Día 2

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// Jane Risttreto //Eran casi las tres de la mañana y aún no podía quedarme dormida. Estaba ansiosa y muy nerviosa a la vez. Mañana me voy a Stamford, en el estado de Connecticut a tener la dichosa reunión con el dueño de la WWE. Ni siquiera me gusta la lucha libre, no entiendo por qué me mandan para allá, y lo peor es que cuando viaje, me alejaré de Sinise, dejándole el camino libre a... bueno, a esa zorra de Lynette. Espero que no pase nada malo y solo sean celos sin fundamentos.
Derrotada por mi ansiedad, decidí levantarme y prepararme un café. Envidiaba en este momento a Jillian, ya que está a mi lado roncando. Nunca me han molestado sus ronquidos, de hecho, se ve muy tierno cuando comienza a hacerlo. Le besé la frente y me levanté de la cama. Caminé hacia la cocina y vi que estaba toda la loza sin lavar. Como extraño a Joost en estos momentos. Cuando vivía con él, siempre se preocupaba de los quehaceres de la casa. No es que yo sea floja, solo que él cuando se vino a vivir conmigo dijo que se encargaría de la cocina, y bueno, desde ese minuto, nunca más volví a entrar a la cocina, salvo para el desayuno. Joost hacía el almuerzo cuando estaba en la casa y luego se preocupaba de dejar todo lavado. Era bien mina en ese sentido, no lo niego. Ahora que vivo con Jillian, ninguno de los dos tiene el hábito de lavar la loza luego de cada comida, razón por la cual se ve esa inmensa torre de platos, sartenes, ollas y un sinfín de vasos, tenedores, cuchillos. Pareciera que no se lavara la loza desde el año nuevo... sin embargo, no se lava desde ayer. Somos muy chanchos, pero bueno, ahora yo me voy y Sinise se encargará de la cocina. A ver cómo se las arregla. Mientras me tomaba el café, decidí buscar en mi Tablet alguna referencia sobre la WWE. Para ser sincera, nunca me gustó el show. Desde niña me daba cuenta de lo falsa que eran las peleas y eso lo hacía para mí demasiado aburrido. Sin embargo, ya que estaré ahí hasta marzo, debo informarme al respecto, no quiero quedar de polla. Así que busque en internet información de los personajes y me sorprendí por los ridículos nombres que se ponían. Triple H, Undertaker, Rusev, Bad News Barrett, CM Punk y así puedo seguir toda la noche leyendo nombres estúpidos. También me acabo de enterar de que la hija del dueño que sale en el show realmente no es la hija. ¿Era necesario que el show exigiera que Vince tuviera obligadamente a tener una hija?. Con más cosas que leo, encuentro más ridículo este caso, no quiero tomarlo... pero si no lo hago, me iré a la B.
Mientras me tomaba el último sorbo de café y seguía viendo información de la WWE, escuché un ruido extraño en el patio de la casa. Es extraño porque sonó como si alguien se hubiera tirado desde un lugar alto y cayó desplomado encima del césped. En otras circunstancias no me habría preocupado, pero como anda una sicópata suelta que tiene ganas de asesinarme, me comencé a poner nerviosa. No quise despertar a Jillian, total, podría tratarse de cualquier cosa, así que salí a investigar. Eso sí, no me quise arriesgar así que tomé un cuchillo sucio de la cocina.
La noche estaba helada y el cielo estaba muy estrellado, por lo tanto no podía verse nada desde la entrada de la puerta que da con el patio trasero, así que tuve que acercarme más. Por extraño que parezca, la casa de Jillian está delante de un terreno baldío, lo cual en más de una ocasión le ha generado problemas , ya que se suelen pasar más de algún tipo mala gestado, como el que probablemente quiso pasarse en este momento. Cuando estuve lo suficientemente cerca, vi lo que causó semejante ruido: el tacho de basura se había caído. El suelo estaba lleno de comida, botellas y latas de cerveza. No entendía qué hacía el tacho en ese lugar, pero definitivamente no pudo ser el viento lo que lo botó. De pronto sentí pasos detrás de mí. Me di vuelta y no pude evitar soltar un grito.// Jillian Sinise //Desperté de forma abrupta al oír un grito a lo lejos. Cuando vi que Jane no estaba a mi lado y noté que la que gritaba era ella, pensé lo peor. "Eva". Salí corriendo hacia el patio, ni siquiera tuve tiempo de vestirme.– ¿Jane?, ¿Dónde estás?- gritaba desesperado al darme cuenta de que no se veía prácticamente nada.–Estoy aquí- dijo Jane a lo lejos. Al oír que me respondió tranquila, me pude relajar. Me acerqué hacia ella y me di cuenta de que a su lado había alguien más. Era Joost.– ¿Joost?, ¿qué haces aquí?- le pregunté sorprendido. Se veía aparentemente borracho y parecía como si hubiera estado llorando.–Vino porque quería hablar conmigo- dijo Jane medio molesta mientras sostenía a Joost –solo que el pastel teniendo el pedazo de celular no fue capaz de avisar que iba a venir y en lugar de eso, armó el medio escandalo-.–No es mi culpa que se me haya acabado la plata- decía Joost entre sollozos.–Te recuerdo que existe algo llamado Whatsapp- le dijo Jane dirigiéndole una mirada de odio.–Ahm... fíjate que no se me ocurrió- dijo algo confundido Joost. Sentía rabia por lo que pasó, más que nada porque me preocupé por el grito que pegó Jane.–Joost, ¿por qué entraste por atrás?- pregunté molesto.–No quise despertarlos, imaginé que iban a estar durmiendo- dijo un poco más calmado. Tenía mucha rabia y pensé que Jane también la tendría, pero al ver como se acercó a Joost y lo abrazó, decidí mejor no hacer ningún escándalo y tragarme la rabia, al menos hasta que Jane se fuera, no quiero pelear con ella un día antes de que se vaya.–Joost, manso susto que me diste, para la otra avísame pastelazo- le decía Jane ya más tranquila.–No sabía que iban a tener un tacho de basura en la cerca de su casa- dijo Joost curioso.–Precisamente para eso mismo es el tacho- dije aún molesto –para cuando algún idiota quiera pasarse por nuestra casa, no tenga más remedio que chocar con el tacho. Es como una alarma artesanal que inventé- terminé de decir con orgullo.–Sí, claro, lo "inventó"- dijo Jane con tono burlón –mejor di que lo viste en una de esas series extrañas que te gustan, donde el ladrón se mete por el patio de atrás y choca sin querer con el columpio que hay instalado-.–Pero nosotros no tenemos columpios, por eso se me ocurrió lo del tacho, a qué no soy un genio- dije feliz. Jane y Joost se miraron y comenzaron a reír.–Tu pequeña obra maestra tiene un solo defecto- dijo Joost riéndose –La cerca es bastante larga, si hubiera decidido pasar por otro lado, no hubiera chocado con el tacho... para ser un detective profesional te hace falta ocupar más la cabeza- dijo en tono burlón. Tenía razón, no pensé en ello en su momento. –Cuando tenga más tachos, mi plan será maestro- dije mientras me sonrojaba de la vergüenza.– ¿Por qué mejor no pasamos a la casa?- dijo Jane mientras tiritaba –la verdad hace frío y me preocupa que mi anciano novio haya salido tan desabrigado... no quiere que se resfríe el abuelito... ¿entremos?- dijo Jane mientras tiritaba.–No estoy viejo... y si salí así fue porque cierta personita que estoy mirando se puso a gritar- le dije fastidiado.
– No es mi culpa que se haya aparecido tal fealdad al frente mío- respondió mirando a Joost.
–Claro, echenme la culpa a mí ahora... y no soy feo... tengo novia- dijo Joost orgulloso.
–Debe estar más ciega la pobre Cassie- dijo burlándose Jane.
No pude evitar soltar una carcajada.
–Ya, entremos, de verdad hace frío- les dije. Y sin más, entramos a la casa. Necesito abrigarme, no me quiero resfriar y darle la razón a Jane de que estoy viejo.// Joost Vondel //Aún estaba mareado, pero al ver que Jane me sirvió un café, supe que iba a estar bien en un par de horas.– ¿Por qué viniste Joost?- preguntó Sinise ya más serio.–Supimos que Jane se iría a Stamford en la mañana- le dije mientras tomaba un sorbo de café. Al oír eso, Jane puso ojos de huevo frito.– ¿Cómo supiste...? quién rayos se los dijo?- preguntó molesta. Al ver que Jane miraba con ojos de furia a Sinise, supuse que ellos pensaban que nadie más sabía de esto.–Jane, no mires así a Sinise, él no nos contó nada... fue Lynette- les dije con el tono más relajado que podía. Esperé que eso calmara a Jane, pero al parecer, tuvo el efecto contrario. La tasa que estaba en su mano ahora era un montón de pedazos en el suelo.–Hija de la grandísima...- su cara se desfiguró. Parecía otra.– ¿Por qué te pones así Jane?, no es para tanto, si al final todos lo iban a saber tarde o temprano- le decía Sinise tratando de calmarla.–No tiene por qué meterse en mis asuntos, esa perra, juro que la odio, primero lo tuyo y ahora esto... es el colmo- decía Jane alzando cada vez más la voz.– ¿Primero lo mío?, ¿qué tengo que ver yo en todo esto?- preguntó confundido Jillian. Al ver que se venía una pelea, decidí calmar un poco las aguas.–Oigan, oigan, ya, calmación, me preguntaron por qué vine, así que les diré... Jane, péscame- por alguna razón, me miró y me puso atención de inmediato–Cassie me dijo que hoy te vio en la academia y que te habían asignado tu caso para graduarte, y como no quisiste decirle cuál era tu caso, no aguantó las ganas y fue donde Lynette a preguntárselo. Ya sabes cómo es Cassie, es curiosa y Lynette no conoce la discreción- les terminé de contar serenamente. Por extraño que pareciera se me había pasado el mareo. Jane parecía un poco más calmada. Se sentó al lado mío y luego se dirigió a Jillian.–Y tú me preguntas por qué no me cae bien Lynette... ahí lo tienes, es una hocicona- decía menos alterada –Y Cassie... dile a tu polola que no sea tan metida, yo no quise contárselos para no preocuparlos, ya que en este caso no puedo recibir ayuda de ninguno de ustedes- cuando dijo eso último, Jane se puso triste.–Ya, ok, entiendo esa parte, pero pudiste habernos dicho igual... somos tus amigos... soy tu mejor amigo- le decía molesto. –Me vine a enterar de que te ibas porque Cassie lo dijo en voz alta mientras carreteábamos. Cuando lo supe, me dio una pena y me puse a llorar y decidí salir a buscarte... así fue como llegué aquí- dije mientras pensaba en lo que había pasado hace un rato. Veía la cara de Jane. Parecía desconcertada.–Tienes razón Joost- decía mientras le caía una lágrima de sus ojos –debí haberles dicho. Fui egoísta, lo siento- y tras eso, me abrazó.Me encantan los abrazos de Jane. Ella es muy fría pero cuando da un abrazo, sé que son porque realmente los siente.–Ya, ya, no te preocupes mi gruñona favorita, lo importante es que aún no te vas y que mañana iremos todos a despedirte al aeropuerto- le dije mientras le sonreía.– ¿Es necesario?, sabes que no me gustan las despedidas- decía Jane incomoda.–Según tu lógica, Sinise tampoco debería ir al aeropuerto contigo, y dudo mucho que eso llegue a pasar... ¿o me equivoco Jillian?-.–Señor Sinise, recuerda que sigo siendo tu superior- dijo enojado –pero sí, tienes razón, yo no dejaría que Jane fuera sola al aeropuerto- dijo finalmente más relajado.–Ya, que son, ok, vengan todos a dejarme, traigan hasta al Papa si quieren- dijo en tono irónico.–Nah, ¿quieres que le dé un infarto al Papa cuando vea a alguien tan ruda y gruñona?- dijo Jillian. Todos reímos.–Mi amor, parece que te cortaron el agua- dijo Jane con una mirada siniestra.// Jane Risttreto //Eran ya las nueve de la mañana cuando llegamos al aeropuerto. Jillian nos trajo a mí y a Joost en su auto. Joost durmió en el sofá y cuando despertamos, él ya tenía el desayuno listo. Quizás fue para disculparse por lo que pasó en la noche.
Al entrar al aeropuerto, vi que estaban James, Yon y Cassie esperando... solo que con un lienzo con mi cara y con un mensaje que decía "Te extrañaremos Gruñona". Casi me morí de la vergüenza.–Chicos, ¿de verdad eso era necesario?- les dije tapándome la cara para que nadie me reconociera.–Y eso que no quisimos traer el proyector para poner la presentación de despedida que te hicimos- dijo Yon riéndose.–Ok, qué gracioso- les dije sonriendo aún con la cara roja.
El avión salía en una media hora más, así que decidí despedirme de ellos uno por uno. Los abracé a todos, cosa rara en mí. Cuando llegó el turno de Joost, él me susurró al oído "Saca toda tu gruñería para que ningún compadre de la WWE se te suba por el chorro". Yo me reí y le dije que así iba a ser. Dejé a Jillian al final. Antes de que lo abrazara, él me dice que quería hablar conmigo una cosa. Me alejó de los muchachos y se pone al frente mío, serio.–Ayer no quise seguir con el tema de Lynette porque estaba Joost, pero no creas que olvidé que mencionaste algo que supuestamente tiene relación conmigo y Lynette... ¿me puedes decir qué ocurre Jane?-. Sus ojos miraban fijamente los míos. Al parecer, intentaba sacarme la verdad por los ojos. No desvié la mirada, pero tampoco quería decirle la verdad... no por ahora.–Tienes razón, algo pasa, pero no es tan grave, en serio... hablémoslo cuando llegue allá, pero de verdad te digo, no es nada, soy yo y mis tonteras de mujer- le dije tratando de bajarle el perfil al problema. Jillian no era tonto pero esta vez creo que me siguió el juego.–Ok, es solo que me tenías preocupado... lo hablaremos cuando llegues- me dijo esbozando una sonrisa. Y tras eso, me abrazó y luego me besó. Fue un beso largo y cálido.–Extrañaré esto cuando no estés a mi lado- le dije con ternura.–Yo extrañaré otras cosas también- me decía con cara picarona.–Ay Jillian- no pude evitar reírme, y sin más, me alejé de ellos camino al avión que me llevaría a mi nueva misión... tratar de salvar un show patético de televisión.Después de un par de horas, el avión aterrizó finalmente en el aeropuerto de Stamford. Fue un viaje bastante agradable, más que nada porque llevaba buena música y también porque a mi lado no había nadie sentado. Me encanta la soledad de vez en cuando, más aún cuando se trata de un viaje. Me gustó ver las nubes. Después de muchos días, se ven blancas y esponjosas. Este invierno ha sido muy crudo y no ha parado de nevar. Por suerte, el clima en Stamford es más agradable, debido principalmente a que es una ciudad costera.
Cuando me bajé del avión y camine hacia la salida del aeropuerto, me di cuenta de que había un hombre vestido totalmente de negro esperando en la puerta. Lo primero que pasó por mi cabeza fue pánico, pero después de unos segundos de análisis me di cuenta de que este hombre llevaba un cartel en sus manos que decía "Jane Risttreto, WWE". Maldita Eva, aún me tiene traumada con todo lo que me hizo. Me acerqué al hombre. Era muy alto y musculoso. Por un momento llegué a pensar que era uno de los luchadores, pero por fortuna mía, me dijo que simplemente era un chofer que le gustaba hacer ejercicio.–Suba al auto señorita Risttreto, tomará al menos una media hora llegar a las instalaciones de la WWE- me dijo el caballero con una sonrisa en su cara.–Ok, espero que tengan al menos una limusina esperando, soy una mujer exigente- dije bromeando. –No se preocupe, la limusina está lista- dijo el hombre diciéndolo como lo más normal que puede pasar en su día.– ¿Bromea?- le dije sorprendida.–Para nada- dijo muy sereno –El Señor McMahon no acostumbra usar otro auto que no sea una limusina-.–Ahm, bueno, en ese caso, vamos- dije feliz aunque en mi cabeza pensaba lo pretencioso que era el dueño de la WWE, aunque, al fin y al cabo es normal, todos los millonarios son iguales. Cuando llegamos al auto, el chofer me abrió la puerta. Desde afuera se notaba el lujo. Entré y lo primero que veo es a un hombre sentado al frente mío.–Buenas tardes Jane- dijo el extraño con voz ronca. Era un hombre muy viejo. Tenía canas, tenía la cara algo arrugada, pero aun así, conservaba mucha musculatura. Supuse que era un luchador ya más veterano que Vince envió para que me hiciera una inducción sobre qué es la industria.–Hola señor luchador- le dije despreocupada –Está un poquito viejo para seguir luchando, ¿no cree?- le dije en tono burlón. El me miro con cara de pocos amigos.–Veo que no está al tanto de quien soy- dijo serio –muy bien, esperaba que la detective que nos enviarían tuviera más conocimiento de nuestra industria... no puedo evitar sentirme decepcionado- dijo el hombre suspirando. Al ver su cara comencé a molestarme.–Oiga lo siento, pero cuando usted era famoso en el ring, quizás yo ni nacía-le dije sarcásticamente. Al oír eso, el hombre se indignó.–Jovencita, si bien salgo de vez en cuando en el show, no soy un luchador profesional... Soy Vincent Kennedy McMahon... Vince para los fans, el dueño de esta industria y por estos dos meses, también seré su jefe- dijo molesto.Cuando oí su nombre, se me heló la sangre. Metí la pata hasta el fondo. Le di a entender al jefe que es un anciano, eso no se puede hacer en ningún lado.–Lo... lo siento mucho- dije tratando de poner mi cara tierna. Lamentablemente, no tuvo el efecto esperado.–No la perdono señorita Risttreto, es una desubicada- dijo Vince indignado –Vine a recogerla personalmente para guiarla y comentarle su papel en el show, pero dadas las circunstancias, lo mejor será que no hablemos por un tiempo-. Al parecer Vince era un hombre muy orgulloso.–Lo lamento, de verdad, no quise ofenderlo- le dije con sinceridad. Al parecer, ahora sí notó que hablaba en serio.–Muy bien, por esta vez la perdonaré- dijo más amable –pero que no se vuelva a repetir esto, no estoy viejo, tengo sesenta y nueve años, estoy en la flor de la juventud-. No pude evitar soltar una risa.–Ok, me queda claro- le dije más tranquila –ahora bien, dígame, ¿me dejarán en el hotel mientras usted me explica en qué consistirá mi papel?-. Él se quedó mirándome de arriba hacia abajo, y finalmente habló.–En realidad, viendo que no está en forma, y que no está muy al tanto del show, lo mejor será llevarla directamente a las instalaciones para que conozca a los demás luchadores- dijo con una sonrisa- y además... se pondrá a entrenar al instante.Cuando oí eso último, se me vino el mundo encima.– ¿Entrenar... ahora... ya?- dije nerviosa.–Por supuesto, mis luchadores entrenan a diario y además practican sus diálogos y los movimientos para el show, usted debe estar preparada cuando salga a debutar la próxima semana- dijo Vince muy despreocupado.– ¿La otra... semana?- de pronto comencé a sentirme mareada. No sabía que sería tan pronto mi debut.

20 Razones para dejar de ser detectivesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora