Capítulo 2

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Lo primero que hice fue mirarla, lucia sin aire como si no pudiera respirar. Un chico la ayuda a no caer del impacto, claramente notaba que ella no podía creer lo que todos estamos presenciado su hermana ha sido escogida para ser tributo.  Esa niña tan indefensa, tan pequeña ahora sería parte de los Juegos y con muy pocas posibilidades de que sobreviva. Es lo más injusto que puede pasar, todos murmuraban sobre eso. Pero no podíamos hacer nada más que eso. Sólo ser espectadores de como las muertes emergían y nadie era capaz de hacer nada, si nos rebelamos contra el Capitolio lo único que lograríamos sería morir.

Prim a kilómetros de distancia se le podía ver el terror en su cara estaba pálida, y no era para menos.  Mientras ella caminaba para acercarse a los escalones con Effie. Todos escuchamos a alguien gritando “¡Prim!” un grito desgarrador. Al voltear hacia la multitud vi que  la que gritaba era su hermana Katniss Everdeen, la chica por la cual he estado enamorado por siempre, y verla así me rompía el corazón, esto no era justo para ella ni para nadie.

Ella rápidamente dice “¡me ofrezco como voluntaria!” “¡Me

presento voluntaria como tributo!” todos le abrieron paso a ella un pasillo directo al escenario donde se dirigía Prim, cada persona  en la plaza la vemos con sorpresa. En el distrito doce nunca ha habido voluntarios  desde hace muchos años, porque todos sabemos que ser tributo es sinónimo de muerte.

--¡Espléndido! --exclama Effie Trinket--. Pero creo que queda el

pequeño detalle de presentar a la ganadora de la cosecha y después

pedir voluntarios, y, si aparece uno, entonces... --deja la frase en el

aire, dudosa de seguir.

--¿Qué más da? --interviene el alcalde. Èl mira a Katniss conmovido de ver a Katniss ahí parada siendo tributo. Algo que ni siquiera yo, puedo evitar.

¿Qué más da? --repite, en tono brusco--. Deja que suba. Al momento en que Katniss sube al escenario, Prim comienza a gritar desesperadamente detrás de ella, y con sus brazos pequeños no la quiere dejar ir, se aferra a ella lo más que puede. A todos nos conmueve verlas ahí y no poder hacer nada.

-¡No, Katniss!, ¡No! ¡No puedes ir!

Le grita Prim a ella, noto como Katniss es fuerte al no doblegarse frente a las cámaras y a todo el país que está observando este momento, mientras que yo no puedo evitar que pase por todo esto, porque no he sido ni capaz en todos estos años ni siquiera de hablarle. Y mi cabeza nunca me lo hará olvidar.

Unos segundos después Gale se lleva a Prim después de unos forcejeos en el aire, la lleva junto a su madre. Y Katniss logra subir los escalones que la conducen al escenario.

--¡Bueno, bravo! --exclama Effie Trinket, llena de entusiasmo--.

¡Éste es el espíritu de los Juegos! --Está encantada de ver por fin un

Voluntario para este Distrito --. ¿Cómo te llamas?

--Katniss Everdeen --responde, un poco dudosa.

--Apuesto que ella era tu hermana. No querías

que te robase la gloria, ¿verdad? ¡Vamos a darle un gran aplauso a

nuestro último tributo! --dice Effie Trinket.

Cuando Effie termina de decir la última palabra, nadie aplaude al contrario lo que reina es un inminente silencio que demuestra que no estamos de acuerdo con lo que sucede, y que no lo estaremos jamás. Lo único que podemos hacer es llevarnos los tres dedos centrales de la mano izquierda a los labios y después la señalamos con ellos. Este gesto es muy particular de nuestro distrito, ya casi no lo usamos a veces se ve en los funerales, lo cual es muy deprimente, pero también es un gesto de agradecimiento, de admiración que es lo que ahora sentimos todos por Katniss, pero también el gesto puede ser para despedir a un ser querido.

Los Juegos del Hambre narrados por Peeta MellarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora