Lo que nunca te pude decir

To the root

(Puede ser el último capítulo de una corta historia, o sólo puntos suspensivos para comenzar una mejor.)

Eran los finales del mes de Enero, mas o menos. 

Teníamos peleas de la nada. Peleas por todo. Discusiones sin el más mínimo sentido. Algo estaba haciendo mal. 

¿Ya no estaba siendo lo suficiente?

¡No no me estaba equivocando porque podría jurar que nada estaba haciendo mal!

Me pedía tiempo, y yo queriendo dejarle de hablar, porque... ¿Se supone que necesitaba pensar, no? Entonces nada mejor que teniéndome un poco lejos.  Pero intentaba distanciarme, y después ¡el ya estaba con sus suposiciones estúpidas!

Yo no quería sufrir si no hacía falta. 

Me fallé muchas veces a mi para no fallarle a el. 

Y sin duda, en uno de esos tiempos que me pidió, me aseguró que no había nadie más. Y es aquí la parte que me duele. 

Confié como nunca en mi vida había confiado. 

Ya que pasaron las semanas, y nos medio arreglamos, puse todo mi empeño de ponerme un poco mas tierna con el. NO SÉ COMO LO HARÍA. Pero lo terminé haciendo. Y el. El estaba demasiado perdido en otro mundo. 

Y me di cuenta que yo no era la única. Porque como lo dijo, ni siquiera yo fui la oficial. 

Lo mas doloroso de todo no fue que se haya ido, que le dijera lo mismo que a mi a otra, eso es lo que me dolió. 

¡Me esforcé como no tienen  una idea! Era mi pequeño mundo. Y alguien como si nada vino y gobernó de el. 

Estaba tan molesta porque real que dijo cosas tan ofensivas de mi. 

En fin, el ya estaba con ella. Y no me interpuse. 

¡Pero te estabas metiendo tanto en mi! ¡Que ni estando con otros chicos salías de mi mente! 

Y es que todo contribuye en que optabas en arruinarme cualquier cosa con alguien más. Pero si ya no estabas conmigo. 

Déjame ser como yo te dejé ser. 

¡No me quieres contigo pero no me quieres con nadie mas!

No entiendo.

En serio no entiendo su concepto. 

Hice lo que nunca haría, perder mi dignidad para decirle lo que nunca le pude decir. Y se lo dije. Y me sentí tan bien, ya no sentía rencor alguno. 

 Algunas cartas, y algunos cigarrillos. 

Tejió mis alas con su respuesta. 

Y es que en realidad todo eso era cierto.

Era tan cierto,  hasta el punto que como había dicho anteriormente... Me aferré a el como nunca me había aferrado por alguien. 

Rechacé a cientos de chicos, porque tenía mis ojos solo para. Pero el... El no pudo rechazar a una, ¡una! por mi. 

Tenía esperanzas de que mirarás hacia atrás. Pero sólo me hago falsas esperanzas. 

Y pensé muchas veces en no rendirme. Pero en verdad que ya me rindo. No puedo seguir sintiéndome segunda opción ni para el ni para nadie.

Aunque ambos somos conscientes de que amor como el mío en ninguna parte hallará. Conmigo lo tenía todo. Pero es mejor darte por perdido.

 ¡Te quiero con todo el alma, como no tienes una idea! 

Pero sea lo que sea... Por mas que quiera y no quiera... Busca tu felicidad por otro lado, pero recuerda que mis fantasmas siempre los llevarás. 

Bien lo dijiste que ella no es ni octava parte de mi, que no era fácil. Pero te lo aseguro, será fácil. Porque me rindo, ya no estoy en medio. Ya no elijas, quédate con ella. 

Todos mis sentidos están vivos. Y no puedo atar a mi, a alguien que debe de ser libre. 

Ya basta de buscar la felicidad de los demás, quiero mi felicidad de vuelta. 

Bien dicho está que no será cuando tu quieras, ni cuando yo quiera, será cuando el de allá arriba quiera. 

No eres el único.

No soy la única.

Me marcho. 

Me marcho y no se si para siempre o temporalmente. 

Este queda como por último el capítulo más corto que haya escrito, porque no queda mucho que sentir.

Sólo ahogándome en mi propio llanto, en mi propio nudo. 

Ya no puedo sostener tu mano. 

Ahora te toca a ti verme marchar.

Te toca extrañar mis besos, te toca extrañar mi sonrisa, te toca extrañar mis manos y mi silueta, porque yo ya me cansé. 

No olvides la dulzura de mis labios ni la calidez de mis manos. 

Puede ser un adiós. 

Pero tómalo como un hasta pronto. 

Y déjame ser con futuras personas, como yo te estoy dejando ser.