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12 de Noviembre del 2016

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12 de Noviembre del 2016.

¡Por fin nos vimos! 

¡Estaba tan entusiasmada!

Estaba entusiasmada porque vería al niño de mis ojos. Aunque suene cursi y estúpido, es así. 

Lo vería tocar.  Porque no se si lo mencioné anteriormente que el estaba en una banda. Pero no en la banda del búnker, una banda donde tocaba con sus mejores amigos, 'compas'. 

Se veía tan guapo. 

Con su chamarra de piel negra, y ese reloj que combinaba tan bien con el. 

Estuvo tan súper atento ese día. 

Lo abracé, y le tomé la mano por primera vez. Tuve las mejores sensaciones de mi vida esa vez. No hizo falta besarle para sentir algo. Solamente sus brazos abarcando mi cintura. O la cantidad de veces que entrelazábamos nuestras manos. Pareciera que nuestras manos fuesen echas para encajar perfectamente. Sólo con el sentir sus labios por mis mejillas. 

El, -Tengo frío. 

Y me pusiera su chamarra. 

Las veces que cruzamos miradas e intercambiamos sonrisas.

 Sabía que lo quería, lo quería para mi, y conmigo. 

Y que nos miraban y nos llamaban tiernos, pero en realidad nos salían cosas sucias sin pensar. 

Era todo lo que quería, más lo que esperaba en un chico. 

Pero me daba terror eso en momentos. 

Lucharía por el hasta el último suspiro. 

No lo besé ese día. No lo dejé. 

¡JURABA QUE LO IBA A DEJAR CON GANAS DE UN BESO!

Y si, si lo dejé con ganas, pero me quedé con ganas yo también. Con ganas de sentir la textura de sus labios. Me quedé con ganas de sentir sus labios junto con los míos. 

Pero de igual manera estuve consciente que no nos volveríamos a ver hasta ya más después.

 Yo iba a la escuela por la mañana, y el por la tarde. 

Si acaso nos podíamos ver los fines de semana, pero a veces ninguno de los dos podía. Ambos teníamos cosas que hacer. Pero siempre dejábamos algunas cosas aparte, para darnos un momento nosotros. Aunque teníamos prioridades diferentes, teníamos ganas. 

Ganas de volvernos a ver y de estar juntos, de poder besarlo, de poder besarme. De arrancarle los labios con besos, en forma literaria. 

Teníamos ganas de sentir calidez mutua de nuestros cuerpos, quería sentir su respiración, el latir de su pecho. 

¡LO QUERÍA A EL! 

Pasaron casi 2 semanas cuando lo volví a ver. 

Era demasiada la química que nos teníamos porque somos iguales hasta en la forma de sentirnos y de pensar en doble sentido. 

21 de Noviembre. 

Al terminar el desfile que se hace como de costumbre en la ciudad en la que vivo, decidí ir a verlo. Pues su casa quedaba a cuadras de donde yo estaba. Le avisé, y si, accedió. 

Pero el estaba algo distante. Estaba molesto conmigo. Se molestó por una de mis bromas estúpidas e inmaduras la noche anterior. Y juro que en realidad nunca me había sentido tan mal como esa vez. Sentí que se me venía el mundo abajo porque presentí que el quería terminar conmigo algo que jamás había comenzado. Y fue que se me vinieron cientos de emociones encima. Y pensamientos absurdos, como que 'obtuve lo que quise, ahora lárgate'. Y no, fue un horror. El caso es que ni mirándonos pudimos arreglar aquello que estaba mal.

Y me sentía tan confundida, porque me habías mandado totalmente por un tubo. Pero luego por mensaje, fue de que me dijiste. 'Te quiero, pero sigo enojado contigo'. Y en verdad que no supe que hacer. Hasta que por fin, después de tanto sentirme mal, logramos arreglarnos. 

25 de Noviembre. 

Fui a una fiesta en el salón de fiesta que está por su casa. 

Duré un rato en la fiesta, y luego, nos vimos afuera de su casa. 

Hacía frío.

Me abrazó. 

Yo seguía siendo muy seria para ese entonces. Pero de igual manera hablamos. 

Y por fin, por fin lo besé. 

Quedé obsesionada con sus labios, quería dejarlos pegados junto con los míos. 

Pero como a ninguno de los dos nos podía salir la ternura...

Empecé con mis cosas de doble sentido. 

Y el, bueno... ¿Qué macho alfa se iba resistir?

Nuestros niveles de perversión fueron aumentando. 

Toqueteos, besos, y charlas demasiado prendidas. 

Volví a la fiesta. 

Y después, en la madrugada regresé a mi casa.

 Mi celular se quedó sin pila. Y llegué inmediatamente para ponerlo a cargar. Al agarrar un poco de batería lo primero que me llegó, fue un mensaje de el. 

Me sorprendió que no fuera un mensaje pervertido, era algo lindo, algo tierno. 

Después no nos volvimos a ver hasta principios de Diciembre. 

Fuimos al parque, y estuvimos charlando y entre otras cosas mas excedido que la última vez que nos vimos. 

Fue uno de los momentos mas divertidos y pervertidos. 

'¿Se te antojaron?' 

Aún recuerdo lo pésimo que pasamos el inicio del 24. 

Siempre me hacías sentir culpable por cosas que yo ni siquiera sabía. 

Parecías más la mujer tú, en 'nuestra relación' que yo. Te la pasabas haciendo berrinche por todo. Y yo siempre buscaba la manera de dejar de que estuvieras enojado. Me rompí muchas veces el corazón yo sola para no rompértelo a ti. Incluso lo ignoré. 

¿Sería que seguías traumado con tu ex? Me dolía pensar eso. 

Pero ya estuvimos mejor a principios de año. 

Sabía que eras el tipo ideal, y con el que quería pasar el resto de mis días. Y creo que fue mutuo eso. Esperaba empezar el año contigo y quizá, poder terminarlo juntos.

Lo que nunca te pude decirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora