Capitulo 6

33 1 0
                                    




    La mini-yo estaba sentada con la vista en un punto del vacío, ni ella ni yo pensábamos con claridad las cosas. Las fotos que tenía en las paredes de mi mente sobre Michael y el chico de los ojos verdes estaban tachadas con pintura o incluso rotas por todas partes del suelo. Por eso la entendía, yo también habría hecho eso si tuviera fotos de Michael, pero vamos, ese chico era un ermitaño y ahora sabia el porqué.

    En las últimas semanas me encontraba con Michael en los pasillos de la escuela, no era difícil reconocerlo ya que se había teñido el cabello de un azul vibrante. Los días en la cafetería eran como hace unos meses, solo estábamos Fernanda, Mirna, Ashton y Calum, la prima de Ashton y su novio se sentaban con nosotros pero les restábamos importancia ya que no entendían nuestras bromas y juegos.

    Calum y yo no hacíamos otra cosa que ir a la escuela y después ir a la casa de alguno de nosotros para organizar la fiesta de su cumpleaños. Sería la mejor fiesta del año, mucho mejor que la fiesta de Ambar Jonston donde en auto nuevo de esta se encontraba en el fondo de la piscina al finalizar. Habíamos decidido que sería en mi casa por lo cual Calum, Fernanda, Ashton y yo habíamos comenzado a inflar globos para colgarlos por todas partes en el patio trasero. Los inflábamos en uno de los cuartos vacíos de la casa, así podíamos dejarlos todos ahí hasta el día de la fiesta.

    Llevábamos 3 horas inflando globos casi en silencio (mi música resonaba por toda la habitación) cuando me dejé caer al suelo algo cansada y estresada. Los chicos hicieron caso omiso a mi acto y siguieron inflando globos.

    -Juguemos a algo –propuse para que la tarea de inflar los malditos globos no fuera tan aburrida.

    Todos pensamos un momento y Ashton fue el primero en hablar.

    -Fernanda –dijo de golpe-. ¿Verdad o reto?

    Fernanda lo miro algo extrañada y pensó un buen rato.

    -Humm... Verdad –respondió pensando en lo que pasaría a continuación.

    -¿Cuáles tu segundo nombre? –dijo Ashton con una risa, en toda la escuela solo yo conocía su nombre completo así que solté una carcajada, Fernanda enrojeció hasta las orejas.

    -Mi segundo nombre es Fernanda –respondió esta y mi risa fue más fuerte, eso era verdad.

    -No puede ser –dijo Calum también riendo-. Todos saben que tienes dos nombres pero solo se conoce uno.

    -Rosita Fresita –le dije estirándome un poco para tomar un puñado más de globos y todos reímos con fuerza menos Fernanda.

    -¿Te llamas Rosa? –preguntó Ashton y si risa resonó en toda la habitación taladrando nuestros oídos.

    -Frida –dijo Fernanda haciéndome aguantar la risa-. ¿Verdad o reto?

   -Verdad -dije obvia ya que no me apetecia realizar ninguna actividad fisica.

    -¿Con quién fue tu primer beso y cómo? –Calum y yo reímos con más fuerza que Ashton y miré a Calum esperando su aprobación para contar la vergonzosa historia, el solo asintió con la cabeza.

    -Bien –comencé sentándome con las piernas cruzadas-. Teníamos 11 años y vimos a su hermana besar a un chico frente a su casa mientras jugábamos a tirarnos vergazos –recordaba con claridad aquel día, recordaba como Calum y yo corríamos por el jardín delantero golpeándonos, en aquel momento estábamos en el suelo golpeándonos y al ponernos de pie vimos a Mali besando a un chico de lengua-. Nosotros nunca habíamos besado a nadie y todos los de nuestra clase presumían que ya habían besado a alguien por lo menos así que duramos una semana planeando todo aquello –Calum soltó una carcajada y se puso rojo como un tomate-, en ese entonces nadie quería besar a ese Calum, el chinegro del salón. Bien, nos encerramos en mi habitación un día que estaba mi padre en casa y nos besamos, primero fue un beso normal el cual no fue desagradable...

El chico Punk-RockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora