Capitulo VI

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... Tenía miedo de la soledad, sentía frío, me encontraba en una habitación oscura, me veía sentada en un rincón, tapando mi cara, la cual se encontraba llena de lágrimas... ¿Por qué me veía a lo lejos? Sentí un gran escalofrío recorriendo mi cuerpo, mi "otro yo" levantó la cabeza y me miró, tenía un rostro desilucionado, que me inundaba de tristeza... Pensé que todo había quedado en el pasado... Que ingenua..
No podía respirar... Me faltaba el aire...
Me desperté asustada, todo había sido sólo un mal sueño.

Era fín de semana, así que no tenía que asistir al trabajo, quería dormir hasta tarde, pero no lo había logrado, maldita pesadilla.
El rostro de Emilio comenzó a dar vueltas en mi cabeza...
Me levanté, busqué un jeans, una musculosa y unas zapatillas deportivas, me duche rápido, fui hacía la cocina a desayunar.
Comencé a recordar mi sueño, había sido todo tan real...
Decidí leer los mensajes de mi celular, para intentar olvidarme de todo...
El primero que pude leer fue el de mi Milagros, se disculpaba por haberme dejado "sola", decidí ignorarla por un rato, el siguiente mensaje era de Gabriel, no quería saber de él, elimine la conversación... Luego vi uno de mi madre, estaba preocupada por mi, no había respondido sus llamadas...

- Madre, buen día, me has llamado muy temprano hoy, gracias por preocuparte, Quimey sigue con su padre ¿Te veo en la cena? - Quimey es el nombre de mi niña... Aunque no me preguntó, se que su preocupación se basaba en ella. No obtuve respuesta, pero sabía que no cenariamos juntas.

Pase al siguiente mensaje y era Emilio:

-Buenos días, ¿cómo amaneciste hoy?

Comencé a sonreír como una niña.

-Ey buenos días, amanecí bien ¿tú que tal? Oye discúlpa lo de anoche...

- Amanecí muy bien... Con ganas de saber un poco mas de ti, no tienes nada de que disculparte. Podriamos salir mas tarde?

- Te confirmo, te recuerdo tengo una hija, hoy vuelve a casa.

- Lo se y no hay problema, hacemos una salida de tres.

Antes de responder un rotundo "NO" preferí guardar mi celular y seguir caminando, no quería salir con mi hija y alguien que recien estaba conociendo.
Podría ser un loco, psicópata con una sonrisa engañosa, corrección ¡Hermosa sonrisa!
Salí de casa comencé a caminar, quería ver a mi niña, ella era la única que podía sacar ese sentimiento amargo que tenía.
Cuando llegué a dónde se encontraba mi hija, ella me pidió permiso para quedarse un dia más en casa de su papá, aunque yo no quería su mirada me convenció, me quedé con ella unas horas, y volví a casa, ya eran las 20.00 me acordé de la propuesta que había recibído y decidí mandarle un mensaje a Emilio.

- Emilio, espero no hayas hecho planes. Te espero a las 22.00.

- Ahí estare princesa.

Una Nueva Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora