*"UN ATARDECER QUE PENSÉ QUE NUNCA LLEGARÍA"*

EL ATARDECER QUE PENSÉ QUE NUNCA LLEGARÍA.

Una pareja de ancianos descansaba a en la terraza de una casa en Cancún México, al igual que hace cuarenta años atrás donde celebraron su luna de miel, solo que hoy esa casa era de ellos, siempre la misma belleza del mar, eso nunca cambiaria a igual que el amor que sentían uno por el otro. A lo lejos estaban dos familias disfrutando de la playa con sus hijos.

-Parecen que los niños están gozando la visita-dijo la señora viendo a los pequeños

-si mi amor, pero nuestros hijos están divirtiéndose igual-dijo el señor observando a todos, le tomo la mano con delicadeza y se la llevo a los labios para darle un beso, noto un sonrojo en las mejillas de ella-me encanta que aun te sonrojes mi amor

-pero no soy la única amor-le sonrió dulcemente-te acuerdas el días de nuestra boda por la iglesia

-si, nunca lo olvidaría te veías tan hermosa-suspira hondamente al revivir ese recuerdo

-si, aunque no pensé eso-le miro seria

-oh, ¿Por qué mi amor?-le miro a los ojos

-acaso no te acuerdas que el cura te tuvo que preguntar dos veces si me querías por esposa-le miro seria

-amor fue porque estaba tan concentrado viendo lo hermosa que te veías, que no escuche al cura la primera vez-suspira-en ese momento estaba pensando en lo afortunado que era, que eras mía en todos los sentidos

-que hermoso que lo pensaras en ese momento

-y lo sigo pensado amor

Ella le sonrió alegremente-te acuerdas como te sonrojaste al contestarle al cura-le miro y vio que estaba completamente rojo hasta las orejas al igual que aquel día

-si-dijo tratando evitar verla a los ojos, ella rio levemente al ver a su esposo tan vulnerable-eres mala-le dijo con una media sonrisa

-nuestros hijos son muy felices-miro hacia donde se encontraban

-si, ha tenido suerte de encontrar su verdadero amor-le apretó la mano-a si como nosotros

-si, amor te acuerdas cuando supimos que íbamos a ser padres-le miro

-si-le sonrió-como olvidarlo, si me diste el susto de mi vida

-oye que no fue mi culpa-se quejo ella

-cierto fue culpa de Azael y perla-dijo el dejándola de ver para dirigir su mirada al hombre que estaba huido de unos niños que lo perseguían, y de una mujer que estaba metiendo en el mar a un pequeño no mas de un año de edad.

-si, en verdad ese día creí que moría

-imagínate tu, yo pensé que te perdía-dijo el recordando lo sucedido años atrás.

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Serena se encontraba nadando en la piscina de la casa de playa de México, la acaba de adquirí Darién para su luna de miel, por la boda religiosa, al ver que a ella le encanto esa casa la ultima vez que estuvieron allí, el hizo todo lo necesario para que fuera de ellos antes de celebrar la boda religiosa, a si podía darle la sorpresa a ella de que allí pasaría su luna de miel, y no se equivoco al pensar que serena estaría feliz por la adquisición de la casa.

Darién se encontraba observando nadar a serena, que parecía una niña divirtiéndose, le había pedido meterse con ella a la piscina pero el se negó ya que estaba teniendo una llamada importante. Le había dicho que cuando terminara la iba acompañar. Antes de entrar a la casa la miro que seguía nadado, solo se fue a buscar unos papeles y dar las últimas indicaciones, no tardo más de tres a cinco minutos, y cuando volvió no vio a serena por ningún lado.