Sombras Modernas #PGP2017

Capítulo VI: Huellas de Zorro.

La separación de la profesora Silvia y el profesor Julián, fue una clara equivocación, fatal, hizo que fuera la última equivocación de ambos, mientras el hombre de la gabardina roja asestaba el tiro final justo en la frente de Silvia, Cheshire se abalanzo sobre el profesor mientras el fisgoneaba unos documentos sobre: "el cierre de la represa"; impreso en un papel muy viejo.

Cheshire despedazo al profesor parte por parte después de inmovilizarlo en el suelo, siguió apuñalándolo una y otra vez, la ágil asesina de ropas pegadas y negras, logro acabar con la vida del profesor antes de que pudiera terminar un parpadeo. Golpe tras golpe de su puñal, hacia fluir torrentes de sangre con el que Cheshire mancho la máscara blanca de gato sonriente que le cubría todo el rostro.

– ¡Srta. Royal! La sacare de aquí, este lugar es muy peligroso –exclamo William, llevándose a Valentine del brazo a la fuerza, ambos subieron a la limosina negra, Jake los ignoro con algo de rabia por perder el transporte de regreso. Jake siguió corriendo hasta presenciar como el manto falso que hacia parecer a la represa un lugar pulcro y funcional desaparecía, dejando ver los escombros que eran en realidad.

– ¡Arroba! –exclamo varias veces, hasta ver en la sima de la represa, justo en el barandal, al asesino de la gabardina roja, alejándose poco a poco conforme con el resultado final de la noche. Alguien tomo a Jake del rostro y cuerpo, metiéndolo tras unos cajones viejos que había en la entrada de la represa.

– ¿Qué tratabas de hacer? –le susurro la pregunta, una tímida y apagada voz, se trataba del portador de las blancas y tersas manos.

–Casi me matas del susto –agrego Jake, separándose del extraño y viendo de frente sus enormes ojos de rojas irises y cabellos plateados–, Arroba...

–la señal se fue inmediatamente que entre, me encargare de revisar la zona, si Abel esta por aquí, hay cadáveres y si hubo muertes, hay cámaras. Cuida a Janna... los patrones algorítmicos de control forense cambiaron de orden... es muy extraño–, exponía Arroba, tratando de ojear las paginas flotantes que salían de su brazalete gris de piedra roja en el centro, Arroba se aproximaba a entrar y Jake se quedó pensativo un rato.

Nur se había quedado con Janna en la iglesia abandonada, Janna comenzó a tener náuseas y un dolor abdominal demasiado fuerte la tendió contra el suelo.

Imágenes surcaron su mente, el mismo sueño recurrente se presentaba nuevamente, sus manos manchadas de sangre y los aullidos de perros tras su espalda. Se encontraba atascada en una trampa para osos, un hombre de gabardina roja la seguía, con una escopeta humeante venia tras ella, con los perros agarrados por el con correas, de alguna manera, Janna logro reunir fuerzas para zafarse de la trampa y tratar de correr cojeando; pero el hombre arrojo a los perros hacia ella; por suerte uno quedo atascado en la trampa recién abierta de por Janna.

La noche había caído, el tiempo se le había escapado de las manos escondido tras los arbustos, tratando de ocultar el olor de su sangre con tierra y algunas plantas, corrió rápidamente hacia una cerca metalizada en la pradera, la cerca marcaba el límite del campo de juego, Janna aprovecho para cavar un hoyo bajo la cerca para finalmente escapar.

El tiempo volvió a avanzar rápidamente, la fantasía se sentía real, no era una fantasía, era un recuerdo, el cálido abrazo de su madre al encontrarla tomo el rumbo del recuerdo y un par de frases de ella y su madre quedaron grapadas en Janna–: ¡Janna! Gracias al cielo estas bien, hay dios mío tu pierna... esta toda morada y... ¡inflamada! –, recogió a Janna entra sus brazos y lágrima es–, no puedo... creer, que tu padre pudiera llegar a hacerte esto...

– ¡maldición Janna! Despierta por lo que más quieras –exclamo Nur, reincorporando a Janna otra vez, se encontraban en un callejón cercano a la casa de Janna, y también se encontraba Jake.