Nuevo Comienzo (Tercera Parte)

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Asentí y me senté en el fondo sola como siempre, para ser sincera nunca fui muy sociable siempre me ocultaba porque me molestaba el que me pregunten por mis ojos y yo intentar cambiar de tema, además que suelo sentirme incomoda con facilidad. La clase fue aburrida dentro de todo, mi padre habla con tanta pasión sobre la historia dentro de todo logre entender algunas cosas y tome apuntes de otras, nada más lindo que el primer día tenga ya que realizar un informe, en cuanto el timbre sonó en mi mente se escuchó un *voy a la sala de profesores, trata de socializar* y mi padre me estaba mirando me dedico una sonrisa y desapareció por la puerta. Levante mis cosas y me dirigí a la cafetería, al entrar mucho me quedaron mirando me sentí algo intimidada pero seguí caminando agarre un jugo y mi padre apareció de nuevo en mi mente *come algo por favor* puse mis ojos en blanco y agarre un sándwich de jamón y queso, me senté en unas de las mesas más alejadas y que daban a las ventanas y saque un libro que estaba leyendo últimamente, pasaron unos minutos y escuche que una silla se movía a mi lado, levante mi mirada y una chica morocha vestida con una remera rosa y un saquito color blanco me miraba y estudiaba mis movimientos, fruncí mis cejas con cierto enojo por cómo me miraba, cerré mi libro lo apoye en la mesa, cruce mis brazos.

- ¿Tengo sucia mi cara o algo? – dije apretando mis labios y ella se puso colorada-

- ¿eres la hija del profesor Ireiluk?- asentí – wow , es sorprendente que tan joven tenga una hija de tu edad, ¿cuántos años tiene?

- Señorita Rullek ¿no cree que está interrogando mucho a mi hija?- justo mi padre estaba a mis espaldas, ella quedo sorprendida y apretó sus labios- Pero responderé a tus preguntas

-Son dudas nomas profe, no era mi intención incomodarla – mi padre río levemente- pero agradezco que me responda, soy todo oídos

- Tengo 36 años –quería reír al escuchar eso pero me contuve – fui padre a los 18, ahora le pido que deje de interrogar a mi hija – frustrada levanto sus cosas y marcho, mi padre se sentó a mi lado

- ¿Ahora tiene 36? Es malo mentir ¿sabes?- rio mientras negaba con su cabeza-

-Esa chica esta enloquecida conmigo, presente partes a administración con la intención de que la cambiaran de clase pero no eh logrado nada- me reí-

-Tienes una admiradora y veo que te tiene muy controlado papa – miro por encima de su hombro y cerro sus ojos – me tengo que ir tengo clases y hasta que encuentre el salón

-Espera ¿Qué clase tienes? – pensé en la clase para ver si lograba adivinarla - ¿música? –Me sorprendí y asentí, miro por la cafetería – Raymundo puedes venir – yo quedé mirándolo

- si profe que necesita- dijo acercándose a el –

-Me harías el enorme favor de mostrarle a mi hija donde queda la clase de Música con el profesor Marcus, claro si puedes –el me miro y mi padre se paró quedando a su altura-

-Claro, sería un placer –apreté mis labios y mire a mi padre-

Me despedí de mi padre y seguí al chico el cual para ser sincera era muy callado lo cual no me incomodo, sentía como mi padre vigilaba mis pensamientos y trate no pensar en el muchacho, luego de unos minutos llegamos al aula, se lo agradecí con una sonrisa, para mi mala suerte fui la primera en llegar tome asiento al fondo de todo y cerca de una ventana, revisaba mi teléfono y tenía un mensaje de mi abuela, el cual abrí

(MENSAJE DE TEXTO)

Abuela: Hola mi pálida, espero que todo esté bien, aquí en casa ya se siente tu ausencia pero todo tranquilo, espero que me escribas pronto.

Yo: Buenos días abuela, perdón que no te escribí ayer pero todo tranquilo, solo una leve discusión de padre e hija pero sobrevivimos, estoy en mi segunda clase, a la noche te llámate para contarte. Te quiero.


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