D de Desayuno

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Era hora de revivir esto <3

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Nico no podía entender cómo las personas apenas se levantaban de la cama podían comer.

Él nunca fue de levantarse tarde, pero en cuanto a rutinas y hábitos relacionados con la alimentación saludable, era un caso perdido. La sola idea de comer algo antes de las ocho, casi nueve de la mañana, le daba asco, haciendo que se revolviera su estómago. Eso, claramente era algo que a Will le preocupaba.

El rubio solía desayunar temprano, siguiendo las recomendaciones de incluir el cuarenta por ciento de la ingesta diaria en esa comida. Y se lamentaba porque su novio no pudiera comer por lo menos un sándwich con él.

Por lo que, pensando en la salud del pelinegro, un día le obligó a tomarse un vaso con licuado.
—Te va a hacer bien, no te va a pasar nada— le dijo. Nico arrugo la nariz, pues no estaba muy convencido de ello.
—Si me tomo eso voy a vomitar.
—No, no la harás, necesitas comer algo. —Nico negó, apartando el vaso que le ofrecía Will. —Órdenes del doctor— añadió, con una sonrisa. A regañadientes se lo tomó y veinte minutos después, Nico estaba agarrado como si la vida se le fuera en ello a la tasa del inodoro, botando lo poco que había en su estómago. Iba a ser un proceso largo.

Al cabo de dos semanas, Nico ya podía tomarse sin vomitar el bendito licuado. Le seguía dando un poco de asco, pero no vomitar era un buen progreso. Y ahora venía otra cosa: introducir comida sólida.

Esto fue una de las cosas más difíciles que Will tuvo que hacer, ya que la negación y las constantes nauseas lo hicieron más difícil todo. El estómago de Nico no estaba acostumbrado a tanta comida tan temprano y haciendo lo posible para compensar la introducción de comida, vomitaba, vomitaba, y vomitaba. 
Pero nada se le podía hacer, más que tener paciencia e insistir, al fin y al cabo, el cuerpo se puede adaptar a los hábitos, así que solo era cuestión de ser constante.

Al cabo de nada más y de nada menos que tres meses Nico podía comer decentemente. Aún seguía sin tener hambre en la mañana y aún seguía sin apetecerle mucho comer a esas horas del día, pero viendo el esfuerzo que el rubio ponía en cuidar su salud, desayunar era lo menos que le podía regresar a cambio. Y, aunque costaba admitirlo, se sentía mejor, pero no era algo que estaba dispuesto a aceptar, por las veces que tuvo que estar hincado ante la tasa del inodoro.

—¿Ya viste que comer no te mató? —dijo Will, con su sonrisa radiante de siempre. Estaban en la cabaña 13, lejos de todos los semidioses ruidosos, en la relativa privacidad que la cabaña de un solo integrante les proporcionaba; acurrucados en la cama del pelinegro.
—Casi lo hace, vomite al menos unas veinte veces. — Respondió el pelinegro con el ceño fruncido, casi bufando.
—Tienes más color en el rostro— el rubio paso su mano por la mejilla de Nico, delicadamente, provocando el sonrojo de este. —Mucho más— y sonrió.

Una almohada se impactó en el rostro de Will, cortesía de su novio, se rio viendo como estaba su cara roja por la vergüenza y el enojo.
Al fin y al cabo, uno hace lo que debe que hacer por la persona que ama, incluso tener que aguantar comerse el desayuno.

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Esto me lo reviso SackCarroll , que es mi preciosa beta <3

Si creen que el comportamiento de Nico con la comida es raro, dejen decirles que yo soy igual, me base en mi para hacer eso. (Y eso que no lo describí completamente, ustedes no querrán saber eso)

Bueno, los dejo con esto, y tratare de que la próxima sea en menos de un mes.

Bye~

A,B,C, SolangeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora