El detective consultor estaba vuelto loco con un nuevo caso bastante interesante para él: un italiano vendedor de antigüedades llamado Lucio Blemmni. Según Lestrade era el sospechoso principal de ser el causante principal de la desaparición y asesinato de una joven de 20 años: Veronna Deli; una chica norteamericana que pasaba las vacaciones de verano en Londres con su familia.
Sherlock había dado la razón a Lestrade, también pensaba que era un asesino serial, pero había que demostrarlo antes de cantar victoria. La primera vez que tocaron el timbre, Sherlock supo que se trataba de John, seguramente venía a dejarle a su hija a la señora Hudson para que él se pudiera ir a trabajar.
Y no se equivocó, a penas si puso atención a las risas de la casera. John subió, como todos los días, a saludar a su mejor amigo.
─Hey.─ dijo John entrando de improviso en la sala del detective. Aquél lo miró un momento y le sonrió antes de volver al trabajo. ─Así que es cierto lo que dijo Lestarde, ¿eh? Hay un nuevo caso...
─Y uno muy bueno. Lucio Blemmi es un asesino serial, sólo me falta comprobarlo, por eso estoy haciendo esto...─ Sherlock extendió sus brazos hacia delante como si fuese a presentar un acto de magia. John apreció la enredadera de hilo rojo que se unía en varias direcciones por la pared. Tanto nombres como fotografías que él desconocía se unían y tomaban cauce hacia la fotografía en la cabecera de la lista, un hombre rubio sacado de un recorte seguramente en una revista.
─Entonces he de decir que estás muy ocupado...─ apuntó John que no entendía nada.
─Así es. Demasiado... Sólo quizá por unos dos o tres días más.
─ ¿Siquiera has dormido?
─No. No lo necesito llevo dos días en vela tratando de hilar conexiones, pero hay algo que falta... Pero no te preocupes, encontraré la pieza que falta.
─No estaba preocupado.─ aclaró John frunciendo el entrecejo. ─Bueno, me voy. Vuelvo a las seis por Rosie...
─Sí, John, como todos los días. Tienes una rutina inquebrantable, no tienes que repetírmela todas las mañanas...
─Vale...─ John se dio la vuelta e iba a abrir la puerta y a marcharse, pero el timbre volvió a sonar. El doctor se detuvo casi por instinto.
─No tengo tiempo para otro cliente, ¿le puedes decir a Hudders que no...?─empezó Sherlock.
Pero la señora Hudson ya había dejado entrar a quien fuera que había tocado y éste se hallaba subiendo las escaleras. John miró a Sherlock, éste rodó los ojos.
─Esa mujer...─ se quejó el rizado devolviendo su atención hacia la pared. Llamaron a la puerta y la casera se asomó apenas.
─Sherlock, te buscan...─ algo había en el tono de voz de la casera que hizo a John fruncir el ceño, se giró hacia Sherlock y éste parecía haber notado lo mismo pues había dejado de poner atención a su pared para ver a la casera.
─No... No puedo atender a más clientes por ahora.─ insistió Sherlock. La señora Hudson negó.
─No es ningún cliente, Sherlock...
─Bueno, pues entonces hágale pasar...─ replicó el detective en tono mordaz, se cerró la bata de dormir que llevaba encima del pijama y se puso de pie en el centro de la sala para recibir a quien fuera que le interrumpiera a esas horas de la mañana. John, que de pronto había olvidado que tenía un horario para ir a trabajar, caminó hasta detenerse a un lado de Sherlock, adoptando la posición defensiva, siempre que un nuevo caso les llegaba a las manos y él tenía que intervenir.
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El hijo de Sherlock Holmes
FanfictionAlguien pide ver a Sherlock Holmes pero no es ningún cliente... ¿De quién se tratará? Johnlock seguro mezclado con Parentlock. :)