Antoine tiene la costumbre de colarse en mi habitación todas las noches para dormir conmigo.
Es algo que Saúl sabe y que Luna intuye, pero que ninguno de los dos proteste.La mayoría de mi tiempo libre lo paso con él, además de que me ayuda bastante a la hora de estudiar.
–¿Lo entendiste?–me saca de mis pensamientos lanzándome un lápiz
–¿Eh?
–Te acabo de explicar por quinta vez este punto del tema, dime que lo entendiste por fin–dice cansado y ríe
–Sí... En realidad lo entendí a la primera, pero me gusta ver como eres paciente conmigo–sonrío inocente y me atrae hacia él.
Me siento entre sus piernas, él se apoya en el tronco del árbol bajo el que estamos sentados y yo me apoyo en su pecho. Coloca el libro en mis piernas y me lee el punto siguiente.
–Este lo entiendo–susurro
–Pues entonces ya está.
–¿Podemos quedarnos aquí un rato?–susurro–Estoy cómoda.
Ríe y besa mi nuca.
–¿Te apetece ir hoy a jugar a los bolos por la tarde?–pregunta
–Tengo que estudiar–murmuro–. Lo siento.
–Está bien, doble sesión de estudio. Ya queda poco, ¿no?
–La semana que viene son los últimos exámenes.
–Perfecto. Entonces tendremos todo el tiempo del mundo.
Ambos reímos. Apoyo mi cabeza en el hombro de Antoine y le miro desde ahí.
–Si me miras así me van a entrar más ganas de besarte.
–¿Y por qué no lo haces?
Se muerde el labio inferior y me mira.
–No es el momento–se encoje de hombros y besa mi mejilla–. Voy a fumar un pitillo.
Saca el paquete de cigarrillos y enciende uno. Fuma para el otro lado, haciendo que no me llegue el humo.
–Luna me ha dicho como por sexta vez esta semana que justo en quince días es tu cumpleaños.
–Mhm... Dieciocho años. Parece mentira–río
–Sé que te voy a regalar.
–¿Qué vas a regalarme?
–Va a ser el mejor día de tu... Oh mierda.
–¿Qué pasa?
–Que el día de tu cumpleaños tengo que pasar la mañana y la tarde trabajando–apaga el pitillo y apoya la cabeza en el tronco–. Lo siento.
–No pasa nada–sonrío–. Podemos celebrarlo tú y yo al día siguiente...
Cojo su mano y él entrelaza nuestros dedos.
–O esa misma noche–alza las cejas y yo le doy un codazo al tiempo que me sonrojo.
(...)
Amil me alcanza cuando doblo la esquina para caminar hasta el apartamento de Saúl.
–Hey–la saludo–, ¿le has contado a tus padres...?
–Sí–suspira–. Mi padre se ha puesto hecho una fuera pero Yan ha hablado con él y lo ha arreglado. En cuanto acabe el instituto me mudaré al piso de Yan.
–Uh, vida de pareja.
Se sonroja. Ambas caminamos un rato en silencio.
–Oye...–susurra
La miro, tiene los ojos llenos de lágrimas.
–Amil...–la abrazo, ella me estrecha con fuerza entre sus brazos y comienza a sollozar
–Esto se me viene enorme... Sé que Yan va a cuidar de mí pero yo no quería ser madre tan pronto...
Me mantengo en silencio intentando consolarla con mi abrazo.
Nos sentamos en un banco y ella se desahoga sin dejar de abrazarme. Yo lo he hecho tantas veces que veo justo que ella también lo haga.Un rato más tarde se tranquiliza y nos levantamos para seguir caminando. Cuando llegamos al edificio de Saúl ella me sigue por el portal.
Subo las escaleras y meto la llave en la cerradura. Ni mi hermana ni Saúl están en casa, por lo que supongo que él la ha invitado a comer.
Camino hacia la cocina con Amil detrás y veo que nos han dejado la comida preparada.
–Que maja tu hermana–ríe Amil sentándose
Asiento y le paso un tenedor.
(...)
–¿Qué tal con Anto?–pregunta Amil mientras acaba sus deberes de historia
–Biem, supongo.
–¿Supones?
–¿Te acuerdas cuando me llamaste para decirme que fuera a tu casa?–ella asiente–Él estaba intentando besarme, bueno casi nos besamos pero sonó el teléfono. Desde entonces no lo ha vuelto a intentar.
–Mhm... ¿Tengo que hacer de cupido?
–No, por favor–río–. Pero es algo raro y bueno... Tal vez me moleste que ahora no quiera besarme.
–Entonces te gusta.
–Mhm...
No respondo y mantengo la vista en el calendario.
–¡Te gusta Antoine!
–¡Cállate!–murmuro sonrojada
–Solo hay que conseguir que te bese–me guiña el ojo y se asoma a la ventana–. Yan está abajo. Nos vemos el lunes.
Besa mi mejilla y sale del apartamento.
(...)
–¿Noa?–Saúl entra en mi habitación asustado–¿Estás bien?
Me seco las lágrimas e intento dejar de temblar. Me acabo de despertar gritando de una pesadilla. Es a primera noche desde que llegué al apartamento de Saúl en la que Antoine no baja a dormir conmigo.
Ambos estamos solos en casa, pues Luna ha tenido que salir de la ciudad a hacer unas prácticas.
–No lo sé–susurro
–Espera ahí, voy a traerte un vaso de agua.
Vuelve dos minutos más tarde con un vaso de agua en la mano y me lo da.
Lo bebo y lo dejo en la mesilla.–¿Has tenido una pesadilla?
En mis oídos resuena el sonido de un disparo, sé perfectamente de cuál.
–He soñado otra vez con el disparo–susurro
–Últimamente no tenías pesadillas.
–Antoine dormía conmigo, ya lo sabes.
Saúl frunce los labios.
–No sé donde está–admite–. Desde que se fue de casa esta mañana no he vuelto a saber de él.
–Da igual, Saúl. Solo... Es raro dormir sin él.
–Si quieres me quedo yo. Ahora soy tu hermano mayor –me guiña el ojo
Me echo a un lado y le hago un hueco. Él me abraza e intento tranquilizarme.
–¿Te puedo contar un secreto?–susurra–Bueno, en realidad son dos.
–Claro, soy una tumba.
–En cuanto nos graduemos le voy a pedir a tu hermana que se case conmigo.
–Seré tu cuñada oficial y malcriaré a mis sobrinos.
Saúl ríe.
–El segundo secreto es que Antoine se muere por ti.
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Nothing else matters {Antoine Griezmann}
FanficÉrase una vez un francés cuyo corazón nunca había estado enamorado y una española que, de estarlo tantas veces, su corazón estaba roto. No se conocían. No tenían nada en común. No había ninguna posibilidad de que se conocieran. Hasta que lo hicieron...