- ¡Camille! Traeme la puta botella que te pedí que me comprarás.
Ella se estremeció al oír eso, Jake, le había dicho que podía salir a cambio de que trajera la botella de Whisky que le había pedido, pero a Camille se le olvido por completo.
Cuando esto pasaba, Jake se cabreaba de una manera que no queréis saber.
-No la he comprado...
Susurro alejándose poco a poco hasta llegar a la esquina del salón.
Su padre, le había obligado a quedarse en esa casa, Camille tenía planeado escaparse, pero si pasara eso, el se encargaría de que no viera más la luz y la haría sufrir hasta que muriera desangrada o de hambre.
Nadie podía imaginar hasta que puntos podía llegar ese hombre.
- Maldita zorra, te di el puto dinero para algo, ¿no? -Jake se levantó de golpe mientras gruñía y comenzó a decir todo tipos de insulsos a Camille, ella sólo quería llorar.- Te voy a dar el castigo que te mereces.
Camille salió corriendo de aquella esquina donde estaba "escondida", normalmente si esto pasaba, Jake solo se quedaba parado mientras la maldecía por dentro, pero en cambio, hoy salió corriendo detrás de ella atrapandola y cogiendola de la cintura y poniéndosela como una bolsa de patatas. Ella comenzó a gritar y a darle golpes en la espalda mientras intentaba escaparse de todas las maneras posibles pero esto le cabreó más, así que el la tiro al suelo, dándola un buen golpe en la cabeza contra el suelo, ella se abrazó a si misma, toda su vista se nubló al recibir patadas de la parte de Jake, ella sólo quería llorar y morir, terminar con esa tortura, notó como le comenzaba a salir sangre de la nariz, debido a un golpe en su cara, rompiéndole el labio de paso. Ella lloró.
- Das asco. Solo sabes llorar y llorar. Deberías estar muerta.
Camille se quedo paralizada, esperando que eso último sucediera, en cambio la dejó encerrada en aquel cuarto donde solía dejarla siempre. El dolor no la permitía moverse, notaba como si en cualquier movimiento se fuera a romper en pedacitos. Esa había sido una de las mayores palizas que la había dado.
Así que, se quedó tendida en el frío suelo, medio muerta, le costaba respirar pero eso no le importaba, simplemente quería morir y acabar con todo.
Cada día pensaba...
¿Donde estaba el?
Aquel angel que la salvaba en estos momentos.
El que sabía cómo hacerla sentir mejor.
Pero ya llevaba más de dos años sin aparecer.
Y le echaba de menos, porque desde que el no estaba, todo había cambiado.
▫️▫️▫️▫️
Terminó de curarse las heridas y de maquillarse los ematomas que esto había dejado, se miro al espejo y se dio cuenta del desastre que estaba hecha. Ni con 100 kilos de maquillaje podría ocultar todo eso.
Los golpes en la mejilla no podían camuflarse, el labio roto menos y el ojo morado tampoco.
Suspiro mientras se daba la vuelta, dejando su reflejo atrás, no quería mirarse más, ella misma se despreciaba por no tener la valentía de escapar de ese lugar.
Una pluma blanca cayó del techo.
Se agachó con dificultad, ya que después de 2 días, aún le seguía doliendo como el primero.
Miro aquella pluma blanca que se había encontrado en el suelo. La miro con curiosidad, para después ver que no era la única pluma.
Aquella empezaba un largo camino que Camille siguió por la curiosidad.
Se le hacía famoso esas plumas tan blancas.
El camino la llevo hasta la guardilla donde, vio algo que le asustó.
Una persona tirada.
Ella se quedó plerpeja mientras se acercaba lentamente.
-¿Hola?
Grito mientras rodeaba el cuerpo. Dos grandes cicatrices salían de su espalda mientras la sangre no paraba de salir.
Se llevó las manos a la boca al ver aquel rostro familiar.
Se tiró rápidamente a su lado mientras le sacudía.
-¿Blas?
Susurro entre sollozos.
Era el, podía llevar dos años sin verle, pero aún le recordaba perfectamente con esa sonrisa que a cualquiera podría alegrar, con esos ojos azules con tonos grises y verdes que se iluminaban cada vez que estaba contento.
Pero aquel cuerpo desapareció en un segundo, Camille no daba crédito a lo que estaba viendo, se levanto mientras sujetaba una pluma que se había quedado en sus manos.
Todo se volvió oscuro mientras ruidos extraños hacían eco por todas partes.
Camille solo quería llorar y así hizo mientras se tapaba los oídos al escuchar esas voces molestas.
El suelo comenzó a moverse, mientras miles de plumas blancas y negras caían del techo.
Camille se sentó encima del suelo ahora cubierto de plumas y se tapó los oídos recordándose a si misma que esto no era real. Que no podía ser real.
Gritó con todas sus fuerzas produciendo que se quedara sin aire y tuviera que parar.
Unos brazos la levantaron pero ella seguía con los oídos tapados y los ojos cerrados.
Solo quería que todo terminará.
La sacudieron mientras la hablaban, y al escuchar esa voz, la voz más dulce y tierna que había escuchado tantas veces, abrió los ojos encontrándose con el.
-¡Camille!
Grito con todas sus fuerzas mientras la cogia en brazos para llevarla fuera de allí. De nuevo cerró los ojos.
Después de unos cuantos minutos, pudo abrir los ojos poco a poco encontrándose con aquella mirada preocupada.
-Mírame.
Camille le miró y se lanzó a abrazarle, algo que fue inútil ya que lo único que hizo fue atravesarlo.
Ella no sabía que lo que estaba pasando y mucho menos que había sido eso.
Blas la miro con ternura.
-No puedes tocarme.
Dijo acercándose a ella. Camille le sentía real, pero simplemente era como un espíritu.
-¿Por qué?
-Shh...
Y todo desapareció.
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Even Angels (Blas Cantó.)
RomanceCamille conocía a aquella persona que la protegía, aquella persona que le daba ánimos y estaba ahí cuando más le necesitaba... Cada vez que Camille cumplía años, el no venía tanto como solía a hacerlo, eso le sentaba mal a ella, porque le echaba de...