Quinto mes

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Estaba cansado.

Bueno, algo cansado. Pensaba que tal vez el quinto mes seria su descanso, pero que equivocado estaba. Los niños se habían vuelto mas activos y por supuesto mas grandes; conforme las semanas aumentaban su tamaño y peso, lo cual era algo bueno y algo no tan favorable para Naruto.

El amaba a sus hijos, pero a veces sentía que se le iba el aliento con una de las patadas que lanzaban cerca de sus costillas o de su vejiga, porque si, sus hijos se habían posicionado mas arriba de su vientre, por tanto ahora jugaban con sus pobres órganos y huesos.

Era una atracción de juegos para sus futuros hijos. Pero no se quejaba, siempre esas patadas le sacaban una gran sonrisa.

Y esa noche no era la excepción.

Sus hijos ya estaban mas despiertos, por tanto se podría decir que toda la noche estaban pateando y moviéndose de un lado a otro. No dejando dormir a su rubio padre.

Y es que, la voz de Sasuke y su tacto los volvía locos.

El doncel con solo emitir un sonido provocaba una estampida dentro del vientre del varón, que solo podía poner una mano en la boca del contrario.

Sino, no se calmaban.

—¡Naruto!— la voz de Sasuke se escuchó dentro del baño, atrayendo la atención del rubio y de dos personitas más — ¿Haz visto mi cepillo? No lo encuentro.

Naruto simplemente hizo una mueca cuando uno de los bebés pateó demasiado fuerte cerca de su costilla derecha. Se levantó sin medir precauciones y caminó con una mano recargado en su espalda tratando de aminorar el dolor que tenia en esta.

—Uhm… creo que está…— no pudo terminar la frase porque sintió un dolor pequeño en su vientre bajo. Hizo una mueca y se dedicó a calmar el dolor acariciando esa zona.

—¿Naruto?

—Ah si, creo que esta atrás del espejo.

—¿Por que esta ahí?— murmuró el moreno mientras abría la pequeña puerta detrás del espejo y miraba su cepillo morado reposando en la madera sucia. SUCIA.

—Porque por "accidente" se cayo al inodoro-ttebayo.

Sasuke volteó a verlo con brusquedad. Naruto casi jura que escuchó su cuello crujir de la rápida manera en que lo giro.

—Eres un asqueroso.

Y el cepillo fue tirado en el basurero, lavándose las manos cuna mueca de asco. Por poco y no le hubieran dicho, se hubiera lavado los dientes con eso.

Negó con la cabeza mientras abría otro paquete de cepillos de dientes, siempre compraba tres y empezó a hacer su labor habitual antes de dormir.

El sonido de las bocinas empezaba a alterar a los bebés, sin embargo Naruto daba bocanadas de aire para no soltar un gemido de dolor. Solo estaba serio y con el ceño fruncido.

Mientras que Sasuke estaba viendo su celular. Al parecer estaba revisando algunos mensajes.

—¡Avanza estúpido! — gritó el rubio ya harto, por el maldito trafico y por los constantes movimientos de los bebés.

Sasuke se sobresaltó pero no lo demostró, siguiendo escribiendo en su celular. Estaba hablando con Itachi, quien le decía varias cosas para comunicarle a Tsunade.

—No avanzan-ttebayo— se quejó el rubio mientras apoyaba su brazo contra el marco de la ventana del auto.

—Se paciente — pero rápidamente se contradijo a si mismo, Naruto NO era paciente.

¡Doncel Por Error!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora