Caminaba de regreso a casa, después de visitar a Chidori en el hospital. Habían pasado dos meses desde lo sucedido y Chidori seguía sin despertar. Desde aquel momento volví a ser el mismo, ya no me importaba nada, sin duda, quería a Chidori y no se lo pude decir.
Llegue a casa, entre y cerré la puerta. Aún seguíamos sin saber quien o que, había provoca ese fuerte dolor en la nunca, que había causado la caída de Chidori desde el muro en el que estábamos sentado aquella tarde.
Me senté en el sillón y espere a que se acabara el día. No había dormido en los últimos meses y empezaba a acabarme poco a poco, que más podría hacer, que pudrirme allí hasta morir. Quizá así podía remediar lo que le había causa.
-"Si tan solo no lo hubiera invitado a salir". -pensé.
Repentinamente mi muñeca se ilumino. "Nueva Misión: Agata debe salir con Sonozaki" A cada segundo, las misiones perdían más y más sentido. Ya que había vuelto a ser el mismo de antes, las misiones no tenían ningún valor para mí, por las que las había hecho, sin quejarme o dar escusas.
Me acosté y espere a que amaneciera. El sol empezó a inundar con su luz la habitación, cuando tocaron el timbre. Me levante y abrí la puerta, Sonozaki estaba allí, vestía un traje negro de una sola pieza, con unas getas, color marrón.
Horas antes.
Sonozaki, despertó y su asistente, Urushibara Mutsumi, esperaba según las ordenes, para ayudar a Sonozaki a prepararse para salir.
-Esta segura de esto Señorita. ¿Por qué debería salir con ese tipo?
-Es una misión dada por el alcalde. No me puedo negar.
-Ya veo. -respondió ella.
Sonozaki entro en la ducha, tomo un baño larga, después de todo le quedaba mucho tiempo, para la hora que había previsto. Luego de una hora, salio del baño, se vistió y arreglo, para salir con Agata y completar la misión.
Presente.
-Dame un segundo.
Deje pasar a Sonozaki y entre en la ducha, me duche, vestí y salí.
-¿Lista?
-Sí. -respondió.
Salimos a la ciudad y paseamos por toda ella. Terminamos de pasear rápidamente, de camino a casa, Sonozaki me detuvo. Justo en ese lugar, aquella playa frente al puente. No sentamos en el suelo y nos recostamos del muro, para ver la puesta de sol.
-Bien... Katsuhira-san. ¿Sabes cual es el final de esta misión, no?
-Ya me había hecho una idea. Salimos como una pareja, pero no contó como completar la misión.
-Eres bastante inteligente.
-No lo llamaría inteligencia, soy un imbécil. Lo puedes llamar sentido común.
-Entonces... ¿De que manera quieres que hagamos esto? -pregunto.
-Rápidamente.
Caminamos de vuelta a mi casa, al llegar, abrí la puerta y entramos. Al entrar, cerré con llave. Me quite la camisa y vi a Sonozaki, quitarse su traje, tan solo tiro de la cremallera en su espalda y este cayo. Tenía ropa interior de encaje, de color azul claro, con patrones de lineas blancas.
Baje la cremallera y me quite el pantalón, Sonozaki se aproximo a mí, me dio un beso en la boca y se tumbo frente a mi en la cama. Ya no sentía nada por nadie, el único placer que me hacia sentir vivo, era el sexo y mi única motivación para seguir vivo, era estar para ver despertar a Chidori y haría lo que fuera, para seguir aquí hasta ese momento.
Me coloque sobre Sonozaki y la bese, metió lentamente su legua en mi boca y ambas se acariciaban mutuamente. Me senté en el borde de la cama y Sonozaki se sentó en mis piernas. Soltó su sostén y este cayo frente a ella, sus senos era grandes y firmes, sus peones estaban duros, me quede viéndola y ella se sonrojo.
-Se que es por nuestro "bien". Pero tu ¿realmente quieres hacer esto?
-Si. Quiero saber que se siente ser mujer.
-De acuerdo, Sonozaki-san.
-¿Puedes llamarme por mi nombre?
-Esto... Noriko.
-¡Hi! Katsuhira-kun. -dijo demostrando una pequeña sonrisa.
Lamí uno de sus pezones y ella soltó un leve gemido, sus pezones estaban duros, demostrando su excitación, seguí y lo puse entre mis labios, chupé y ella soltó un gemido más fuerte. Gire, poniéndome sobre ella, metí mi mano en su ropa interior y froté su clítoris con la yema de mi dedo corazón.
La besé nuevamente y me quite los calzoncillos, ella se retiro las bragas y se coloco sobre sus brazos y piernas en la cama. Pude ver su vagina con claridad, era rosa y húmeda, me acerque y le di una probada. Gimió, pero no me detuve, metí mi lengua y ella se tapo la boca con la mano, para que no se escucharan sus gemidos.
Sabía tan bien, que no me podía detener, finalmente ella cedió y cayo rendida en la cama. Giro para verme y se sentó en la cama, me acerque y ella tomo mi pene erecto con su mano, lamió la punta y la beso. Todo mi cuerpo se estremeció, cuando metió mi pene en su boca, sus labios y lengua eran suaves y se sentían bien. Movía su lengua lentamente, alrededor de mi pene, para luego chuparlo con fuerza y meterlo más profundo en su boca.
Rápidamente me hizo acabar, termine dentro de su boca. Ella se separo y tocio, aparentemente le resultaba incomoda esa sensación de la esperma en su garganta. Me acerque, coloque mis manos en la cama y ella retrocedió, avance hasta ponerme sobre ella.
-Ya no hay vuelta atrás. -dije.
-¡Hi! -dijo asintiendo.
La tome de sus muslos y tire de ella, hacia mí. Introduje mi pene rápidamente dentro de su vagina, sentí otra vez esa molesta barrera, que no te dejaba continuar. Aplique más fuerza y Noriko gimió, una que otra lagrima se escapo de sus ojos. Pequeñas gotas de sangre salían de su vagina, como hilillos.
Me hundí en ella y gimió aún más fuerte. Empecé a moverme lentamente, hasta que Noriko se acostumbro y luego aumente un poco la intensidad, me movía rápidamente y ella empezaba a acostumbrarse. Luego de un tiempo, ella cambio de posición, apoyándose en sus manos y piernas, entre hasta el fondo y dejo caer su rostro sobre la almohada.
Me movía rápidamente y a ella ya no le incomodaba, gemía de placer, recibiendo cada embestida. Estaba por acabar, cuando ella se tiro hacia delante y se dio la vuelta, me abrazo y tiro de mi. Caímos nuevamente a la cama y ella se posiciono sobre mí.
-Quiero probar de esta forma.
Asentí, ella tomo mi pene y lo introdujo en un momento de nuevo, en ella. Se movía rápidamente, dando sentones fuertes, pero yo no me quejaba. Estaba por acabar nuevamente, y cambie de posición de golpe, tumbándola en la cama. Se sentía genial, me movía rápidamente, buscado mayor profundidad y más placer, di una ultima embestida, hundiéndome hasta el fondo y soltando todo dentro de ella.
Como siempre, al terminar una misión. Nuestras muñecas se iluminaron y ponían: "Misión Completa".
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KIZNAIVER FANFIC - EL DÍA QUE LA CONOCÍ
Hayran KurguKatsuhira Agata, es un chico que no siente dolor ni amor, no le interesa los demás y vive en un vació emocional. No es sociable y es molestado con normalidad por sus compañeros, los cuales le quitan su dinero. Un día conoce a Chidori Takashiro, u...