Al día siguiente, jueves si no mal recuerdo, volvimos a asistir al colegio como de costumbre, y me senté al lado de ella. Me miro con una cara llena de color y expresiones con la que por un segundo casi me hace sonreír. Me dijo que no había dormido nada y no supo el porqué de dicha situación. Teníamos las horas libres por que los profesores estaban en un paro estudiantil por su salario, así que le dije que aprovechase a dormir, y me dijo que no, que queria hablar conmigo, que tenía algo que decirme. Yo, un poco intimidado por el tono que salió de su boca, decidí escucharla.
"Nose como empezar, nose como te vas a poner después de esto, pero ya te tengo tanta confianza que se que no vas a juzgarme y vas a estar para mi como yo te prometo que voy a estar para vos... Perdí un hijo, dos en realidad, mi expareja quería que lo aborte tal cual como mi padre, me obligaron a tomar pastillas que a escondidas yo escupía o vomitaba, pero los perdí, y tuve que ver en carne propia como los destrozaban dentro de mi para poder sacarlos."
Estaba pálido. Jamás me imaginé tal cosa, pero yo no estaba para juzgarla, pero debo admitirlo, senti un poco de incomodidad al enterarme eso,por que los hijos no se hacen solos...
Ella comenzó a llorar a lo que yo rápido acerqué mi silla hacía ella y la recosté encima de mi pecho, lo cual durmió las 4 horas que quedaban. No iba a dejarla, quería ocuparme de ella, un instinto de querer cuidarla se despertó en mi, una calidez recorrió mi cuerpo y un escalofrío sentí en mi nuca,fue raro, hace mucho no sentía eso, pero fue lindo.
Al salir del establecimiento, me pregunto si podía quedarme un rato más con ella, y le dije que si, nos fuimos a una pequeña plaza donde solo estaba nosotros dos solos, y nuevamente ella se recostó en cima de mi quedándose dormida y con una sonrisa que a mi, sinceramente, me desconecto del mundo.