Y cada vez me es más difícil tener que separarme de tu piel. Que se pasee la luna por mi ventana sin haber escuchado al menos uno de tus latidos. Que el sol me regale su luz, pero el día siga frío. Cada vez me es más difícil cerrar los ojos e imaginar tu sonrisa para que me ilumine los segundos. Y rasgar las horas una tras otra hasta volver a mi refugio. A tus brazos que tienen el don de hacer que se me olvide el mundo. Que sólo seamos tú y yo, que solo escuche tus susurros.
