Capítulo 2

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Capítulo 2: "Aparecen sobrinos"

A la edad de seis, Peter tuvo su primera sobrina. Talia tenía dieciocho años y ya era tiempo suficiente para tener a su propio lobito. Su madre tuvo a Charlotte, su hermana mayor, a los dieciocho. La tradición de los Hale de tener hijos a la temprana edad.

Peter estaba metido en el comedor. Talia presentaba a su novio Robert, con quien salía hace más de año y medio y anunciaba su buena noticia. Sus padres enloquecieron, ellos amaban a Robert por el simple hecho de ser humano y de saber la verdad y aún así quedarse con Talia. Peter estaba de brazos cruzados, su abuela materna le dio un leve codazo para decirle que sonriera que una Talia embarazada era buenas noticias. Peter se negó a sonreír.

Si Talia tenía un hijo significaba que nadie le daría importancia a él. Se alejó de toda su familia que saludaba a Talia y a Robert. Se instaló en una de las ventanas del comedor. De lejos vio una cabellera rubia que le saludaba.

«¡Tu hermana tendrá un bebé!» resonó la voz de su mejor amiga en su cerebro.

—No es tan bueno como crees —se quejó el muchacho.

Peter logró escapar de esa reunión familiar. Sus padres y Talia seguramente ya estarían hablando de una boda entre ella y Robert, él no quería escuchar todo eso. Se alegraba de que su hermana, la única de todas que realmente le quiso aunque fuera problemático, estuviera feliz y a punto de tener familia, pero no quería ser parte de todo el rollo de la boda y el bebé. Decidió juntarse con su amiga Evangeline en el bosque, en el punto en que se conocieron para hablar de la vida. Eran vacaciones, así que el tema del colegio casi nunca resurgía.

—Me parece que es una buena noticia —opinó Evangeline. Estaba recostada, boca arriba, viendo el cielo de mediodía. Llevaba una remera clara y unos jeans. Sus manos unidas sobre la boca de su estómago. Peter bufó.

—¿Buena noticia? Significa otro familiar que pronto se sentirá decepcionado al saber que soy su tío —respondió Peter cínico. Estaba también sobre el suelo, mirando el cielo. Evangeline rodó los ojos.

—No. Puede ser el primer familiar al que realmente quieras —dijo ella aún mirando el cielo. Peter giró su cabeza y la miró. El pelo rubio castaño sobre la tierra y cubriendo levemente el pasto, sus ojos cafés mirando el firmamento y una dulce sonrisa en su rostro—. El bebé no podrá juzgarte. Él o ella te querrá, hasta podrías ser su tío favorito.

—¿Por qué estás tan emocionada? —preguntó Peter admirando su belleza de perfil. Evangeline se giró levemente, uniendo sus miradas.

—Ya fui tía, Peter. Y aunque sigan siendo bebés, ellos me dan más atención que el resto de mi familia —respondió con suavidad. Suspiró y volvió su vista al cielo—. Solo digo que no es algo malo.

—Eso espero.

•••

Laura era una bebé muy tierna. Ya con un año era la estrella de la casa Hale. Todos la admiraban. Con esos enormes ojos claros, simulares a los de Peter, la pelusa negra en su cabeza que pronto sería cabello y las manitas pequeñas que tomaban con fuerza cualquier cosa.

Y sí, eso también consistía en el cabello de Peter.

—Au, Laura, querida sobrina, me estás haciendo... ¡Au! —gritó el chico de siete años. Una risa inundó la sala.

Peter frunció el ceño. Talia y Robert habían salido. Sus padres no estaban en casa y el resto de sus familiares o estaban de vacaciones o simplemente habían desaparecido. Peter no recordaba cada cosa de su familia, simplemente lo importante.

I was there, couldn't you see me? [Peter Hale] [Short Story]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora