Capítulo 13: Te elijo a ti

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Todo se había ido a la mierda en segundos y aquel relajado momento pasó a ser uno lleno de tensión, nervios y miedo. Sasuke era demasiado inteligente, basto una mirada para terminar de comprender lo que había dicho Naruto, la sonrisa de momentos atrás se desdibujo de su rostro siendo sustituida por una seriedad estremecedora y una mirada tan fría y analitica que el cuerpo del pequeño doncel tembló y quiso retroceder.

—¿Estas embarazado? Si o no —afilado y letal, así era su tono. Vio a Naruto tragar saliva siendo invadido de miedo mientras asentía lentamente, cerrando los ojos como si esperara un golpe—. ¡Joder! Eres…  —suspiró, se incorporó completamente, observó al rubito y realmente quiso gritarle unas cuantas cosas.

Sin embargo, caminó hasta la habitación sumergido en sus pensamientos incoherentes que amenazaban con hacer mella en su pobre cabeza. Eran demasiadas cosas en menos de veinticuatro horas. ¿Estaba feliz? No lo sabía, tal vez si la noticia hubiera llegado en otro momento y circunstancias lo estaría, es más, gritaría de alegría y diría que noticias como esas hay que celebrarlas, pero en estos asuntos no existe el luego, ni el después. Ahora lo sabía y su parte racional analizo todo y decidió que hacer a continuación, su parte emocional se desmoronó sin poder creerlo.

¿Estaba enojado? No, para nada. Naruto no tenía la culpa, ni el bebé ni él, las cosas pasan y listo, aunque tal vez si estuviera molesto pero no precisamente por saber que será padre sino por el momento y los acontecimientos que la rodeaban. Al final, Sasuke solo tenía miedo de algo que no alcanzaba a comprender, y Naruto era consumido por esa maldita incertidumbre que le hizo incorporarse en el sillón y ver su ancha espalda mientras se adentraba en la habitación siendo asaltado por un mar de sensaciones pesimistas que estaban a nada de ahogarlo.

—Sasuke, no te enojes, yo no quería esto —se hizo un ovillo en el sillón, tentado a sollozar, o tenía muy mala suerte o el destino actuaba en su contra—. Me cuide y aun así…

—Guarda silencio y déjame pensar —se agachó a la altura de Naruto en cuanto llegó hasta él, tocando su frente con cuidado, lo había visto sonrojado pero creyó que se debia al constante llanto, sin embargo estaba ardiendo en fiebre, se había desmayado, pasado por emociones fuertes y recibido un par de golpes—. Y no estoy enojado.

Sin decir más, volvió a tomar el tobillo de Naruto, jalandolo un poco hasta que lo obligó a sentarse como se debe. Era un hecho que no se encontraba bien, por lo que tomó los zapatos que trajó del cuarto y se los colocó a un sorprendido y extrañado rubito que se dejo hacer, intentando no molestarlo, lo conocía lo suficiente para saber que si estaba enojado, tal vez ahora lo correría de la casa. Y contrario a todas sus ideas, en cuanto Sasuke termino de ponerle los zapatos, hizo que se pusiera de pie y con movimientos rápidos le colocó un grueso abrigo blanco de gorrito y una bufanda celeste.

—S-Sasuke… ¿qué es lo que…?

—Dije que guardaras silencio, dobe.

Dio media vuelta y regresó al cuarto. Naruto no entendía nada de lo que estaba pasando, solo escuchaba como Sasuke maldecia y buscaba entre los cajones. Frunció el ceño no sabiendo lo que pretendía, pero cuando quiso ir hasta él, sintió un mareo mucho peor que los anteriores, se sujeto a la mesa con la poca fuerza que tenía, viendo borroso, como si en cualquier momento se fuera a desmayar. Sorpresivamente, los brazos de Sasuke rodearon su cintura, atrayéndolo hacia él.

—Lo lamento ttebayo.

—No importa —se separó lentamente, contemplando sus mejillas sonrojadas y su respiración agitada—. ¿Puedes caminar?

—¿Eh?... si…

—Entonces vámonos.

—¿Irnos? ¿A donde ttebayo?

Amante inocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora