Capítulo 5: Tu, mi destino.

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Mi curiosidad de querer saber que piensa cuando me ve, cuando oye mi voz, cuando escucha mi nombre...¿Qué pensará o sentirá?
Sus ojos decían más que mil palabras cuando se conectaban con los míos, sus labios temblaban de la desesperación de fundirse a mi par, y su imaginación la inquietaba idealizando lo que podría llegar a pasar, ella lo sabía tanto como yo, inconscientemente nos pertenecíamos, pensé que cometería un error al besarla, pero sinceramente, fue lo mejor del mundo. Me acerqué tanto a ella que tropecé en un beso, me disculpé y volví a tropezarme una y otra vez, por que el amor no necesita ser entendido, necesita ser demostrado.
Ella era luz, mi luz, esa luz que alumbraba mis dias, mís mañanas e incluso mis noches, la encontré siendo nada convirtiéndose en mi todo, no podía pedir más, nose como la ame así, nose por que la amo de esta manera, realmente no se, lo único que está claro en mi mente es que me hace bien.

Todo mejoraba en mi vida, mi relación con ella, con mis amigos, con la familia y hasta mis notas si se podría agregar. Me sentía muy bien, lleno, pero un poco roto por dentro...

Era inevitable, tendría que pasar...
Todo sucedió el 29 de octubre, un sábado, donde yo trabajaba y quedaba solo. Ella había llegado, muy linda y fresca, tan tierna y pura, o eso pensé yo, pero que más da...
Yo estaba limpiando y ella se sentó en un cajón atrás mío, a lo que decidí dejar lo que estaba haciendo y prestarle atención a ella, lo que me llevo a besarla, pero ese beso no fue un beso, nos quedamos pegados, no podíamos separemos, algo lo impedía, mis ganas aumentaban pero estaba asustado, no había que hacer, pero me deje llevar y mis manos empezaron a recorrer todo su cuerpo, llevándola al baño de aquel dicho lugar...

No hay otro lugar para entregar mi amor, que tu descomunal cuerpo. No hay amar, no hay cielo, no hay universo que merezca mi adoración, mi fuego, mis besos como tu cuerpo. Qué me arrastra, qué me consume, qué me cautiva. Cualquier posición, merece ser aprobada, práctica y ejecutada mil días, mil noches, millones de años, billones de vidas, no son suficientes para adorar y comer tu cuerpo en la cama, en la sala, en el baño, en la cocina, donde el deseo nos ataque no hay otro lugar para dar mi amor y pasión que tu cuerpo desnudo y agitado con la tormenta de lujuria que nace en tu mente y se manifiesta en tu piel, se convierte en mi templo para darle ofrendas de besos, Caricias y látigos de amor...

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⏰ Última actualización: Feb 23, 2017 ⏰

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