Cuarto mes.

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El cuarto mes. El mes donde casualmente (a veces) el bebé dejaba verse y mostrar a sus padres junto al doctor lo que sería.

Donde empezaban a moverse y empezaban a reaccionar ante las voces de sus futuros padres. Donde experimentaban los mismos sentimientos que su madre. Todo bonito, todo bello.

Excepto para la familia Uzumaki-Uchiha.

Los bebés no se dejaban ver. Y se movían como si se les hubiera metido el diablo. Naruto y Sasuke solo podían rezar para que no fueran como el rubio en su niñez.

Y eso los tenia cansados. Imagínense, si apenas al cuarto mes de gestación se cansaban, ¿como seria cuando nacieran los niños?

Un CAOS total.

Y ellos pueden dar fe de ello.

—¿No se calman?— preguntó Sasuke desde la cocina. Estaba preparándose un te a el y a Naruto.

—Aun… no— el rubio hizo una mueca cuando uno de sus hijos le pateó demasiado fuerte cerca de su vejiga.

Podían ser demasiado chiquitos, pero eran fuertes.

—Itachi nos recomendó ir con tu abuela Tsunade.

—¿Mi abuela? ¿Para que?—alzo una ceja y preguntó extrañado el menor mientras se sobaba uno de sus costados sintiendo como sus hijos se removían casi en su palma.

—Si, el está ocupado en varias cosas. Además pronto daremos la noticia de ellos— señalo al vientre de Naruto— Después de todo, son muy activos. Quieren hacerse notar.

—Si-ttebayo.

Ambos sonrieron y le dieron sorbos a su té. Era verdad que no habían dicho nada a nadie sobre los futuros integrantes de la familia. Pero ellos aun no se sentían con las ganas de avisarle al mundo entero de sus hijos.

Pronto los tendrían en sus brazos, siendo felices con ellos. Lo que mas querían desde hace cinco años.

—Bien, ya llame a mi madre y dijo que viene en camino con mi padre— exclamó Sasuke mientras guardaba su celular.

—Oh, Fugaku vendrá— susurró desganado Naruto echando la cabeza hacia atrás.

Sasuke tronó sus dedos y empezó a preparar la cena. Pero luego recordó algo importante.

—Naruto, ¿Ya llamaste a tus padres?

El rubio sólo asintió mientras limpiaba la mesa.

Se encogió de hombros y siguió en lo suyo. No podía negar que estaba nervioso por la noticia. No sabia como reaccionarían.

Sabia que su madre sospechaba porque el le preguntó los síntomas mas comunes en un embarazo. Si, el y su bocota.

Pero ahora, no mas secretos a la familia. Le darán una cálida bienvenida a los mellizos y los aceptarán como si nada.

Sonrió en sus adentros ante la imagen mental. El y Naruto junto a sus bebés. Antes, si le hubieran dicho que iba a formar una familia con el idiota que reprobó dos veces el año en la academia los hubiera golpeado y les hubiera lanzado un chidori, lo cual no sabia de donde inventó pero ahí estaba.

Ja, ya mero que fueran ninjas.

Negó con la cabeza y siguió con la cena. Escuchando las quejas de Naruto con ponerse algo formal, cuando quería ponerse unos shorts deportivos y una playera para dormir.

¡Doncel Por Error!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora