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Querido Gerard:

Núnca antes nos habíamos conocido, así que tal vez esto te parezca un poco raro pero siento que es necesario. Mi nombre es Frank.. Frank Iero trabajo en la caja 5 del supermercado de la calle 67. -¿Conoces el que tiene un estacionamiento grande para la tienda en sí?.. Ése mismo.- Tengo 16 años soy un poco bajo de estatura y con un aspecto un "poco" desaliñado, probablemente no me reconocerías si te hablase, no tengo cara muy memorable. Jaja, realmente no sé porque te estoy diciendo esto pero esto no es la razón por el cual te escribo.

Estaba trabajando hasta tarde ayer, fue un día normal la mayor parte del tiempo, pero estarías impresionado de lo interesante que puede ser este empleo a veces. Había estado leyendo un libro de mi compañero de la caja siguiente que dejo olvidado. Una novela muy mala de misterios llena de clichés. Realmente aburrido si me preguntas. Pero, algo es algo supongo. Cuando te presentaste, sin embargo mi noche entera cambio. No sé exactamente que fue lo que llamo mi atención en tí, pero cuando te vi sentí una gran extraña sensación.
Una mezcla entre la excitación y el terror, que sería la mejor manera en la que puedo describirla. Te vi entrar en mi línea y rapidamente me incorporé.
Fue solo en lo que te acercabas cuando me di cuenta de eso que me llamó la atención...eras jodidamente hermoso, que decir....perfecto. Te pusiste al frente dijiste «Hola..» y me diste tu carrito. Pude notar por la forma en la que hablabas y caminabas que no habías dormido muy bien, aunqué no era extraño teniendo en cuenta la hora. Después de un segundo o dos de silencio incomodo, me percaté de que habías saludado, quede como un estúpido, y forcé un casual «H-ho-la» para responderte. Me maldije mentalmente por eso.

Me quede en mi lugar por un segundo, tratando de concentrarme. «¿Cuál es tu nombre?» pregunté.
Un poco más tarde me di cuenta lo raro que eso te podría haber sonado... Me alegro de haberlo hecho, de todos modos.
Recuerdo que me dijiste que te llamabas Gerard Way, pero que podía decirte Gerard.. por qué no te gustaba tu apellido. Gerard parecía encajar tan perfectamente. El nombre pareció rodar fuera de mi lengua mientras lo repetía en silencio. Era como dulce, se sentía bien con tal solo decirlo. Parecías perplejo cuando te volví a ver, y me pregunté sí había hecho algo que te hubiese molestado.

«¿No deberías estar empacándolos?»
Dijiste, y apuntantaste hacía los productos que pensabas comprar. De inmediato, sorprendido y avergonzado, me volteé en tu dirección y me disculpé, para luego empezar a guardar torpemente los productos en las bolsas lo más rápido que podía. No lo creía, ¿Qué tan estúpido era? Pero cuando vi arriba, me di cuenta de que estabas sonriendo.

«Eres muy lindo..». Dijiste, traté de mantener la compostura, pero estaba obviamente emocionado como niño cuando le compraban una paleta.
«Tu también lo eres», dije. Mientras acababa de llenar las bolsas con los alimentos que sobraban. A medida que te ibas, te diste la vuelta cuando abrías la puerta y susurraste «Buenas noches..». Me imagino que parezco muy estúpido escribiendo estas cosas, probablemente lo recuerdas, quiero decir, pasó ayer. Pero me fui a casa estático esa noche y con toda la confianza del mundo. Siento que es casi irreal, escribiéndolo aquí.

De cualquier forma, quería escribir esta carta, Gerard, para decirte que te amo. No sé qué fue lo que sentí esa noche, fue una mezcla rara de emociones. Pero lo que estoy seguro es que en esta pequeña interacción que tuvimos, sentí que había algo entre nosotros.

Te hare llegar esta carta en breve.

Atentamente, Frank.

Querido Gerard; frerard.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora