Prólogo: ¿Maldecido o mala suerte?

14.2K 692 96
                                    

Autor: Haruka Eastwood

Él, Uzumaki Naruto, había nacido en una buena familia un triste diez de octubre de 1928, aunque eso no significaba que contará con la bendición de alguna deidad o astro milagroso al que le pudiera pedir su protección divina. Desde su concepción, parecía haber adquirido la maldición de una bruja malvada que le ha hechizado con su varita mágica, trayéndole desgracia tras desgracia, en su ya de por sí, patética vida.

A muchos les hubiera gustado decir que su llegada al mundo fue una bendición —o puede que no—, algo que se recuerda con una sonrisa y lágrimas de felicidad; organizar una fiesta, gritar aleluya y presumir a tu primogénito es algo que cualquier padre desea. Claro que hubo lágrimas y he de decir que muchas, pero no precisamente de alegría. Aquella trágica mañana en donde el doncel Uzumaki Naruto, de tan solo siete meses vino al mundo, fue el mismo día que Uzumaki Kushina, su madre, falleció en brazos de Minato Uzumaki, su padre.

Todo el mundo estaba tan concentrado en llorar la pérdida de aquella hermosa y alegre mujer, que olvidaron celebrar y agradecer la llegada de un nuevo ser, uno que sería el reflejo de su madre, y no precisamente por ser idéntico a ella… —desgraciadamente no se parecían en nada, bueno, solo en carácter—, más bien era una mini copia de su padre, semejanza que le trajo más de un problema, ¿por qué? Pues porque Minato se odiaba por haber embarazado a Kushina, llevándola a una muerte segura, entonces, al ser Naruto idéntico a él, cargó con parte de la culpa y se vio obligado a asumir las consecuencias. Él fue un asesino silencioso a ojos de Minato, uno que consumió lenta y progresivamente la vida de su amada..

Nada de esto tiene lógica, lo sé, pero la vida está llena de incongruencia y acciones absurdas guiadas por un sentimentalismo irracional y primitivo que nos impide ver a quien lastimamos en el proceso. Tristemente, el pequeño Naruto creció bajo la fría —mezclada con un poco de odio, crueldad y desprecio— mirada de su padre, quien simplemente vio su nacimiento como un error, algo que pudo haber evitado y no hizo por ser débil y porque anhelaba complacer los caprichos irracionales de su esposa con tal de ver su sonrisa, aun si ese capricho significaba su muerte. ¡Que ciego estaba aquellos días! ¡¡Pero ya no más!! Se dijo con firmeza.

Aquel pequeño e inocente doncel le había arrebatado lo que más amaba en la vida, su razón de ser, su motor y su motivación. Esa hermosa mujer de cabello rojizo hizo de su mundo algo mejor, dándole a su vida un giro de 180°. Al final, simplemente le quedo seguir adelante, viéndose obligado a criar a un hijo que empezaba a odiar —o eso creía—. Y con tan solo dieciocho años de edad, Minato fue capaz de conseguir un empleo decente, pagar la renta de un pequeño departamento y contratar a una niñera de dudosa procedencia para el pequeño rubito —no por nada era un genio y prodigio—, porque ni loco se quedaba en casa de su suegra: Mito Uzumaki, una mujer imponente y peligrosa que lo culpaba por arrebatarle a su única y amada hija.

Vaya cadena de odio, en fin. Actualmente, nuestro pequeño Naruto, es un hermoso doncel de catorce años de edad, toda una ternura de resplandeciente sonrisa y actitud positiva —todo lo contrario de su huraño padre—, a eso hay que sumarle su cuerpo de tentación, una suave y acanelada piel, junto con un precioso cabello rubio y unos inocentes ojitos azules —en este punto lo único inocente que tiene—. Y el cómo pasó de ser el angelito de la casa a un experto en el sexo a tan temprana edad, es algo que más adelante te contaré.

Por otro lado está él, Sasuke Uchiha, quien nació un lluvioso veintitrés de julio de 1925. Su llegada fue inesperada para toda la familia, por lo mismo, estaba lejos de considerarse una bendición, de hecho ni siquiera fue considerado como algo bueno. Tan solo fue un error por parte de una descuidada Mikoto —palabras textuales de su esposo—.

No te voy a mentir, su padre, Fugaku Uchiha, solo deseaba un hijo, así que tras darse cuenta que por ser una familia de principios inquebrantables, allegados a la iglesia y devotos al señor, el acudir con una “partera” para que le diera un té mágico para no tener al bebé era impensable, ¡Un pecado innombrable que los condenaría al infierno! ¡Y que Dios los perdone por haber pensado alguna vez en deshacerse de aquella inocente criatura!

Vaya, en pocas palabras se tuvieron que resignarse al hecho de que tendrían un nuevo bebé, del cual esperaban tanto como de Itachi Uchiha, su amado primogénito y su más grande orgullo, nacido un nueve de junio de 1918 una mañana soleada, en donde el trinar de los pájaros fue la melodía perfecta que acompañó su llegada.

Al parecer, Itachi había sido bendecido por todos los dioses y astros existentes, mientras que Sasuke era alguien común, ordinario… tal vez demasiado a ojos de su padre, llegando a ser inexistente, una vil sombra que ignoras porque carece de importancia. Sonara cruel, pero eso era lo mejor que su padre podía decir de él.

No importaba cuánto se esforzara, siempre era lo mismo. Se veía obligado a soportar con todo respeto y educación —que se le fue inculcado en una severa crianza— a su padre, mientras lo comparaba con su perfecto hermano mayor, rebajando y minimizando cada aspecto de su vida. Era más que evidente que no era un inútil; sus notas eran las mejores de la escuela, su comportamiento intachable, y su asistencia a la iglesia inquebrantable —a pesar de que comenzaba a creer que la existencia de ese supuesto dios era toda una mentira—. Había que sumar su gran habilidad para el deporte, las matemáticas y el arte, alguien perfecto para cualquiera, desgraciadamente su padre no lo veía así.

Era una verdadera lástima que Fugaku Uchiha tuviera un concepto tan bajo y desvalorizado de Sasuke, después de todo, cada una de sus acciones tenían como único propósito, satisfacer a su padre y recibir su aprobación, así fuera mínima, eso era lo de menos, solo necesitaba saber que era apreciado y reconocido aunque fuera un poco. Incluso llegó a pensar que necesitaba parecerse más a Itachi y ser lo que su padre consideraba perfecto.

Tal vez le faltaba inteligencia o ser más atractivo, tener más carácter o ser más decidido. ¡Cualquier cosa! Gracias a eso, llegó a perder parte de su identidad, haciendo de él, alguien con poca autoestima, retraído y un tanto huraño, quien vivía bajo la sombra de Itachi.

En este punto, ellos, Sasuke Uchiha y Naruto Uzumaki, ignoran la existencia del contrario, lo curioso es que desde el principio, sus destinos estaban entrelazados.

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~
Continuará


_____________________
  
Hola!! Solo espero que les guste y se aceptan comentarios nwn

Haruka Eastwood 😄😉💙

Amante inocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora