Epílogo

2.6K 153 81
                                    

–Felices 18 enana–Saúl me revuelve el pelo

–No me llames así, Ñíguez–protesto

Luna me da un abrazo.

–He preparado tu desayuno de cumpleaños–sonríe

–Gracias, Lu.

Llaman a la puerta y Saúl abre. Son Amil y Yan.

–¡Felicidades!–Amil salta sobre mí y me abraza efusivamente

Yan sonríe me tira de las orejas.

Nos sentamos los cinco a la mesa, para empezar a desayunar. Sé que no veré a Anto en todo el día, pues tiene que trabajar.

Tras el desayuno, Luna me da un paquete muy pequeño.

–Ñíguez ha contribuido. Es de los dos.

Abro el paquete y veo una llave.

–¿Mi propio apartamento?–abro los ojos como platos

Ambos asienten y me abrazan.

–No está muy lejos–dice Saúl–. Es el de enfrente, pero necesitas tu espacio y nosotros el nuestro–me guiña el ojo

Y es que sé que, después de la boda, quieren formar una familia. Estoy muy feliz por ellos.

–He hablado con Anto–susurra Saúl–. Vendrá para la fiesta.

–¿Fiesta?–frunzo el ceño

–¡Saúl!–le reprende Luna–¡Era sorpresa!

Los cinco reímos.

                               (...)

La fiesta resulta ser en mi nuevo apartamento. Hay un montón de gente, pero a mí lo único que me preocupa es encontrar a Antoine y Amil lo nota.

–No te preocupes, vendrá–me anima

–Eso espero–suspiro

Unas manos se posan en mi cintura.

–¿Bailas, cumpleañera?–susurra con voz ronca en mi oído

Amil me sonríe y se va a bailar con Yan cerca de mi hermana y Ñíguez.
Me giro y sonrío.

–Felicidades–dice juntando nuestras frentes

–Gracias–susurro

Sonríe y me besa dulcemente.

–Anto...

–Mhm...

–Hueles a tabaco.

–Ya sabes, fumo cuando estoy nervioso.

–¿Y por qué fumabas esta vez? ¿Nervioso por una fiesta? ¿Vuelves a tener cinco años?–me burlo

–No es por eso, listilla–me echa la lengua–. Salgamos fuera un segundo.

Salimos al balcón y yo me siento en la gruesa barandilla de piedra. Él me coge las manos.

–Esta mierda de fiesta organizada por Ñíguez no me pone nervioso. Me pone nervioso el saber que voy a pedirle a una chica por pimera vez que sea mi novia.

–¿Ah si?–paso mis brazos alrededor de su cuello–¿Y quién es la afortunada?

–Tú, listilla mía. ¿Quieres ser mi novia?

–Con una condición–sonrío

–La que sea.

–Que dejes de fumar.

–¿Y qué haré cuando esté nervioso, entonces?

–Besarme, por ejemplo.

–Mhm... Me parece una buena oferta–y con una sonrisa arrogante vuelve a unir nuestros labios.

Nothing else matters {Antoine Griezmann}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora