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Recuerda, los polos opuestos se atraen y se complementan.
Esa frase venía a mi cabeza cada vez que hablaba con él.
No tengo la menor idea de como terminé en un botellon en el casco antiguo de la ciudad. Con amigos, conocidos y desconocidos. Me gusta socializar, conocer nueva gente y obviamente, hablar. Estabamos en una pequeña plaza, con enormes jardines. Justo antes en clase Ana, intentó que fuese a ver a un chico. Pero no me convencía la idea.
-Venga, vente, es muy mono.
-Si? Y que le digo? Hola chico mono, buscas novio? Sino siempre podemos follar.
-Te arrepentirás...
Así que por cosas del destino acabé con mi amiga y ahí se encontraba él.
Me senté, muy sutilmente, como quien no quiere la cosa al lado de el, el césped y las flores de primavera eran preciosas. Pero el joven que se encontraba a mi lado... Más.
Una mano de tez blanca me tocó sin querer.
-Disculpa...
-No pasa nada.
Sus ojos, dios mío, dulces como la miel.
No nos volvimos a dirigir la palabra, pero sí las miradas. Que lindo este chico.
Una llamada, en concreto mi padre, me advirtió que fuese a terminar la tarea.
Me despedí de todos, menos de él. Por las prisas. Menudo error. Esperé volver a sentir la mirada de unos ojos tan dulces como la miel. De esa tez salida de un personaje de Crepúsculo.
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Se tardan 56 segundos según Wattpad en leer este capítulo pero todo está por llegar.
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Un enorme abrazo.
Att: ___www

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