stendhal + yoonkook

❀ nueve ❀

-¡Adiós, cariño!- Jungkook cerró la puerta de la combi roja de su madre luego de haber depositado un beso en su mejilla y darle una última mirada. No sabía a qué se debía el cambio repentino de sus padres, pero habían estado muy melosos con él desde que éste había estado sacando el tema de su "enfermedad" -así le había apodado Jungkook a lo que fuese que tuviese-. Sus dos amigos no tardaron en llagar a su lado.

-Tu madre es la mujer de mis sueños- Taehyung murmuró viendo como el auto se alejaba. Jungkook y Jimin se giraron a verlo con el ceño fruncido, con horror. 

-¿qué carajos te pasa, Tae?- recibió un pequeño golpe en el hombro por parte del mayor de los tres.

-Tienes que admitirlo, Jimin- contraatacó Taehyung de nuevo, sobándose en donde dolía-. La madre de Jungkook es PRECIOSA. 

-O sea, sí, pero podría ser nuestra madre. Es raro.

Jungkook los miraba divertido, no era la primera vez que discutían por lo mismo. Eventualmente te acostumbras, aunque no dejaba de ser raro.

-Ya, ya- colocó ambas manos en lo hombros de Jimin y lo apretó un poco-. Será mejor que entremos. 

❀

Adentro, los pasillos se hallaban repletos de alumnos por todos lados. La desventaja de vivir en un pueblo pequeño -aparte de que todos te conocían y se enterarían de cualquier cosa que hicieras- era que solamente había una escuela y era a la que todos los de la nueva generación asistían. 

Mientras ellos pasaban, otro grupo de chicos venía y los empujaban para poder pasar. No era algo de lo que debiesen enojarse, era normal si considerabas que los pasillos eran lo suficientemente estrechos como para que pasaran diez personas al mismo tiempo. Jungkook buscaba al chico de la cafetería con la mirada, mientras escuchaba la conversación que tenían sus dos amigos al mismo tiempo. 

-Te lo digo, es imposible que le gustes a Mia- insistía Jimin-, ¡te ignora todo el tiempo! 

-¡Ese es el punto!- exclamó exasperado el teñido-, mi hermana me dijo que cuando una chica pasa de ti, es porque le gustas.

-O porque simplemente no sabe de tu existencia- opinó Jungkook por lo bajo. 

Taehyung le dio una mirada asesina y después suspiro- En serio me gusta.

-Si de verdad te gusta, entonces no pierdes nada intentándolo- habló de nuevo el menor-. Quién sabe y tu hermana tiene razón. 

Taehyung se colocó frente a él y lo tomó por los hombros, le miraba con emoción y casi podría jurar que se pondría a llorar en cualquier momento. Pero así era él, se ponía muy sentimental con cualquier cosa- Por eso te adoro, Kookie- depositó un ruidoso beso en su frente y le sonrió cuadradamente. 

Jungkook se rió un poco avergonzado por la escena que estaban haciendo en mitad de aquél pasillo y se alejó un poco. Mientras daba dos pasos para atrás, sintió como su espalda chocó contra algo fuerte y duro que lo hizo volver hasta donde estaba antes, casi tirándolo al suelo -de no ser porque Taehyung lo sostuvo-. Jungkook se quejó un poco y se repuso para darse la vuelta y ver qué era lo que lo había golpeado, pero al ver la cara de sorpresa de sus dos amigos, temió que aquello con lo que había chocado fuera algún maestro o -en el peor de los casos- el mismísimo director.