I was there, couldn't you see me? [Peter Hale] [Short Story]

Capítulo 9

Capítulo 9: "It all goes down"

Evangeline sentía que su corazón iba a estallar. No entendía por qué estaba tan nerviosa. Era solo un baile, con Peter. Ya han ido a otros bailes juntos y la pasó genial, ¿por qué este sería distinto?

No importaba cuantas veces se lo dijera, su corazón no parecía calmarse. Es un milagro que Peter no le haya dicho nada respecto a eso. Tal vez quiere ahorrarse la pregunta o simplemente no preguntar. O tal vez el corazón de Peter estaba igual que el de ella. Evangeline no podía saberlo porque su sentido de audición le engañaba. El aroma estaba oculto tras capas de colonia (agradeció que fuera una de buen gusto) y ninguno de sus otros sentidos podía ayudarle a descifrar qué sentía su amigo en esa situación.

Llegaron al instituto. Estaba decorado por fuera con globos rojos y plateados, los colores de la Beacon Hills High School. Evangeline se giró y miró al Hale. Tenía puesto un traje simple de color negro, camisa blanca y una corbata roja que resaltaba su color de pelo y sus ojos. Peter se dio la vuelta y parecía que agarró a Evangeline in fragannti. Ella se giró con rubor en sus mejillas.

—Estás muy linda, Evvy. —declaró el muchacho. Ella soltó una risa a forma de suspiro.

—Ya me lo has dicho en el auto. Y en tu casa —respondió sin ser descortés. Le encantaba que le dijera que estaba linda con su vestido pero no iba a poder soportar más cumplidos. Peter le descubriría y todo podría irse de mal en peor. O al menos eso es lo que ella creía.

Peter alzó los hombros — Creo que estás linda en todos lados, ¿es algo malo?

Ojalá lo fuera. Quería responder ella. Se ruborizó más y alejó la mirada. Si seguía observando esos profundos ojos celestes terminaría cometiendo un error y arruinando su amistad.

Ambos entraros siguiendo a los adolescentes que acaban de llegar. Peter ofreció su mano y Evangeline la tomó sin dudar. Los dos caminaron lento e intentnado mantener la calma. La luz de la luna llena parecía una alarma que todavía no sonaba. Como si estuviera observando a los dos lobos que se meterían a un lugar confinado y les estuviera diciendo: "Entran a su suerte. No me hago responsable de lo que pase ahí dentro." Y tal vez eso era lo que les ponía más nerviosos.

Si bien a lo largo de los meses, con las hormonas y otros cambios, los dos podían controlar su lado animal, igualmente tenían miedo. Porque en ninguna otra luna llena ambos fueron a un baile como la pareja del otro. Los nervios (y hormonas) estaban por los cielos. Casi a la misma altura que la luna llena.

Al entrar al lugar, vieron que estaba bastante oscuro. Algunas luces blancas y de otros colores parpadeaban dándole vida al gimnasio del instituto. Habían telas de tul colgando de las distintas columnas, globos pegados a las paredes y también el suelo. La música no estaba muy alta, lo cual era algo bueno considerando que los dos tenían oídos finos. Evangeline se quedó petrificada por la sencillez y belleza del lugar. A Peter también le pareció muy buena la decoración y cuando se dio la vuelta para decirle algo a su amiga, notó el brillo en sus ojos y no pudo hacer nada más que quedársele mirándole con adoración.

Evangeline tarde o temprano se iba a girar y ver que su amigo le miraba como depredador. Pero a Peter no le importaba. Estuvo mucho tiempo ocultando sus sentimientos (Talia lo sabe) y esa noche cambiaría todo. Le diría a su mejor amiga lo que sentía por ella y esperaba que su relación fuera para mejor.

La noche empezó tranquila. Nadie les molestaba y aunque Evangeline sentía algo de tensión aún así logró pasarlo bien. Bailó con Peter y con algunos de sus compañeros de otras clases. Casi a medianoche, Peter se fue a buscar algo de beber mientras Evangeline se reía con otras dos chicas de alguna tontería. No podía afinar el oído para escucharles, demasiados sonidos a su alrededor.