ojos y se entregaba al viento que golpeaba su rostro cubierto de pecas.
En ocasiones, las cuales no eran pocas, Guang no estaba seguro de lo que esperaba, del rumbo que había tomado su vida luego de dejar — huir — de Estados Unidos en su adolescencia.
Había estado un montón de tiempo batallando con los recuerdos que violentos se aparecían por su cabeza, con la sensación de repugnancia hacia sí mismo que le invadía cuando en las noches intentaba dormir.
Guang exhala el humo del cigarrillo que estaba conteniendo en su boca, luego de haber inhalado durante unos segundos. Siente también el sabor de éste bajar por su garganta sin hacerle daño, el sabor de la menta fuerte impregnándose alrededor de su cuerpo.
Suspira pesado, sin llegar a relajarse luego de haber consumidos dos cigarrillos seguidos. Era un hábito que aparecía en él cuando los nervios surgían del lugar en el cual se habían mantenido ocultos. Sus pies se movían rápido chocando contra el piso de cerámica blanca y elegante.
— Vas, de alguna manera, por acabar de hacer un hoyo allí si te sigues moviendo. —Guang detiene sus pasos apresurados sin ningún rumbo cuando escucha esa voz cerca de él.
— No puedo con esto. —Susurra, sabiendo que el otro solo a unos centímetros es capaz de escucharle. —Yo solo... sé que saldrá mal.
— Pero eres brillante. —Comenta, con sus manos tomando el rostro joven de ojos castaños. — Eres una estrella.
Guang-Hong frunce su gesto, aún con sus ojos brillantes. — No trates de animarme de esa forma, Phichit.
— Que estemos justo en Estados Unidos no cambia quien eres Guang. Eres justo el chico que se asemeja a las estrellas. — Hace una pausa y luego sonríe soltando la cara pecosa de su compañero— No, espera. Ji Guang-Hong es mucho más brillante que las estrellas allá arriba.
El de pelo castaño y alborotado quiere decir algo, soltar si quiera unas gracias bajito en susurros, pero las palabras mueren en su boca, se quedan atascadas en su garganta junto al sabor del par de cigarros que fumó en momentos anteriores. Y el silencio es algo que entre ambos siempre se ha sentido cómodo. La conexión entre ellos volviéndose fuerte sin necesidad de decir sin más nada.
Guang observa el perfil de Phichit vagamente iluminado por la luz de una ampolleta sobre sus cabezas. Ve la nariz pequeña y la sonrisa que está plantada en su boca. Algunos mechones de el pelo negro de Phichit escaparse para colgar frente a sus ojos, también oscuros y perdidos entre los billones de estrellas en esa noche. Perdidos en algún lugar de ese cielo nocturno intentando dar con algo.
Él se permite sonreír, evocando los recuerdos siempre buenos que le trae la persona a su lado. Su único y buen amigo durante tiempo.
Guang y Phichit se habían conocido una tarde fresca de primavera, con los ojos brillantes y los corazones tristes, Guang había tomado justo el transporte equivocado esa tarde, había maldecido sin vergüenza en voz alta para posterior golpear — por error— una bolsa con víveres que el tailandés llevaba en su mano. Eso era algo de lo que Guang, con sus diecinueve años no se arrepentía. Un mes después del acontecimiento, ambos habían logrado mantener el contacto y a veces quedaban para tomar un refresco por las tardes. Tiempo después, Guang se había dado cuenta de que, Phichit, era esa clase de persona que debería mantener en su vida siempre.
— ¿Sabes? —El moreno le interrumpe, apoyando una de sus manos sobre la cabeza de Guang . — Mañana vas a hacerlo increíble.
Los ojos de ambos conectando por un momento. La seguridad y el miedo contrastando.
— Gracias —Dice rápido. — No podría manejarlo sin sentir tu apoyo.
Phichit suelta una risa bajita, desordenando el pelo castaño de Guang— Tu fotógrafo será un chico de veintiséis, aún no conozco su nombre, pero trabaja en la revista. Ve a dormir, es tarde.
— Sí, y procura descansar. Ten buenas noches.
Estaba mal, sus decisiones iban convirtiéndose en sus enemigas constantemente. Guang había olvidado el punto en el cual ya no sabía reconocer entre lo bueno y malo. Entre lo que debía y no hacer.
Estaban ambos de vuelta en aquel país después de tanto, y para ser sinceros el dolor que todo eso causaba en Guang le sorprendía.
Después de haber transcurrido casi ocho años la herida ardía con un fuego feroz sobre su piel.
Los sucesos habían ocurrido muy rápidos como para que él fuera capaz de detenerlos sin que estos escaparan de sus manos.
Guang muerde sus labios fuerte, mirando la punta de los dedos de sus pies mojarse, ve sus piernas largas y desnudas cubierta de espuma. Ve la cicatriz que marcando su piel se alza orgullosa, y le duele como la mierda justo el corazón. Se estremece y sus manos van a apoyarse contra los claros azulejos del baño.
"—Estaba jodido, estaba marcado desde antes de llegar al mundo. Enfermo."
Y grita. Grita fuerte porque a pesar de lo fuerte que puede parecer solo es un mocoso de veintitrés años aterrorizado en el mundo. Grita en silencio ahogando su boca con agua que cae de la regadera. Las gotas calientes chocando en su piel. Las lágrimas que los recuerdos le traen se mezclan y bajan por su cara enrojecida. Y para Guang no hay peor momento que el instante luego de sentir la desesperación embargar por completo su cuerpo.
Porque a pesar de todo, su mente no podía quedar en blanco, y los recuerdos eran el arma más letal para dañarle.
— Estoy podrido.
✿✿✿ Notas finales:
Intenté hacerlo más largo, pero solo salió esto.
Quiero decir que aquí se trataran temas delicados [No tan fuertes o chocantes] Sin embargo, discreción.
ESTÁS LEYENDO
Whisper It [LeoJi]
FanfictionY luego de mucho tiempo, eso, para lo cual él no tenía nombre, seguía estando allí.