Capítulo 1

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   Me encontraba sentada en el borde de la cama viendo hacia la obscuridad, la alarma continuaba sonando, tenía que desactivarla y comenzar a arreglarme si quería llegar a tiempo a mi primera clase. Sabía que mi padre no me llevaría a la escuela, estaba aún molesto conmigo por lo que había pasado el fin de semana, pero tenía que entender que ya no soy una niña pequeña, vamos, había cumplido 18 años el mes pasado.

    Desactivé la alarma y llamé a Calum, sabía que me esperaba una buena mentada de madre, pero tenía que hablar con él.

    -¿Que chingados quieres?- escuché su voz soñolienta después de que el teléfono sonara tres veces.

    -¿Vienes por mí?- dije buscando algo lindo en mi armario. Escuché algo de movimiento y puertas cerrarse, después un chorro de agua, como tiraban de la cadena y su voz resonó en un pequeño grito.

    -¡Son las chingadas 6 de la mañana!- evitaba reír, era gracioso despertarlo de esta manera.

    -6:15 - corregí -. Por favor, mi padre no me llevará a la escuela, así vamos a desayunar y te cuento todo- entré a mi baño y lo puse en altavoz para poder bañarme.

    -Debe de ser algo fuerte como para que se moleste contigo- un suspiro se escuchó por la bocina-. Bien, paso por ti a las 7- y la llamada se cortó.

    Me bañé algo rápido ya que quería esperar a Calum afuera, me puse mis jeans negros con las rodillas rasgadas, una blusa de las panteras de carolina (mi equipo favorito de futbol) y mis converse negros. Me apliqué unas capas de rímel, tome mi mochila y baje las escaleras para tomar algo antes de salir.

    Al entrar a la cocina vi a mi padre con su taza de café y su periódico en la mano, me miró directamente y yo salí poniendo los ojos en blanco. Eran las 6:53 cuando me senté en el pórtico a esperar a Calum, no era que no me gustara que se llevara bien con mi papá pero todo el tiempo mi padre le hacía preguntas incomodas sobre nosotros. Él en su anciano corazón tenía la esperanza de que Calum y yo saliéramos, éramos el par de mejores amigos de toda la vida, hemos estado en la misma escuela desde el jardín de niños. Recuerdo desde el primer día que nos conocimos, éramos tan pequeños y peleoneros, el tiró de mi cabello y yo lo mordí. Recuerdo cuando tocábamos los timbres de las casas y corríamos, también recuerdo que cuando teníamos 11 años nos besamos, ambos terminamos vomitando.

    El auto de Calum se detuvo en frente y comenzó a sonar la bocina, me puse en pie para subir antes de que saliera mi padre pero fue inútil, Calum ya había bajado del auto y escuché la puerta detrás de mí cerrarse.

    -¡Cariño!- grito Calum abrazándome y levantándome algunos palmos del suelo.

    -Eres un estúpido- dije en un susurro cerca de su oreja, lástima que no la alcanzaba, de haber sudo así se la habría arrancado de una mordida.

    Cuando me soltó me subí al auto sin mirar a mi padre parado junto a la puerta. Calum se despidió de él con la mano y subió al auto alejándose de mi casa. La mini-yo estaba molesta, la había despertado Calum con su estúpido grito.

    -¿Dónde vamos a desayunar?- me dijo sonriendo y poniendo una mano sobre mi rodilla.

    -Quita la mano si no quieres que te la arranque- dije mirándolo con el entrecejo fruncido, su mano se posó rápidamente en el volante-. Vamos al Kings - dije y el auto cambió de dirección hacia el restaurante.

    Nadie hablo durante los 10 minutos de camino, al bajar del auto deje mis cosas dentro. Entramos al restaurante que parecía vacío y nos sentamos en la misma mesa de siempre, la sonriente camarera nos atendió y cuando se fue Calum hablo muy emocionado.

    -Desembucha- apoyo sus codos sobre la mesa y su cabeza en sus manos, era gracioso verlo comportarse tan gay por que parecía Daddy, de hecho si no fuera mi mejor amigo si le daba.

    - El fin de semana mi padre salió de viaje y yo fui a la fiesta de Ambar Jonthson- comencé a hablar-. Salí temprano de la fiesta pero estaba ebria, encontré a un chico adorable en la calle y como tropecé un par de ocasiones me dijo que no podía llegar a casa sola. Me ayudó a llegar a mi casa, yo tenía uno de mis brazos en sus hombros y él tenía el suyo en mi cintura -la cara de Calum decía muchas cosas y evitaba reírse-. Con mi otra mano hice que tomara mi trasero y cuando llegamos a mi casa lo invite a pasar -mi voz se quebró un poco recordando lo frustrada que estaba-. Comenzamos a besarnos y lo lleve a mi habitación... -la risa de Calum me interrumpió y yo me golpee la frente con la palma. La comida llegó y no dijimos nada hasta que se fue la camarera.

    -¡Lo hiciste!- dijo muy emocionado robando un poco de mi desayuno.

    -Espera- dije evitando reír yo también-. Justo cuando iba a entrar en mi padre abrió la puerta de mi habitación e hizo que se fuera -, la risa de Calum se volvió más fuerte y yo comencé a masticar antes de seguir.

    -Hasta yo me habría enojado- dijo poniéndose un poco rojo por la falta de aire.

    -Yo soy quien debería estar molesta- dije golpeando su hombro- Ya es poco más de tres años y medio que no tengo sexo.

    -Bueno, recuerda la promesa que te hice - su mirada se volvió pervertida de pronto-, que si llegabas a los cuatro años yo te ayudaría con eso.

    -No seas tonto- dije poniéndome roja, era algo incómodo por que la mini-yo tenía fotos de Calum pegadas en las paredes de mi mente.

    -¿Y quién es el chico? Tal vez puedas contactarlo y terminar lo que empezaron.

    -No lo sé- dije dándome cuenta de ello por primera vez-. Solo recuerdo una voz gruesa y un par de ojos verdes.

    Vi una sombra pasar por mi izquierda y al seguir la sombra vi a un chico alto, vestido de negro y con un gorro de lana. No le dimos importancia y seguimos desayunando en silencio. 5 minutos después ya habíamos pagado la cuenta y subíamos al auto.

    -Te ibas a acostar con alguien que no conoces- me dijo Calum riendo y yo le enterré las uñas en la rodilla. La velocidad comenzó a bajar y miré extrañada a Calum-. ¡Oye! -grito por la ventanilla el chico que había salido del Kings-. No llegaras a tiempo a pie.

    - No me interesa llegar a tiempo- respondió el chico y me miró. Tenía puestos unos lentes de sol. Dudo un momento y subió al auto.

    La mini-yo estaba en shock, la voz de este chico era parecida al del chico de los ojos azules.

    -Tenemos cálculo a la primera- dijo Calum. Iba a responder que yo no estaba en esa clase con él pero el chico hablo.

    -No me agrada la maestra- dijo mirando por la ventanilla, de vez en cuando lo miraba por el espejo retrovisor hasta que nuestras miradas se cruzaron-. Déjame unas cuadras antes - dijo aun viéndome, era difícil sostenerle la mirada-, dudo que a la princesa le guste que la vean llegar conmigo.

    Eso era todo, me había molestado, la mini-yo afilaba un cuchillo lentamente.

    -Didi qui i li princisi li guisti qui li viin lliguir cinmigi- dije en voz muy baja.

    -Wow, retrocediste hasta primer año de primaria- se burló de mí.

    -Jodete- dije mostrándole el dedo medio.

    -Muy lindo dedo, no dudo que sea lo más lindo que tengas- el auto se detuvo en la escuela y baje dando un portazo.

    No quería volver a ver a ese chico en mi vida.

    -Es un estúpido y arrogante- decía en voz baja y al llegar al salón de literatura me deje caer en mi silla hasta atrás.

    Esa clase la tenía sola así que solo me dedique a insultar a ese estúpido chico en mi mente.

El chico Punk-RockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora