Capítulo 3

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Capítulo 3: "Nuevos y peligrosos amigos"

El tiempo pasó con increíble rapidez. Laura y Derek crecieron y cuando éste último tenía ya casi cuatro años, Talia anunció su nuevo e inesperado embarazo. Esta vez, Peter se emocionó. Ya con doce años, él recibiría a la recién llegada con los brazos abiertos. La familia Hale creció con enormidad, no sólo por los hijos de su hermana mayor, sino de sus otras hermanas y también algunos primos de la familia. Los Hale eran numerosos.

Claro que no todos vivían en la casa en el bosque. Su hermana mayor, de casi ya veinticinco años, Charlotte, se fue a vivir con sus hijos y marido a una casa en el centro. De vez en cuando pasaban por la gran casa, pero no vivían ahí. Talia era la única de sus hermanas que se había quedado en la casa oculta en el bosque. Junto con Peter, está claro. Varios primos seguían tomando algunas habitaciones para vivir ahí, y sus padres seguían ocupando las habitaciones más grandes, pero cuando la pequeña Cora nació, la casa del bosque perteneciente a todos los Hale, pasó a pertenecer más a Talia y a Peter.

Evangeline iba todos los días a la casa Hale. No le gustaba quedarse en la suya, por lo usual sus padres no estaban, no sabía a dónde se iban, simplemente no estaban. Y cuando sí estaban, peleaban de manera furiosa. Evangeline todavía no se olvida cómo llegó a la casa después de aquella luna llena con Peter y le preguntó a su madre por los cazadores. Ella se había vuelto loca.

Recuerda cómo hubo una mínima pelea entre Hale y Wilson. Peter le contó. Su madre no había participado de esa reunión que los Hale habían hecho para tratar el tema de los cazadores que aparecieron en Beacon Hills. Y Olivia Wilson estaba muy enojada, porque aunque su familia no fuera voluminosa como la de Talia, ella también quería cuidar a sus hijos de posibles asesinos.

Evangeline creyó que dejaron afuera a su madre de esa reunión para no preocuparle o simplemente porque sabían que Olivia podía ser muy temperamental y que no le agradaba nada el vivir en una ciudad junto con cazadores. Peter le contó, por lo que escuchó de la pelea entre su hermana, su madre y la madre de su mejor amiga, que no había amenaza. Los Argent habían vuelto, Gerard y su esposa con sus dos hijos Chris y Kate, quien no tenían más de quince años. No había amenaza, Talia fue a ofrecerles la bienvenida y junto con su madre llegaron a un suave acuerdo con la familia. Por entonces, Olivia no tenía que preocuparse por esas inexistentes amenazas.

Claro que la madre de Evangeline no lo vio así. Evangeline nunca más habló de cazadores con ella.

Derek, Laura y Peter se volvieron bastante cercanos a pesar de la diferencia de edades. Evangeline también le agradaba pasar tiempo con ellos. Eran los cuatro contra el mundo. Laura y Peter siempre competían, en carreras, escalar al árbol, en juegos de mesa... En todo. Evangeline de vez en cuando tenía que decirle a Peter que dejara a su sobrina ganar alguna vez, la pequeña tenía cinco años. Derek era más tranquilo, se paseaba de un lado a otro con su peluche de oso (algún regalo de algún familiar) y miraba como su hermana y su tío competían.

Ya cuando el sol se estaba por poner, Peter llevaba a Laura y a Derek a la casa, donde le contaban historias asombrosas a su madre. Peter se quedaba un rato más afuera, esta vez prestándole más atención a su amiga. Evangeline había crecido bastante desde que Peter le conoció. Ahora su pelo rubio era un poco más opaco y más largo, usualmente recogido en una trenza o coleta, sus ojos marrones claros estaban cubiertos de largas pestañas negras, algunas pecas surgieron sobre su nariz.

El vestuario también cambió. Evangeline no compraba ropa nueva, su madre casi ni le hablaba desde la situación con los cazadores y ninguna de sus dos hermanas se preocupaba por si ella tenía o no ropa. Julia le pasaba las ropas que le quedaban chicas, pero como éstas eran todas de color negro por la etapa gótica que pasó Julia hace unos años, Evangeline vestía lo que podía. A veces se ponía algunos vestidos que todavía le entraban, y otras remeras de Julia. Incluso Peter sacó unas remeras de su armario y se las dio a su amiga. Evangeline no las aceptó, no era culpa de Peter que su familia no le prestara la suficiente atención como para saber que los vestidos de sus seis años no le entraban más.

I was there, couldn't you see me? [Peter Hale] [Short Story]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora