Una Chica De Cabello Rojo

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Era un día normal, caminaba por la acera, de camino a la preparatoria. No me había exigido mucho, como para entrar a una preparatoria de gran prestigio, me conformaba con una modesta y tranquila. 

La ceremonia de ingreso comenzó, como siempre la charla de la representante de primer año y las palabras del director. Tras finalizar la ceremonia, me dirigí al salón, era el 1-A.

Entre y busque mi asiento, ya habían unos cuantos dentro del aula cuando llegue. ¿Katsuhira Agata? ¿Katsuhira Agata? ¡Es aquí! Me toco la segunda silla de la primera fila, tome asiento y espere a que todos terminaran de entrar. Las clases fueron aburridas, al extremo de insoportables y para variar un profesor con cara de prepuberto, que se teñía el pelo de verde y utilizaba un traje de entrenamiento gastado, que consistía en un buso de color verde y una chaqueta del mismo color, con unas zapatillas rojas. ¿Ese es el modo de vestir de un profesor?

Toco el timbre de salida, tome mis cosas y salí del salón, de camino a casa se me acercaron dos tipos, un más alto que yo, de piel morena y cabello azul y otro de mi estatura de piel blanca y cabello marrón. 

-¡Oye tú! -grito uno, que se acercaba corriendo 

-¿Sí? 

-Danos el dinero que traigas.

-¿Por qué haría eso?

Aunque no sentí nada, caía al suelo, recogí mi mochila y volví a ponerme de pie.

-Danos el dinero, ¿acaso no entiendes el japones?

-Si entiendo lo que dices, pero ¿por qué debería darte mi dinero?

-Si no vas a dárnoslo, entonces te lo quitaremos.

Recibí un segundo golpe en el abdomen, aunque seguía sin sentir el dolor, el golpe me quito el aire durante un instante. Volví a golpearme el rostro, perdí el equilibrio y caí al suelo, al intentar levantarme, el pequeño pateo mi rostro.

Nuevamente me levante, después de todo no sentía dolor. Siguieron y siguieron hasta que se cansaron, me quitaron el dinero y huyeron. Me levante y camine a casa, no podía sentir al dolor, aunque rompieran mis huesos, mis ojos terminaron morados o rompieran mis labios a golpes. Llegue a casa y abrí con la llave, entre y me acosté en el sofá. Encendí la TV y después de un rato, me levante para limpiar mis heridas y me ponerme las benditas.


Sonó el despertador, desperté y me aliste para ir a la preparatoria, camine hacia la preparatoria. Al llegar, tome asiento y me dormí en el asiento, desperté para el receso. Baje a la cafeteria y compre yakisoba para comer, subí las escaleras y fui al tejado, allí me senté y tranquilamente, me comí el yakisoba.

Luego de un tiempo, sonó el timbre para entrar a clase, baje y las escaleras y regrese al salón. Tome asiento y empezó la clase, aburrida como de costumbre. Finalizaron las clases y salí camino a mi casa, un dos días ya se había hecho una costumbre, después de todo, no era el tipo de persona sociable, que se unía a un club o hablaba con cualquiera para tener compañía.

Pasaba por un parque cuando vi a los dos tipos del día anterior, nuevamente se acercaron al verme pasar.

-¡Oye, chico! ¿Que tal si me das el dinero sin pelear?

Esta vez, quería evitar salir lastimado, por lo que metí la mano en el bolsillo y saque el dinero. Extendí la mano hacia él y el extendió la suya para recibir el dinero, antes de poder darle el dinero, alguien pego en mi mano, evitando de que se la pudiera dar.

-¿Que crees que hacer, dándole el dinero a estos delincuentes? -escuche la dulce voz de una chica, que me preguntaba.

-¡Ahhh! ¿Delincuentes dices? -reprocho el tipo de pelo azul.

Gire y al verla me sorprendí, era increíblemente hermosa y utilizaba el mismo uniforme de chicas, del colegio.  Poseía una contextura delgada y era de baja estatura. Tenía unos ojos de color magenta y cabello rojo; llevaba pelo recogido en una cola de caballo con un coletero amarillo dejando que su cabello fluya por su espalda.

-No interfieras mocosa. -dijo el pequeño de pelo marrón.

-No soy "mocosa", me llamo Chidori Takashiro. -respondió ella, poniéndose frente a mí-. No dejare que le quiten su dinero.

-Y... ¿Que vas a hacer para evitarlo?

La tome de su muñeca y susurré a su oído:

-Corre...

Tire de ella y corrí con todas mis fuerza, siendo sincero no me importaría haberla dejado allí, pero preferiría que no se metiera en mis problemas.

-¡Oye! ¡¿A donde van malditos?! ¡Vuelva aquí!

 Empezó a llover con fuerza y regrese caminando a la preparatoria. Cuando volví a mirarla, tenía el rostro ensombrecido, luego levanto la mirada y dijo:

-Ya puedes soltarme.

-¡Ah! Sí, es cierto. Disculpa. 

Solté su muñeca y esperamos a que dejara de llover. Cuando caminábamos de vuelta a casa, aunque no sabia donde vivía ella, uno de los delincuentes me tacleo e hizo caer, ambos cayeron sobre mí y empezaron a golpearme.

Luego de quitarme el dinero se marcharon, la extraña chica de cabello rojo se acerco y ayudo a levantarme, camine hasta mi casa, pero ella me seguía. Entonces pregunté:

-¿En donde vives?

-En este edificio. 

-¡Oh! Vives cerca de mí. Yo también vivo aquí.

Luego de regresar a mi casa, me di cuenta de que ella vivía al lado mio. No era de esperarse que no lo supiera, ya que siempre voy tarde a la preparatoria y regreso tarde a casa, además de que rara vez salgo.

Entrada la noche baje al parque, que había frente al edificio donde vivía. Tome asiento en una banca y me quede allí.  Mire alrededor y la vi sentada en una banca, comiendo ongiri. Me quede viéndola como un tonto, aunque mi expresión facial nunca cambia, al terminar ella recogió su basura y me regreso la mirada:

-Esto... ¿Necesitas algo?

-¡Ah! No, no es nada. Estaba pensando... Gracias por ayudarme allá tras.

Ella cambio de puesto y se sentó junto a mí.

-No es nada. -dijo sonriendo-. Y... ¿Como te llamas?

-Katsuhira Agata y ¿tu?

-Katsuhira Agata, que nombre tan largo. Puedo llamarte Kacchon, ¿vale?

-No hay problema.

-Bueno... yo me llamo Chidori Takashiro. Un placer.

-Por lo que vi antes, vas a la misma preparatoria que yo.

-Sí, estoy en la clase 1-A.

-¿Eh...? Yo también, pero nunca te he visto.

-Probablemente, porque no asistí el primer día.

-Ya veo, y ¿que edad tienes?

-Dieciséis y ¿tu?

-Igual. Bueno, me voy yendo. 

-Nos vemos mañana.

-Sí.

Aunque no me interesaba nada de los demás y esa chica no era la excepción, era divertido hablar con ella.

KIZNAIVER FANFIC - EL DÍA QUE LA CONOCÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora