Killer Heart

Capitulo Dos:

Ahora me despedia de todos en el aeropuerto de San Francisco, mi ciudad natal, en la sala de abordaje Martha no paraba de darme la bendición y abrazarme.

-Recuerda llamarnos si tienes cualquier tipo de problema, jamás dejes sin bateria tu celular, estudia mucho y nunca olvides que tienes un lugar al cual volver- Martha se limpiaba las lagrimas que le comenzaron a brotar.
-Tu identificación, tu pasaje de abordar, todos los papeles que necesitaras estan en este sobre- Mark extendió el sobre amarillo con cautela, lo tomé- Eres lista, tu sabras que hacer si algo llega a ocurrir, sea durante tus viajes o estudios, te queremos y deseamos lo mejor- los tres nos estrechamos con cariño, pero nos interrumpio el pesonal informando por la interfon el momento de abordar.

-¿Cuál es su nombre señorita?¿Tienes identificación?- me preguntó la azapata.
-Me llamo Lisa, Lisa Beckett- le presenté mi identificación, solo la tomó y comparo con el pasaje, para después regresarmela sin objeción.

Estaba nerviosa, pero trataba de disimular con movimientos torpes el acomodar mis maletas en el porta equipaje superior del avión. Al tomar asiento, esperaba con ansia quienes se sentarian junto a mí, claro que mantendria la compostura apesar de todo, eso es algo frecuente en mi "nueva" personalidad, no fue mi elección ser así, la culpa esta en mis padres, ellos me abandonaron y jamás me quisieron de verdad.
Examiné los compartimentos de mi entorno, en el respaldo frente a mí se encontraba apagada una pequeña pantalla, donde veía mi figura distorcionada reflejarse.

Debajo de esta, estaban unas revistas, de diversidad de articulos, en los reposa brazos unos botones, que tenian diferentes funciones, el primero que presiones alzó mis piernas como un sillón reclinable; el segundo extendió una pequeña mesa rectangular frente a mí, respecto a lo que yo opino, esto puede llegar a caudar tu propia muerte porque; ¿que tal si llegara a ocurrir que tuvieramos que evacuar rapidamente el avión? Nuestro pánico y miedo evitarian que tranquilamente estemos presionando cada botón para poder dejar así el camino libre, y así el 89% de los pasajeros...moririan.
Justo cuando volví a acomodar todo nuevamente a su lugar, una pareja de edad mayor acomodaba su equipaje arriba, para proseguir sentandosé a mi lado. La anciana se sentó a mi lado y su esposo al costado del pasillo. La anciana me sonrio afectuosamente mientras se acomodaba, le devolví la sonrisa con indiferencia; no acostumbraba a estar con gente mayor, puesto que jamás eh convivido con ellos.

A mitad de vuelo, estaba yo maravillada por el paisaje que se mostraba ante mis ojos, ver las nubes como si fueran un suelo esponjoso y frondoso, me imaginaba caminar y saltar encina de ellas, podria pasar las 3 horas de vuelo admirando esta imagen, pero me interrumpió la anciana al preguntarme la hora.

-Son las 2:30pm- le respondí al guardar nuevamente mi celular en el bolso.
La abuela suspiro con un rostro de pena- Ah el tiempo pasa demasiado rápido no es así ¿jovencita?- preguntó.
Fruncí el seño- ¿A que se refiere abuela?-.
-Apenas recuerdo cuando tenia tu edad, solía salir con mis amigos, compartir momentos familiares, tomarme unas cuantas cervezas, las veces que me llamaron a la dirección por varios reportes que tenia, pero tambien, la primera horrible noticia que me habian diagnosticado cáncer- comenzó a lamentarse.
¿Porqué me esta contando todo eso a mí?- cuestioné cruzándome de brazos.
-Porque ustedes los jovénes no saben valorar el tiempo jovencita viven con la idea de que tienen una larga vida por vivir, cuando probablemente no es así- tosía secamente- solo queria decirte que valoraras el tiempo que se te da cada dia, porque nunca sabes cuando llegara ese dia en el que tengas que dejarlo todo, lo que amas, lo que deseas-.
-Perdonemé pero yo no amo a nadie y jamás eh deseado nada abuela- comenzaba a fatidiarme ¿Quién se creia para decirme semejante cosa? Si supiera que no tengo a nadie en este mundo a quien a amar.
-Quizas tengas razón por ahora, pero después esas palabras que has dicho te pesaran mucho en tu conciencia- le comenzó a sangrar la nariz.
-Abuela ¿Qué le sucede?-.
Me exalté, la abuela comenzó a convulcionarse en el asiento, su esposo que estaba dormido despertó de golpe y presionó el botón de auxilio para el pasajero, yo temorosa observaba aquel escenario que se desarrollaba frente a mí.