Capítulo 20: Sometimes Darkness Has Light Inside

145 22 2
                                    

― ¡¿En qué demonios estabas pensando?! ― preguntó Matt enfadado tambaleándose en pie sobre el césped ― ¡podrías habernos matado!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

― ¡¿En qué demonios estabas pensando?! ― preguntó Matt enfadado tambaleándose en pie sobre el césped ― ¡podrías habernos matado!

― Sabía que reaccionarías a la adrenalina. Así funciona al principio, es instintivo ― aclaró Baldric quitándole importancia y empujándole hacia los árboles en una zona sin visibilidad donde pudieron ocultarse de la bestia.

Y tenía razón. Tras caer en picado precipicio abajo, Matt pudo frenar paulatinamente la caída y estabilizarlos disminuyendo la velocidad y permitiéndoles caer lentamente en pie. Aun así, no podía evitar pensar en qué podría haber ocurrido de no haber podido reaccionar a tiempo.

― ¿Adrenalina, dices? Tengo el corazón en la garganta ― contestó este jadeando, a lo que Baldric respondió con una ligera risa cansada.

De pronto este se giró y asomó su cabeza tras el árbol contemplando la entrada a la mansión. En ese instante Matt advirtió que había una mancha oscura sobre la camiseta de Baldric, parecía sangre y había una cantidad considerable de esta.

― Danny no ha salido ― advirtió dirigiéndose a Matt ― tendré que entrar a buscarlo. Quédate aquí y no te muevas.

― No ― respondió Matt rápidamente ― ¡Esta vez no! Ir sin mí tan solo aumentará el riesgo de que alguno de los tres muera ― miró a Baldric con rivalidad ― Ni siquiera sabemos qué son esas cosas... ― advirtió inquieto ― antes me has salvado, por tanto, te debo una. Y tú estás herido. Así que yo puedo cubrirte ― aclaró.

― ¿Tú? ― preguntó Baldric con tono divertido ― ni siquiera te controlas lo suficiente como para cubrir tus propias espaldas. Será mejor que te quedes y no te metas.

Matt se levantó de entre los matorrales y fue tras él igualmente. No le importó ni lo más mínimo lo que le había dicho. Él lo necesitaba, además se negaba a ser un peso inútil otra vez. Tenía que centrarse, tenía que auto-superarse, que mejorar. Baldric se giró y lo observó de nuevo con desaprobación revoleando los ojos.

― Qué más da lo que te diga ― añadió ― vas a hacer lo que te venga en gana ¿verdad? ― preguntó irritado a lo que Matt respondió asintiendo.

Poco a poco se acercó con sigilo al portón de la mansión. Había muy poca luz y costaba demasiado diferenciar cualquier detalle, pero Matt pudo ver desde más atrás como Baldric abría la puerta lentamente y se colaba en el interior. Este lo siguió con precaución y cerró la puerta tras él. Una llama surgió del centro de la palma de la mano de Baldric para observar mejor en la oscuridad, comenzando a explorar el vestíbulo y enfocando los detalles con el fuego incandescente. Matt se sorprendió tras verlo. Sus ojos rojizos como brasas parecían llamear al son del fuego y brillar con tonos anaranjados y amarillos intensos husmeando la sala.

― Fuiste tú... ― advirtió Matt con un tono de voz muy bajo y casi imperceptible ― fuiste tú quien creó el incendio en el club, por eso no se apagaba con el extintor ― murmuró pensativo. Baldric pareció ignorarle centrándose en sus cosas. La puerta que antes estaba cerrada se encontraba ahora abierta parcialmente y una vaga luz salía de ella.

REMEMBERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora