I was there, couldn't you see me? [Peter Hale] [Short Story]

Capítulo 7

Capítulo 7: "Family comes first"

Olivia Wilson miró el bosque. Extrañaba esa paz que le brindaba tal. Sabía que estaba en territorio de los Hale. Después de todo los Wilson ya no tenían tierras, menos en Beacon Hills. Su vida no había sido de las mejores, pero podía admitir que pudo haber sido peor.

Extrañaba a su familia. Los Hale le hacía recordar aquello. Y como ella sabe, recordar a personas que ya no estaban era una debilidad. Y ser débil, como madre de seis y Alfa, no estaba permitido a sus ojos. Su familia estaría decepcionada de ella. Sí, sobrevivió a ese ataque de cazadores aquellos años. Sí, logró conseguir a otro hombre lobo que le diera otra familia. Pero no tenía una manada. No tenía un emisario. No tenía en quién confiar.

Ni siquiera podía apoyarse en su marido. Aquél que se fue cuando las cosas se complicaron. Mark Wilson no estaba de acuerdo con las decisiones que ella tomaba. A Mark le había pasado algo similar. Cazadores. Pero Olivia fue criada de otra manera. El Alfa tenía que ser poderoso, con una gran manada que le apoyara sin rechistar. Y la única manada que Olivia tenía eran sus hijos. Algunos ni siquiera seguían viviendo en Beacon Hills. Ella era un Alfa patética a los ojos de sus padres. Se sentía como tal.

Escuchó a lo lejos unos pasos. Reconoció el aroma que se acercaba de a poco. Una sonrisa involuntaria surcó sus labios. No quería hacerlo, pero estaba cansada de estar sola todo el tiempo. De no tener una manada estable, ni siquiera una pareja.

Tenía puesto una camisa blanca y unos jeans oscuros. Su pelo rubio ceniza estaba desatado, cayendo de forma elegante sobre sus hombros. Sus ojos ámbares buscaron a la persona que se iba acercando de a poco. Su corazón latió con rapidez cuando le vio.

—Tanto tiempo, Liv. —mencionó con voz gruesa. Mark tenía su cabello castaño más largo de lo que recordaba. Algunas canas blancas salieron en los pelos detrás de la oreja y un par en su barba. Aún así, le parecía uno de los hombres más guapos que jamás había visto.

Olivia no resistió la corrida que se mandó. Todavía era joven y Mark le encontró con brazos abiertos. El abrazo fue uno nostálgico. Uno de emoción fuerte. Aunque ninguno de los dos quisieran admitirlo. Olivia extrañó a Mark tanto como él le extrañó a ella.

Sintió la barba del hombre contra su cuello. Suspiró sintiendo calma por una vez desde hace tanto tiempo. Se alejó unos segundos más tarde y se quedó mirando los ojos verdes amarillentos de Mark.

—Gracias por acordar verme. —le confesó con honestidad. Mark asintió, la sonrisa de su rostro desapareció.

—Dijiste que era importante. —comentó el hombre.

—Me he metido en algo... En algo de lo que no estoy orgullosa. —admitió la rubia alejándose unos pasos y mirando el suelo. No le gustaba confesar sus errores—. Hice un trato con un Alfa... Un Alfa importante. Y no puedo romperlo.

—Pero quieres. —agregó el castaño.

Olivia levantó el rostro y asintió. Mark se sorprendió de verle tan pequeña. Su espalda encorvada, la voz apagada, con miedo. Esa no era la mujer a la que él conoció hace tanto tiempo. La Olivia de la que se enamoró era fuerte, una mujer honesta y que no tomaba un no por respuesta cuando a protección y poder se refería. Mark no se había ido más de diez años, ¿cuánto había pasado en ese tiempo?

—¿Quién es este Alfa? Tal vez pueda hacer algo. —explicó el hombre. Olivia tragó con dureza.

—Tú sabes quién es. —murmuró ella. Mark frunció el ceño.

—¿A qué te refieres, Liv?

—Es él. —alzó los ojos y miró directo a los de Mark. Lentamente, el ceño fruncido de su rostro se fue alejando. Mark comprendió sin necesidad de dar nombres ni palabras de más.