Capítulo 26: Sombras

1.3K 183 11
                                    

Con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios, Minato ingresó a la habitación de Naruto, observando detenidamente como su niño estaba concentrado tejiendo un pequeño suéter con dos agujas mientras murmuraba algo incomprensible, por lo que sin querer, soltó una risilla nostálgica al pensar en su madre. Tsunade solía hacer lo mismo, perderse en sus pensamientos e ignorar a todo el mundo, la única diferencia era que ella se pasaba las tardes leyendo novelas románticas y maldiciendo a los protagonistas.

—Cariño…

—¡Papá! —sonrió con alegría, dejando de lado aquel diminuto suéter en color blanco para centrar toda su atención en Minato—. Pensé que no podrías venir.

—Te prometí estar aquí, ¿o no?  —se acercó al doncel, sentándose a su lado mientras acariciaba su cabello con mimo—. Además te tengo una sorpresa, pero primero dime, ¿qué estabas haciendo?

—Un suéter para Menma —sonrió sin embargo, aquel gesto no llegó a sus ojos—. Papá… ¿te puedo pedir algo.

—Sabes que si, bebé. ¿Qué necesitas?

—¿Podrías cuidar de Sasuke y Menma?

—¿Qué?

—Sé que es un teme orgulloso —apretó los labios encogiéndose en su lugar—. Sé que tal vez no lo admita pero no quiero que se culpe o que culpe a nuestro bebé cuando ya no esté.

—Naru…

—Tengo miedo de que la historia se repita, de que él y Menma…

—Eso n va a pasar —tajo con voz firme, tomando al doncel para acercarlo a su cuerpo en un abrazo necesitado—. No necesitas pedirme algo como aquello porque tu no iras a ningún lado.

—No me mientas —susurró—. Por favor no lo hagas, soy consciente de que no me queda mucho tiempo… pero no importa —llevó ambas manos a su vientre acariciándolo con cariño—. Así está bien ttebayo.

—No lo esta —murmuró intentando contener el pesado nudo que se formó en su garganta—. No lo está porque ambos estarán bien —se separó viéndolo a los ojos—. Hoy, tu abuelo vino a hablar con nosotros, te harán un trasplante de medula y vivirás, podrás estar con Menma y Sasuke.

—Tengo miedo —gimoteó—. Que tal si no funciona.

—Funcionara.

Tiene que funcionar se dijo a si mismo intentando no temblar. En este caso el trasplante era la mejor solución, pero al mismo tiempo era algo sumamente arriesgado, las defensas de Naruto eran casi nulas, podría morir en cirugía o días después a causa de una infección. Básicamente era un arma de doble filo y lo cierto es que había más posibilidades de que no solo Naruto muriera por el procedimiento, sino también su nieto.

Pero al no hacer la cirugía el riesgo de perderlos a ambos seguía presente. Y si las cosas seguían tal como estaban, el cuerpo de Naruto empezaría a fallar, corrección, ya estaba fallando, actualmente necesitaba oxigeno y su corazón era monitoreado regularmente a causas de las pequeñas arritmias. Ni siquiera producía los nutrientes necesarios por lo que su brazo siempre estaba conectado a una sonda con suero y medicamentos que no afectaran a Menma.

Todo aquello eran pequeños placebos. Como padre tenía miedo y se sentía inseguro de perder a su único hijo, deseando rogarle a Dios como años atrás para que Naruto este bien y soporte el parto, pero como una persona con amplios conocimientos médicos, era consciente de que si el trasplante tenía éxito, su hijo no solamente viviría hasta el día del parto, sino muchos años después de el, por lo que sería egoísta y si Naruto se negaba, era capaz de tomar la decisión por él.

Amante inocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora