Matthew Stewart era un joven universitario como cualquier otro. Nada diferenciaba su vida rutinaria y monótona hasta que todo su mundo cambia inesperadamente a raíz de unos extraños sueños, quizá cambia a mejor, quizá a peor. De cualquier forma, est...
― Se está comunicando conmigo ― afirmó señalando hacia su cráneo con el índice y el corazón ― lleva un rato haciéndolo ― aclaró ― Está en Buzz Cinema. Una sala de cines abandonada en el exterior de la ciudad. Me está guiando ― suspiró ― no me desconcentres, no puedo prestar atención a tantas cosas a la vez, cielo.
Eli asintió mientras Ethan miraba a su hermana con una cara un poco extraña.
Eli sintió un cálido abrazo. Jared la estrechó con suavidad besándola mientras ella se sumergía en sus pensamientos. Acababa de escuchar otro ruido proveniente del maletero que la había descolocado.
― Me siento incómoda con esa mujer ahí detrás... ― susurró Eli con desconfianza.
― No puede leerte la mente, si es lo que te preocupa ― advirtió Ethan ― no es telepática. Aunque... ― añadió dirigiendo la mirada a Eli de reojo ― no creo que haya gran cosa que ver ahí dentro.
Eli estaba cansada de los comentarios tan desagradables de Ethan y le dirigió una mirada intransigente sin poder contener su rabia.
― ¿Por qué eres siempre tan despreciable? ― preguntó con una mezcla entre desdén y asco. Él volvió el rostro hacia la carretera y se encogió de hombros. El interior del vehículo se quedó de nuevo en silencio tras escucharse un profundo suspiro de Elise. Tan solo se oía la música de Metallica de fondo.
Eli observó con obstinación el paisaje detenidamente. El recorrido ya no poseía edificios a los lados. Se habían adentrado en una carretera secundaria que salía de Denver y llevaba a un edificio sin luces, apagado e iluminado únicamente por las farolas de la carretera.
Cada vez estaban más cerca de él. Conforme se acercaban podía distinguirse el letrero con lo que fueron alguna vez luces de neón. Ponía: «Buzz Cinema, Let's get some fun». las segundas letras estaban por debajo y eran de un tamaño más pequeño. Por encima de las puertas principales de entrada, que estaban tapiadas, se encontraban los carteles rasgados y arrancados que hace unos años debieron haber anunciado cientos de películas y sesiones.
Unas escaleras muy anchas y altas hechas de losa de piedra se encontraban en el comienzo, y dirigían a las puertas principales del cine. Frente a ellas había una silueta oscura indistinguible que los esperaba. Eli se detuvo a observarla algo intimidada cuando notó que de pronto el coche se detuvo.
― Ya hemos llegado ― murmuró Becca tirando de la palanca del freno de mano y desabrochándose el cinturón.
Todos salieron del coche en segundos y lo abandonaron comenzando a subir por los rígidos escalones. Eli continuó observando la silueta que se hacía cada vez más nítida. Era Matt. Eli corrió rápidamente hacia él adelantándose al resto de sus compañeros.
