El día que Lacey sturm planeó acabar con su vida fue el día en que su abuela la forzó a ir a la iglesia, un lugar que Lacey pensaba estaba lleno de hipócritas, falsos e ilusos. La pelea a gritos que tuvo con su abuela fue la razón por la cual ella f...
Mi madre estaba acostada e inconsciente, cubierta en sangre. La sangre manchaba su cara y su cabello y empapaba toda su bata. Mi abuela clamaba por ayuda. La enfermera llegó deprisa y trató de calmarla. "Se que luce mal ahora mismo, pero ella va a estar bien." Eventualmente la enfermera admitió que casi nos pierden a ambas, pero estaban aliviados de haber estabilizado a mi madre, luego continuaron trabajando en mí, tratando de ayudarme a respirar apropiadamente. Pero la escena entera era un desastre, y esto molestaba a mi abuela, y cuando mi abuela está molesta...ya sabes. Empezó a insultar a la enfermera. "¿Porque no la has limpiado? ¡Alguien traiga un poco de agua y unas toallas y limpien la sangre de mi bebe! ¡hablo en serio ¿quien trata a las personas así? ¡Voy a reportar al hospital entero! ¡dénle algo a mi bebe para limpiarla! La enfermera trató de calmarla de nuevo. "Hemos estabilizado a la madre, pero necesitamos trasladar a la bebé a Miami, y necesitamos a alguien que la acompañe." Mi abuela señaló a mi madre de 16 años de edad y le gritó a la enfermera, "¡ESA ES MI bebé!" Ahora empezó a insultar a el hospital entero. "¿como en el mundo alguien trata así de mal a la gente y todavía trabaja aquí? Pensé que todos ustedes estaban aquí supuestamente para ayudar a la gente. ¡Pareciera que han estado tratando de matarla! ¿como puede ser que nadie ni siquiera haya limpiado su cara y sus manitas? ¡no la voy a dejar con ustedes! ¡mírenla! ¡nadie la está cuidando!" Ésa era mi abuela: una llamativa mujer de 29 años con un largo cabello rubio platinado que caía en hermosos mechones sobre su espalda. Sus oscuras pestañas se enroscaban largas y elegantes contra sus cejas y revelaban sus profundos ojos azules. Su penetrante mirada sostenía firmeza y verdad, incluso cuando reía. Hermosa y sin temor, tenía pasión por sus seres queridos. Mi mamá es su primera hija, al día de hoy, ella aún llama a mi mamá su bebé. Todos somos sus bebés en su mente. En aquéllos días mi abuela estaría de pie en una habitación vistiendo sudaderas holgadas y bebiendo una Coca, sin decir nada, solo ocupándose de sus asuntos-y capturando una habitación con su belleza. Eso es lo raro de la belleza física. Hace a la gente ver, preguntarse y dudar sobre quiénes son. Puede ser un regalo solitario. Siendo una niña, miraba a mi abuela de la manera que una joven niña miraría a una princesa real. Me fijaba en cada una de sus palabras. Cuando decía mi nombre o miraba en mi dirección, me sonrojaba y sentía privilegiada. Cuando Ella me elogiaba, sentía que todo estaba bien en el mundo. Ella nos enseñó a luchar por lo que creemos, a hacer lo que sea que pudiéramos para rescatar a quien sea que necesitara ser rescatado. Ella nos enseñó a tratar a los desconocidos de esta manera, no solo a nuestros seres queridos. Ella crió a un hombre apasionado y a tres mujeres apasionadas. Incluso a los dieciséis, mi mamá fue lo suficientemente apasionada para arriesgar su vida para que yo naciera, una niña que esperaban muriera. Y mientras mi madre luchaba para que yo viviera, sin pensar en ella misma, mi abuela luchaba por mi madre, sabiendo que nadie en ese hospital amaba a mi madre como ella lo hacía.
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Fue sugerido meses atrás que mi mamá no se arriesgara a tener otro bebé. Pensaron que no sería seguro por complicaciones que ella había sufrido cuando tuvo a mi hermano Eric apenas 10 mese antes. No solo era los riesgos médicos para ambos si no también lo complicado que era lo que ella había pasado con mi padre. El era un joven apuesto nativo americano. Mi mamá decía que era audaz, protector, y que tenía el corazón más hermoso. Pero eso solo cuando estaba sobrio. El Hulk que se convertía después de una típica noche de bebidas lo llevó a la cárcel varias veces. Al momento que mi mamá quedó embarazada, una extensa estadía en prisión estaba a la vuelta de la esquina para mi padre. En el futuro, su estadía en la correccional le traería su salvación en ciertas maneras, pero para ese momento solo dejaría a mi madre por su propia cuenta, a los dieciséis, con un niño y otro en camino. Entonces los doctores le sugirieron a mi madre abortarme. Mi madre ignoró sus sugerencias. Mi abuela continuó discutiendo con la enfermera hasta que finalmente me enviaron sola a un hospital de Miami. Mi mamá ahora ríe y dice, "Desde el primer día ya andabas de gira." antes de salir de Miami, los doctores no tenían muchas esperanzas. Yo nací dos meses prematura y como mis pulmones fueron la última cosa en desarrollarse, estaba teniendo algunos problemas críticos. Ellos temían de que muriera en cualquier momento porque no podía respirar correctamente. Tres días más tarde, sin embargo, ésos mismos doctores dudosos me declararon un milagro. Nadie podía explicar porque-ninguna explicación, ninguna razón real. Estaba respirando bien y podía ir a casa. Cuando ellos finalmente me entregaron a mi mamá, yo era lo suficientemente pequeña para caber en la palma de su mano. Ella decía que yo parecía un pequeño mono porque estaba cubierta de pelo. Yo era muy frágil, ella tenía miedo de cargarme, y mucho menos dejar a alguien que lo hiciera. Ella tenía miedo de que me pudiera lastimar. Tal vez eso fue el por qué ella siempre era muy dura conmigo. Tal vez ella quería enseñarme a ser mucho más fuerte y dura de lo que parecía.
