31 DONDE HAY PESAR

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- malditasea, no puedo entrar

miles de codigos encriptados se mostraban en su portatil negra con calcomanias de bandas, paige habia intentado sin ningun avance aun entrar al sistema de seguridad de shane o por defecto del departamento de policia, habia estado insistiendo por mas de una hora pero simplemente el sistema no la dejaba entrar

depues de tanto intentar entrar por lo ''legal'' decidio volver a las andasas sucias y es que que mejor momento que ese cuando viviedo con criminales buscados por todo el estado, pero era jodido pues alguien habia puesto un gran bloqueo al sistema de seguridad los cuales rebasaban sus conocimientos de informatica

cansada dejo salir un suspiro y acerco a sus labios la taza de purpura de te que tenia a un lado del portatil, el amargo sabor de la mansanilla recorrio su garganta y despejo un poco su cansado cerebro, dejando la taza de lado se tomo del cabello con las manos en un recurso desesperado de que una idea llegara a su cabeza, todo seria mas facil si los gemelos estuvieran alli para ayudarla, pero no era asi, ninguno de los dos estaba junto a ellos por curlpa de styles y debia lidiar con eso

mandadon todo a la mierda paige salio de las paginas de ingreso del sistema de seguridad policial, era una jodido pues nikki les habia dado un lugar en su casa y habia intentado que estuvieran lo mas agustos posible, lo ideal seria devolverle el favor pero paige simplemente no podia hacer nada, no era una agente de campo externo, tenia miedo de las armas, tampoco era una hacker tan impresionante como lo era brie, no tenia ninguna cualidad especial o destacable, ella solamente era peso muerto para el escuadron

sintiendose inutil, decidio abrir la galeria de su portatil y mirar la cosa que siempre la motivava, las imagenes que brie habia logrado rescatar, los recuerdos unicos que habia pasado con su padre, las horas, minutos, segundos y dias mas felicies de su vida, donde no impotaba lo buena o mala que fuera para algo, el hombre alto e ingles siempre estaria orgulloso de su pequeño mufin ingles

el padre de paige habia sido una persona muy admirable, te abria encantado conocerlo, fue uno de trabajadores que ayudaron al diseño de microsoft uno de los sistemas computarizados mas importatens, tambien fue un soldado retirado quien estuvo en afganistan por mucho tiempo, por lo que no pasaba mucho tiempo con la de piel nivea, pero los momentos que pasaban juntos, eran mas preciados que el oro para paige

pero el hombre no habia logrado el exito mas grande de su vida, no habia logrado vencer contra en cancer, el hombre siempre solia decirle a su hija ''no puede ser tan mala mi enfermedad si rima con la palabra vencer'' tado el timepo con una sonrisa, pero nisiquiera los mejores medicos habian logrado salvarlo

el tratamiento de su padre era caro, muy costoso, por lo que llevo a la inglesa a usar sus conocimientos en informatica y hackear cuentas bancarias, al principio habia resultado bien, pero con el tiempo habia sido descubirta por el oficial reigns quien le habia ofrecido su libertad a cambio de trabajo, a lo que la de piel nivea acepto, pero ya habia sido demasiado tarde, el padre de paige habia fallecido y desde ese dia ella no queria que la llamaran por su verdadero nombre, saraya, sino por el que su padre le habia puesto, paige, por que era aparte de ser de piel palida, era sincera, como una hoja en blanco, pero... que podria decir el hombre al verla ahora, la hija de un soldado la cual ayudaba a criminales a derrocar a un malvado policia corrumpto, era jodido se viera por donde se viera

saraya pasaba sus dedos por la tabla de la mesa dibujando circulos sin ningun tamaño en especifico mientras miraba la foto donde su padre estaba apunto de entrar a su ultima cirugia, salian ambos juntos, saraya abrazando a su padre quien estaba en la cama, con una sonrisa... el siempre tuvo una sonrisa, penso ella

- ¿que estas haciendo calabacita inglesa? -escucho a la mujer a sus espaldas y no pudo evitar saltar del susto al mismo tiempo que sentia una delicada mano en su hombro- perdon si te asuste, debiste estar muy concentrad... ya veo

PERSIGUIENDOTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora